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El año perdido de François Hollande

Carolin Lohrenz/ Cristina Papaleo13 de mayo de 2013

De héroe de la Bastilla a personaje irresoluto del Elíseo: a solo un año de su victoria electoral, François Hollande ha malgastado la confianza de los franceses. ¿Cuáles fueron sus errores?

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Imagen: Reuters

A un año de su victoria electoral en Francia, la popularidad de François Hollande se encuentra en caída libre. Muchos ciudadanos franceses que votaron con grandes esperanzas de cambio manifiestan ahora su descontento, tanto por la tasa récord de desempleo, como por las promesas incumplidas. Según las encuestas, los franceses dicen estar desilusionados porque Hollande, que necesitaba los votos de la izquierda para ganar, dijo que iba a llevar a cabo una política orientada hacia la izquierda, y aseguran que lo que hace es justamente lo contrario, con proyectos de ley que perjudican a la clase trabajadora.

El socialista Hollande se erigió como punta de lanza de una república socialmente justa, de una ofensiva abierta contra la crisis económica y, sobre todo, como la figura que pondría fin al estilo político rudo de Nicolas Sarkozy, del cual muchos se avergonzaban. François Hollande parecía estar en condiciones de cambiar todo aquello con su figura de socialista pensante y educado. Sin embargo, el presidente francés está hoy paralizado por la indecisión, en un difícil acto de equilibrio entre las demandas de la izquierda por una ampliación del Estado social y la presión para concretar reformas por parte de la Unión Europea.

Francois Hollande en la campaña electoral, y su entonces opositor, Nicolas Sarkozy.
Francois Hollande en la campaña electoral, y su entonces opositor, Nicolas Sarkozy.Imagen: Reuters

También su imagen de político honesto y sin mancha se vio salpicada por el escándalo en torno al ministro francés de Hacienda, Jérome Cahuzac, acusado de evasión fiscal. Para muchos miembros del Partido Socialista, Hollande se ha alejado demasiado de las bases, y, según otros, es necesario recordarle al mandatario los grandes desafíos a los que debería enfrentarse con hechos concretos.

Al margen de los verdaderos problemas

No pocos franceses piensan que ya se discutió lo suficiente acerca del matrimonio homosexual, y que hay otros asuntos que son, en esencia, más importantes. Por ejemplo, la reindustrialización del país. Según los sondeos, muchos piensan que eso solo será posible con "un poco de patriotismo económico en Europa". Y aseguran que hay muchos temas de los que este Gobierno no se ocupa en absoluto.

De hecho, la lista de promesas incumplidas de Hollande es larga. Entre ellas está el cierre definitivo, a pesar de largas negociaciones con la propietaria, ArcelorMittal, de las fundiciones de acero en Florange, en el norte de Francia, así como el veto del Consejo Constitucional al impuesto del 75 por ciento a la riqueza, un símbolo del diletantismo del Gobierno. Tanto la promesa de revertir la curva de desempleo como el “no” al curso de austeridad exigido por Alemania quedaron en el tintero.

Manifestación en Francia por una "Sexta República" y cambios institucionales. (5/5/2013).
Manifestación en Francia por una "Sexta República" y cambios institucionales. (5/5/2013).Imagen: Reuters

Las apariencias, antes que la realidad

“Creo que fue Jacques Chirac quien dijo que en la política lo que cuenta no es la verdad, sino la percepción de la gente”, dice el politólogo Olivier Rouquan, quien considera que la tarea de François Hollande debe ser ahora convencer a la ciudadanía de sus aptitudes como presidente. “Hollande debe trabajar, sobre todo, en mejorar sus dotes de comunicación. Tiene que soltar un poco las riendas de su personalidad e iniciar un diálogo más apasionado con su país”, añade.

Pero durante este año de gobierno, el vínculo entre Hollande y su electorado se ha dañado: un 75 por ciento de los franceses evalúa el desempeño de su presidente de manera negativa. Algo nunca visto, ni siquiera bajo el mandato de Nicolas Sarkozy, cuyo ímpetu irrefrenable es ahora objeto de elogio, en contraste con los titubeos de Hollande.

Un presidente demasiado “normal”

“Durante la campaña electoral, los candidatos, ya sean de izquierda o de derecha, saben que tienen que movilizar a la ciudadanía si quieren ganar”, subraya Edwy Plenel, editor del periódico online Mediapart, cuyas revelaciones hicieron caer al exministro de Finanzas Cahuzac. “Esa es justamente la trampa en la que está atrapado actualmente nuestro Gobierno”, un gobierno que, según Plenel, fue elegido por haber hecho promesas en tres áreas: las finanzas, Europa y la democracia.

Hollande, Merkel y Barroso. (Archivo)
Hollande, Merkel y Barroso. (Archivo)Imagen: Reuters

En cuanto a las finanzas, aún no hay un organismo que controle a los bancos. El concepto de Europa no se ha renegociado ni se ha tomado un nuevo rumbo, por el contrario: la correlación de fuerzas ya no se decanta a favor de Francia, afirma el editor. “Pero el problema central, para mí, es la democracia. François Hollande, elegido como un ‘presidente normal', se está convirtiendo en un presidente ‘demasiado' normal de la Quinta República”.

Autora: Carolin Lohrenz/ Cristina Papaleo

Editora: Claudia Herrera Pahl