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Vaticano: ¿un mediador efectivo para Venezuela?

Victoria Dannemann
11 de septiembre de 2018

Una nueva oportunidad para el diálogo podría surgir del encuentro entre los obispos de Venezuela y el Papa Francisco. ¿Cuán poderosa es la diplomacia vaticana y qué posibilidades tiene de mediar en la crisis de ese país?

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Vatikanstaat PK Bischöfe aus Venezuela | Jose Trinidad Fernandez & Jose Luis Azuaje Ayala
Imagen: Getty Images/AFP/A. Pizzoli

Aunque hasta ahora los esfuerzos de la Iglesia católica por mediar en la crisis política y humanitaria que sufre Venezuela no han dado los frutos esperados, la visita Ad Limina de los más de 40 obispos de ese país al Vaticano, la primera después de ocho años, podría reactivar este canal.

Como parte de su visita, del 6 al 15 de septiembre, los obispos se encontraron con el Papa Francisco este martes 11 para informarle sobre la situación que vive el país. Cuando las instancias de diálogo parecen haberse agotado y los llamados de la Iglesia a convocar a elecciones, entre otras medidas, no han sido atendidos, ¿cuánto puede aportar todavía la diplomacia vaticana?

Si bien los canales por los que ésta se mueve son a veces menos visibles y más discretos que los de otras instituciones, no por eso son menos efectivos. Sus históricos logros son un buen antecedente. "Recordemos la mediación de Juan Pablo II entre Chile y Argentina en relación con el Canal Beagle en 1979, que logró evitar una guerra entre los dos países. Más recientemente, hubo una mediación de Benedicto XVI, seguida por Francisco, entre Cuba y los Estados Unidos, que condujo al acuerdo entre los dos países. Y luego está la acción de la Iglesia en América Central para poner fin a las guerras civiles que han afectado a estos países”, destaca el francés Jean-Baptiste Noé, doctor en historia y autor del libro "Geopolítica del Vaticano”.

También conocido es el apoyo del Vaticano al proceso de paz en Colombia y las gestiones que, en diferentes épocas, han realizados las conferencias episcopales en sus respectivos países, abogando por el respeto a los derechos humanos y el retorno a la democracia, como ocurrió en Chile o como actualmente está sucediendo en Nicaragua.

Diplomacia en tiempos de crisis

 La escuela diplomática del Vaticano es de las más antiguas y con mayor experiencia. "El Vaticano es uno de los Estados con más embajadas y representaciones diplomáticas en el mundo. Está a la par con Estados Unidos y Francia. Tiene una red de inteligencia muy grande, gracias a las comunidades religiosas”, indica Noé, director del Instituto Orbis. "Su fuerza es que no defiende sus propios intereses, sino los de la humanidad, de los débiles y los excluidos. No busca ganar cuota de mercado o conquistar territorios, como la diplomacia clásica”, afirma.

A la conocida experticia vaticana se agregan factores personales de cercanía con Venezuela. "Entre un Papa argentino y un Secretario de Estado, Pietro Parolin, que fue nuncio apostólico en Venezuela entre 2009 y 2013, la cabeza de la iglesia conoce bien América Latina y Venezuela en particular”, dice Noé. Coincidentemente, el Superior General de la Compañía de Jesús, por primer vez nacido fuera de Europa, es el venezolano Arturo Sosa Abascal. En octubre asumirá un compatriota suyo, Monseñor Edgar Peña Parra, actual nuncio en Mozambique, como Sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano.

A pesar de estos factores, la profundidad de la crisis venezolana es tal que la vía diplomática hoy parece lejana, aunque no se descartan, como ha ocurrido en otras ocasiones, gestiones ocultas del Vaticano.

Reiner Wilhelm, responsable de proyectos para Venezuela de la acción católica alemana Adveniat, viene llegando de Roma, donde se reunió con los obispos venezolanos. En su opinión, las perspectivas de diálogo no son muy alentadoras, ante la urgencia humanitaria que vive el país. "La realidad es que la falta de alimentos y medicamentos, y tanta miseria están obligando a la gente a abandonar el país”, dice.

"El Vaticano no se va a negar a mediar en las negociaciones, pero tiene que ser invitado al diálogo, a lo que se ha opuesto el régimen de Maduro”, afirma Wilhelm. En su último viaje a Venezuela, el experto pudo comprobar cómo los sacerdotes están junto a los pobres y los que sufren, compartiendo esa realidad.

Perspectivas de mediación

 A pesar de las garantías que ofrece el Vaticano como mediador, la gestión del Papa también tiene debilidades: "Se limita a la buena voluntad de los gobiernos. Él puede defender la paz y la ley, pero no puede imponer nada. Lo vemos en Venezuela: no tiene medios para presionar a Maduro. Pero anima a los católicos a continuar trabajando por la paz y la reconciliación nacional”, dice Noé.

La larga y profunda crisis que vive Venezuela representa un complejo desafío para la diplomacia vaticana. "La mediación es difícil. Ésta es una crisis política interna de un país y un Estado extranjero tiene dificultades para intervenir en ella. Es difícil ver cómo Nicolás Maduro podría renunciar a su doctrina”, advierte Jean-Baptiste Noé.

En estas circunstancias, el diálogo no se ve fácil. Especialmente cuando "el oficialismo niega la existencia de una crisis y, por otro lado, no existe una contraparte en la oposición que pueda entrar en diálogo”, afirma Reiner Wilhelm. Mientras tanto, el pueblo venezolano, mayoritariamente católico, sigue con atención y esperanza la visita de sus pastores al Vaticano y las repercusiones que pueda tener para la resolución de una crisis que se agudiza día a día.

Victoria Dannemann (er)