El enigmático brillo de los animales

La medusa luminiscente brilla cuando es estimulada, como podría suceder en medio de una turbulencia marina. La bioluminiscencia es la capacidad de ciertos animales de producir luz por sí mismos o gracias a la ayuda de bacterias. La mayoría de los animales bioluminiscentes viven en el mar.

Incluso criaturas unicelulares pueden producir luz, como este dinoflagelado, que forma parte del plancton marino. El paso veloz de un pez por su lado o movimientos violentos a su alrededor activan la luz. De esa forma, el dinoflagelado espera confundir a los predadores.

El ejemplo más conocido de un animal que brilla son las luciérnagas. Ellas producen en su órgano lumínico una sustancia llamada luciferina, que reacciona a la presencia de oxígeno y produce luz. Machos y hembras se comunican gracias a esta ventaja evolutiva.

Muchas especies de peces de las profundidades del mar tienen órganos luminosos. Los peces-hacha no son la excepción. Algunos animales abisales producen luz para poder guiarse en medio de la oscuridad. Otros para confundir a sus predadores.

Los photostomias de la familia de los peces-diablo también brillan. Estos peces de aguas profundas tienen órganos luminosos detrás de los ojos que emiten una luz roja, un color inusual para los organismos marinos. Las otras criaturas del mar no pueden percibir las señales de esta especie.

Lo normal es que los ratones no brillen. Pero ese "problema" puede ser resuelto en un laboratorio. Los científicos pueden lograr que los animales generen una proteína fluorescente verde en sus células. Ésta se produce de forma natural en algunas medusas. Vistos con luz ultraavioleta, los ratones se ven verdes.

Teóricamente la ingeniería genética puede hacer que cualquier animal brille. Un instituto de investigación uruguayo creó este cordero, que brilla de color amarillo cuando se expone a la luz ultravioleta. Y hay disponibles de varios colores: verde, amarillo, azul, rojo, etcétera.