¿El nuevo Kennedy?

La Repubblica, de Roma, se ocupa del discurso que pronunció la ex primera dama, Hillary Rodham Clinton: „Mientras los delegados demócratas aún se preguntan si la telenovela que ofreció la familia Obama será útil en términos electorales, y mientras los republicanos producen mensajes de campaña contra el candidato afroamericano con la ex primera dama como protagonista, Hillary arremete contra George Bush y Dick Cheney. Ella resalta la catástrofe financiera que la Casa Blanca –bajo dirección republicana- ha causado a Estados Unidos. También ha manifestado apoyo incondicional a Barack Obama. Era la única oportunidad para que Clinton abandonara el rincón en el que se hayaba atrapada. Debía sacudirse el estigma que la retrata como la mejor aliada de los republicanos, con la mira de ocupar de nuevo un lugar relevante dentro del partido. Hillary se lanzó así a la ofensiva.”

¿El nuevo Kennedy?

El diario británico The Independent compara al candidato demócrata como el asesinado ex presidente John F. Kennedy: “La historia jamás se repite de manera exacta. Pero desde mucho antes de que apareciera Edward Kennedy en el congreso del Partido Demócrata ya estaba claro que existen similitudes entre la época actual y aquella en la que otro Kennedy ganó la presidencia, en 1961. Pero en un mundo cambiante y peligroso, en el cual Estados Unidos se enfrenta a la crisis económica más grave de la presente generación, el joven príncipe parece encontrarse frente a retos más grandes que los de hace 48 años. Como Kennedy, Obama es considerado inexperto. Estados Unidos aprovechó entonces la oportunidad y la apuesta tuvo éxito. Con su sola presencia en el escenario demócrata, Edward Kennedy despertó esperanzas de que ello volverá a ocurrir.”

No basta con esperar

Otro tema que aparece en la prensa de hoy es el de la poco alentadora coyuntura económica en Alemania. El Frankfurter Rundschau opina al respecto: “El miedo ha regresado al país; podría producirse una caída económica. Los temores unen a patrones y trabajadores, pues en medio de este clima económico, el consumo se ha inhibido. Ello debe ser tomado como una llamada de atención para el gobierno federal. Si se confirma la tendencia de los indicadores económicos, será difícil justificar que alguien proponga seguir por el mismo camino. Es una gran diferencia si la economía crece tres por ciento, o si se mantiene estancada como hoy. Hay indicios suficientes en cuanto a que será mejor recortar gasto social que impuestos; con ello sacan mayor provecho los que menos tienen. En todo caso, no es suficiente esperar a que se concrete una vaga posibilidad de que las cosas mejoren por sí mismas.”