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El presidente alemán Christian Wulff en torbellino de acusaciones

16 de diciembre de 2011

Acusaciones en torno al presidente alemán, Christian Wulff, de haberle ocultado un cuantioso préstamo a un parlamento regional, han desencadenado un nuevo debate sobre el grado de transparencia en la política alemana.

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Christian Wulff, presidente de Alemania.

Dos días necesitó el presidente federal alemán, Christian Wulff, para romper el silencio. "Reconozco que eso pudo crear una falsa impresión. Lo lamento", dijo el mandatario en un comunicado este jueves 15 de diciembre, añadiendo que no tenía nada que ocultar. "Debí haber revelado antes ese negocio privado (...) porque a fin de cuentas no tuve ni tengo nada que ocultar". Pero el semanario Der Spiegel ha publicado este viernes nuevas informaciones que probarían que Wulff aún no ha dicho toda la verdad.

¿Le exige el pueblo alemán más a sus políticos que en los otros países europeos a los suyos? La acusación: En octubre de 2008, durante su cargo como primer ministro del Estado de Baja Sajonia, Wulff recibió un préstamo privado por medio millón de euros de la esposa del millonario alemán Egon Geerkens, el cual utilizó para financiar parte de la compra de la casa familiar con su segunda esposa, Bettina. La cantidad fue prestada a un tipo de interés del cuatro por ciento cuando el precio hipotecario ascendía al cinco por ciento.

Legal, pero no ético

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Wulff y Merkel.Imagen: dapd

A pesar de que el préstamo ocurrió de manera legal, sus críticos le reprochan no haberlo revelado ante el parlamento regional cuando este le preguntó por su relación con Geerkens a principios de 2010. Pocos meses después, la canciller alemana Angela Merkel, también del Partido de la Unión Demócratacristiana de Alemania (CDU), lo nominó para el puesto de presidente federal de Alemania al cual fue electo en julio de 2010. Su predecesor, Horst Köhler, habia renunciado a su cargo, luego de extendidas críticas a sus declaraciones sobre acciones militares y los intereses comerciales del país.

Pero a pesar del apoyo reciente de Merkel a Wulff, el pueblo alemán parece hacerse cada vez más preguntas sobre la transparencia en el modo de actuar de sus políticos. Solo en marzo de 2011, el hoy ex ministro de Defensa y estrella de los conservadores alemanes, Karl-Theodor zu Guttenberg, renunció bajo la presión de los medios admitiendo que había copiado partes de su tesis de doctorado. Poco después, una de las presidentas del Parlamento Europeo y miembro del Partido Demócrata Liberal de Alemania, Silvana Koch-Mehrin, tuvo también que ceder su puesto por la misma razón.

“Hay que evitar dependencias”

Aunque el caso de Wulff sea diferente, sí muestra características comunes con los anteriores en lo concerniente al manejo de la crisis. En todos estos casos los políticos demoraron días para responder a las acusaciones y cuando finalmente lo hacen, las niegan vehemente. En los casos de zu Guttenberg y Mehrin esta forma de actuar terminó por costarles su credibilidad y el apoyo de los ciudadanos. El escándalo de préstamos probablemente no tendrá consecuencias legales, pero si se extenderá en los próximos días obligando a Wulff a presentar una explicación más extensa de los hechos. Para la opinión pública se trata, al fin y al cabo, del grado de relaciones que pueda mantener un político con un empresario y de las consecuencias que estas puedan tener para un jefe de Estado.

“Tanto el préstamo como la falta de claridad con el Parlamento "son problemáticos", dijo el jefe del organismo anticorrupción Lobby Control, Ulrich Müller, a la agencia de noticias alemana dpa. "Como jefe de gobierno, uno no debería aceptar préstamos privados de un empresario (...) Un político debe separar sus necesidades financieras personales de sus relaciones con elites económicas. Hay que evitar dependencias", añadió Müller.

Europa: entre condenas y absoluciones

Wohnhaus der Familie Wulff
La casa privada de Wulff. Un préstamo privado para su compra echó a rodar la avalancha de acusaciones.Imagen: picture-alliance/dpa

Las reacciones europeas a escándalos de falta de transparencia en los últimos años han sido distintas. El caso más reciente tuvo lugar este 15 de diciembre en Francia, en donde la Justicia condenó al ex presidente Jacques Chirac por malversación de fondos públicos y abuso de confianza durante el periodo en que fue alcalde de París, a comienzos de los años 90.

En España comenzó el lunes anterior un sonado juicio a Francisco Camps, el ex presidente del gobierno regional de Valencia, para determinar, entre otras cosas, si recibió como regalo trajes a la medida por un valor de 14.000 euros. Camps, quien ha sido uno de los jerarcas del Partido Popular del presidente de gobierno español, recientemente electo, Mariano Rajoy, dimitió a mediados de julio pese a que se había declarado "completamente inocente" de las acusaciones. Por otra parte, en Italia, el ex primer ministro Silvio Berlusconi pudo mantenerse en el poder durante varios años a pesar de numerosas acusaciones y juicios relacionados con malversación de fotos y prostitución de menores.

Es muy difícil prever si el caso actual de Wulff tendrá consecuencias drásticas para el político. Mucho dependerá del grado de transparencia con la cual él maneje la situación. Probable es que un mal manejo de la crisis tuviese repercusiones en la coalición de Gobierno de Angela Merkel.

Autor: Gabriel Domignuez / dpa

Editor: José Ospina-Valencia