El hambre vuelve a sacar las garras

Der Standard, de Viena: “En vista de la últimas imágenes procedentes de Haití, Egipto, Camerún o Indonesia, no es en absoluto exagerado que el presidente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, advierta de ‘tremendas consecuencias’, no sólo para la gente que por estos días padece hambre. Strauss-Kahn ve peligro para la economía mundial y, en última instancia, también para la democracia. Es una perspectiva que va más allá de la indignación moral por el hecho de que todavía exista el hambre en nuestro mundo de abundancia. (...) Los países desarrollados de Europa y Norteamérica tienen que actuar ahora, si no quieren que la seguridad, prosperidad y bienestar de sus democracias se vea afectada por crisis de hambruna en diversos lugares del mundo.”

Repensar la agricultura mundial

Liberation, de París: “El alza de precios de productos agrícolas llevará a la desesperación a muchos habitantes de países en los umbrales del desarrollo. En vista de la creciente demanda de alimentos y los disturbios causados por el hambre, debemos producir más, en grandes cantidades, con rapidez y de forma más barata. Estamos ante un dilema. Se podría pensar en el retorno a una agricultura más intensiva, con el uso de nuevas tecnologías del campo de la agroquímica y la manipulación genética. O se podría optar por un modelo sensato, en consonancia con la defensa del medio ambiente y una alimentación natural. La respuesta de seguro estará a medio camino entre ambas. Pero los países pobres no pueden seguir esperando. Debemos repensar por completo la agricultura mundial.”

Competencia injusta

Tageszeitung, de Berlín: “Desgraciadamente, el titular de ‘hambre debido al bio-combustible’ no es erróneo. La relación es evidente; donde antes se cultivaban alimentos, ahora crecen en todo el mundo cada vez más plantas utilizadas para cubrir necesidades de energía. El cultivo de estas plantas en algunos países pobres no habla en lo sustancial contra del empleo de la bio-energía. Sólo habla en contra del comercio global de biomasa, que conduce indefectiblemente a una competencia injusta por las materias primas agrícolas. Porque los pobres del mundo no pueden competir en un mercado global con las sumas que estamos dispuestos a pagar por nuestra movilidad”.

Estanques vs. estómagos

Trouw, de Holanda: “El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, calificó de bizarro que los habitantes de los países ricos se preocupen por lo que cuesta llenar el estanque del automóvil, mientras para gran parte del mundo se vuelve cada vez más difícil llenar el estómago. Uno de los motivos del alza del precio de los alimentos son los biocombustibles. Todavía se los obtiene de materias primas que también pueden utilizarse para la alimentación. Por eso, el mundo debe producir lo más pronto posible biocombustibles a partir de desechos agrícolas no comestibles. Pero eso no eliminará por completo la presión sobre los precios de los alimentos.”