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El bombardeo de Dresde: hechos, mitos y testigos

Marcel Fürstenau
13 de febrero de 2020

Hace 75 años, la ciudad barroca de Dresde fue bombardeada hasta quedar en escombros. Los nazis de antaño y los de ahora forjaron sobre esa base un mito que los victimizaba. Pero la sociedad se está defendiendo.

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Deutschland Bombenangriff Dresden | Dresden, 1945
Imagen: picture-alliance/prisma

Le debemos a Victor Klemperer algunas de las más vívidas descripciones de los ataques aéreos sobre Dresde el 13 y 14 de febrero de 1945. El romanista y lingüista registró el infierno en sus famosos diarios: 

"Muy pronto se podía oír el zumbido cada vez más profundo y fuerte de los escuadrones que se acercaban, la luz se apagó, un estruendo de cerca... pausa para respirar, de rodillas, agazapado entre las sillas; de algunos grupos (se escuchan gemidos y llantos) - nuevo acercamiento, nuevo encuentro con el peligro de muerte, nuevo impacto. No sé cuántas veces se repitió eso".

A Klemperer, un judío que se había convertido al cristianismo, la tragedia que dejó 25.000 muertos probablemente lo salvó de ser enviado a un campo de concentración. En medio de la confusión causada por el bombardeo, logró escapar de la ciudad.

La perspectiva personal de Klemperer ofrece una aproximación a lo que ocurrió en Dresde hace 75 años. Los originales de sus históricamente significativos diarios sobre el período nazi de 1933 a 1945 se conservan ahora en la Biblioteca Estatal y Universitaria de Dresde (SLUB).

Foto de Victor Klemperer, poco antes de cumplir 73 años, en 1954.
El lingüista Victor Klemperer, poco antes de cumplir 73 años, en 1954.Imagen: Bundesarchiv, Bild 183-26707-0001

Pensamientos de muerte

Fotos de la Frauenkirche de Dresde, destruida y reconstruida.
La Frauenkirche de Dresde: destruida (foto de 1952) y reconstruida (foto de 2005)Imagen: AFP/Getty Images/Sean Gallup

El destino de esta ciudad, aún hermosa a pesar de las muchas cicatrices de la guerra, es un ejemplo de cómo las leyendas y los mitos se crean intencionalmente. Y de lo difícil que es luchar contra estos, por muy falsos y mentirosos que sean. Sí, los ataques aéreos aliados del 13 y 14 de febrero de 1945, tan cerca del final de la Segunda Guerra Mundial, fueron militarmente cuestionables. Pero el bombardeo, que también trajo mucho sufrimiento a gente inocente, no cambia en nada el hecho de que el Reich alemán de Adolfo Hitler fue el culpable de la guerra.

Fue suerte que Klemperer sobreviviera, pero él compartió en su diario sus pensamientos sobre la muerte:

"Delante de mí había un gran espacio vacío, en medio de él, un enorme agujero. Estruendos, luz como si fuera de día, impactos. No pensé nada, ni siquiera tuve miedo, solo una enorme tensión dentro de mí, creo que esperaba el final".

En otra página escribió:

"No pude distinguir detalles, solo vi llamas por todas partes, escuché el alboroto del fuego y la tormenta, sentí la terrible tensión interior".

La Comisión de Historiadores refuta las falsas cifras

Thomas Widera, historiador del Instituto Hannah Arendt para la Investigación del Totalitarismo de Dresde (HAIT), fue miembro de la Comisión Histórica que en 2010, después de cinco años de investigación y búsqueda de pistas, determinó el número de víctimas: por lo menos 18.000 y, como máximo, 25.000. Las otras versiones no corresponden a la realidad. En entrevista DW, Widera citó como ejemplo de las historias inventadas, las especulaciones sobre que hubo varios cientos de miles de refugiados no registrados entre los muertos.

También es falso que la tormenta de fuego haya alcanzado los 2.000 grados centígrados y que miles de personas hayan sido quemadas sin dejar rastro. Esto fue descartado por los análisis de temperatura. "Estos exámenes refutan la afirmación de que un gran número de muertos quedaron reducidos a cenizas o no fueron recuperados".

