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Sociedad

Eran llamados los hijos de la vergüenza - Una historia de prejuicios y propaganda

29 de abril de 2021

Tras la Primera Guerra Mundial, las relaciones entre ocupantes franceses y mujeres alemanas eran tabú, más si se trataba de soldados de las colonias francesas. Los hijos de estas parejas se convirtieron posteriormente en víctimas del racismo nazi.

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De los alrededor de 100.000 soldados franceses que fueron enviados a ocupar la Renania alemana en 1920 después de la Primera Guerra Mundial, alrededor de 20.000 provenían de las colonias francesas: de Túnez, Marruecos, Vietnam y Senegal. En particular los soldados de África se convirtieron rápidamente en el blanco de una campaña de difamación llamada "la vergüenza negra", que fue noticia en todo el mundo. Con la intención de desacreditar la política de ocupación francesa en Renania, partidos, medios de comunicación y organizaciones civiles acusaron falsamente a los soldados coloniales franceses de violar sistemáticamente a mujeres y niños alemanes. La venenosa campaña de propaganda presenta a las tropas de ocupación negras, norteafricanas y asiáticas en Alemania como una amenaza para la "raza alemana", así como para el futuro de la civilización europea. En las regiones del Rin alemán nacieron varios cientos de niños entre 1919 y 1928 como resultado de las relaciones entre mujeres alemanas y soldados coloniales. Se desconoce el número exacto, oscila entre 400 y mil. Estos niños, sus madres y sus familias fueron marginados socialmente desde un principio. Años más tarde, estos hijos de mujeres alemanas y soldados coloniales franceses se convirtieron en víctimas del racismo nazi: en abril de 1937, cientos de ellos fueron esterilizados por la fuerza por orden secreta de Adolf Hitler. Para cumplir las órdenes de Hitler se forma bajo la dirección de la Policía Estatal Secreta la denominada "Comisión Especial 3". En este reportaje, Dominik Wessely habla de un crimen que ha pasado al olvido. Y de cómo el veneno de las noticias falsas y de la propaganda puede apoderarse de una sociedad, y las palabras convertirse en hechos terribles.