El historiador afirmó que la mayoría de los muertos fueron enterrados meses después del ataque y también al final de la guerra. Sin embargo, no estuvo claro durante mucho tiempo cuántas personas perdieron la vida en las llamas. Eso se debe a que la remoción sistemática de los escombros de Dresde comenzó recién a finales de los años 40; allí se encontraron restos humanos, "pero no en grandes cantidades", agregó.

En la época de la RDA se estimaba que en el bombardeo de Dresde murieron unas  35.000 personas. Esta cifra se basó en las contabilización de cadáveres y en proyecciones, explicó Widera. Después de todo, los comunistas se acercaron mucho más que los nazis a las cifras definitivas, que se determinaron 60 años después. Poco después de la reunificación alemana, Dresde fue elegido por los neonazis como su principal lugar de manifestación. Más de 6.000 neonazis llegaron a desfilar por la ciudad en los peores momentos.

Manifestación neonazi frente la Ópera de Semper.
Los extremistas de derecha frente a la Ópera de Semper; una y otra vez abusan de la memoria del bombardeo.Imagen: picture-alliance/dpa

Grupos sociales organizan la resistencia contra los neonazis

Entre 2009 y 2011, la ciudad de Dresde fue prácticamente la "Meca de la extrema derecha europea", dijo a DW Joachim Klose, líder del "Grupo de Trabajo 13 de febrero". El movimiento organiza los más diversos grupos sociales para recordar en conjunto la guerra y la destrucción de la ciudad. Klose modera las reuniones de partidos políticos, comunidades religiosas, instituciones culturales y muchas otras. La alianza de izquierda "Dresden nazifrei" (Dresde libre de nazis) también ha contribuido a neutralizar, al menos parcialmente, a los extremistas de derecha.

Durante muchos años la ciudad parecía no tener idea de qué hacer contra las manifestaciones neonazis. Pero esos tiempos han terminado. Desde 2010, el "GT 13 de febrero" llama a fomar una cadena humana en el centro histórico de la ciudad en el aniversario del bombardeo. En el estreno, 17.000 participantes se dieron la mano, mientras hacían sonar las campanas en memoria de las víctimas y, al mismo tiempo, enviar una señal contra el extremismo de derecha.

Imagen de un afiche de "Grupo de Trabajo 13 de febrero".
El anuncio de la conmemoración está colgado en varias partes en Dresde. Aquí en una puerta de la alcaldía. Imagen: DW/M. Fürstenau

Más gente debería "dar la cara"

Sin embargo, hay diferencias en cuanto a la forma de conmemoración y protesta contra los neonazis. La alianza "Dresde nazifrei" considera necesarias las acciones de "desobediencia civil" y piensa que la cadena humana es solo un "hermoso símbolo de la burguesía". Joachim Klose del "GT 13 de febrero" no acepta ese reproche, pero le gustaría ver a más gente "dando la cara".

A pesar de todas las diferentes opiniones sobre la supuesta forma correcta de conmemoración, Klose ve el valor especial del "GT 13 de febrero" en haberse convertido en una "autoridad moral" en Dresde. 

Una conmemoración que libera muchas emociones

El historiador Thomas Widera también percibe lo difícil que sigue siendo este tema: "Por supuesto que percibo una gran carga emocional", afirmó poco antes del 75º aniversario de la destrucción de Dresde. Esto también se expresa en "referencias políticas cotidianas". Entre ellas se cuentan, por ejemplo, los éxitos de extrema derecha de Alternativa para Alemania (AfD) y por el movimiento Pegida, abiertamente xenófobo, que fue fundado en Dresde en 2014.

Sin embargo, la percepción de Widera es que existe un "amplio consenso" en torno al 13 de febrero. Casi todo el mundo está de acuerdo en que debería ser una conmemoración libre de acusaciones políticas, que realmente recuerde a los muertos. "Cualquier otra cosa sería inapropiada".

(ju/er)

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