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¿Es realmente novedoso el nuevo acuerdo UE-México?

Mirra Banchón
2 de mayo de 2018

En medio de un ambiente hostil al libre comercio, la UE y México han logrado hacer de su acuerdo del año 2000 “un tratado apto para el siglo XXI y muy novedoso”. ¿Es así?

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Symbolbild - Mexiko
Imagen: Getty Images

El logro de un ‘acuerdo en principio' para la modernización del tratado de libre comercio entre la UE y México cae en terreno abonado y llega en el momento preciso: en la semana en que una nueva ronda de negociaciones con Mercosur se cierra sin grandes noticias y cuando México renegocia su acuerdo con Estados Unidos y Canadá.

"La señal que envían es positiva a todos sus socios: nosotros sí estamos dispuestos a colaborar. Esto es especialmente importante en lo tocante a Estados Unidos que se lo está haciendo muy difícil, tanto a México como a la UE”, explica a DW Roberto Reyes Barrera, investigador de la Universidad Libre de Bruselas (VUB). Al parecer, así fuentes europeas, lo que han logrado los negociadores en menos de dos años es un acuerdo muy novedoso, que tanto moderniza capítulos comerciales –llegando a ausencia de aranceles para casi todos los bienes- como incluye acápites totalmente nuevos.

¿Qué es lo novedoso?

"Recordemos que el tratado de libre comercio UE-México fue el primer acuerdo trasatlántico”, sigue Reyes, especialista en derecho económico internacional. "Hace 18 años fue un acuerdo de avanzada. Su modernización –que era necesaria para adaptarse a los negocios y el comercio actuales- también logra incluir capítulos que no existen en otros”. 

No sólo se trata de que se han eliminado totalmente los aranceles para el chocolate y la pasta, o que se ha logrado acceso preferencial para quesos europeos como el gorgonzola y el roquefort. O que hayan logrado incrementar la cuota para la leche en polvo o los productos de carne de porcino.

Se trata, según la información oficial, por ejemplo, de que incluye compromisos vinculantes para la protección de los trabajadores, del medio ambiente, la lucha contra el cambio climático y la transición hacia una economía baja en carbono.

"También hay uno –por primera vez en todos los acuerdos de la UE- en materia anticorrupción”, sigue Reyes. "Se trata de la corrupción en materia de comercio e inversión, para evitar que ésta sea  un obstáculo para los proyectos de  negocios”, agrega.

¿Ejemplo? Un nuevo mecanismo se aplicaría "en caso de que en una licitación, sea en México o en la UE, alguien esté pidiendo algún tipo de pago ilegal para participar en un proyecto de construcción”, apunta. Hay que recordar, sin embargo, que esto está en pañales –es un acuerdo en principio-  y que los instrumentos para su puesta en práctica aún están por elaborarse.

Que el acuerdo libere los servicios (financieros, de transportes, telecomunicaciones y e-commerce), por el contrario, no es motivo de optimismo para la eurodiputada británica Molly Scott Cato, miembro de la comisión económica: "Si los capítulos finales sobre los servicios financieros son como el borrador, el crimen organizado se sentirá cómodo. Toda forma de inversión –incluida la especulativa- seguirá siendo permitida. El novedoso capitulo anticorrupción no va más allá de convenciones que ya existen y que nunca la evitaron”. 

¿Bueno para todos?

Por otro lado, hay 400.000 puestos de trabajo en la UE que están ligados, de una u otra manera, a la relación con México, para quien la UE es su tercer socio comercial. Para la UE, México, con sus 128 millones de habitantes, representa el segundo socio comercial en América Latina, después de Brasil. Ahora, con el nuevo acuerdo, serán posibles las compras públicas tanto a nivel estatal como regional. "Según el acuerdo en principio, México va a negociar con sus Estados para que permitan en sus legislaciones que  empresas europeas puedan participar en licitaciones públicas”, explica Reyes.

Symbolbild Freihandelsabkommen zwischen Mexiko und Europa
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmstrom, y el ministro mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo: los impulsores de la modernización del acuerdoImagen: Getty Images/AFP/P. Pardo

Para los europeos, esto es una buena noticia; por cada mil millones de euros más en exportación, según cálculos de la UE, se crean unos 14.000 puestos más en suelo europeo.

¿Y en México? Paralelamente a las cifras macroeconómicas de crecimiento, las cifras sociales son alarmantes: se calcula que el 52,3% de los niños (entre 0 y 11 años) y el 48,8% de los adolescentes vive en la pobreza y que el 22,3% no está escolarizado. A ello se suma el incremento en las tasas de violencia. En esta situación, ¿la modernización del acuerdo con la UE redundará en beneficios para la población?

"Ningún tratado de libre comercio es por sí solo la medicina para resolver la pobreza de un país. Ese problema es muy grande y muy grave en Mëxico. Lo que sí pueden hacer, como parte de toda una política económica, es ayudar a crear fuentes de empleo que permiten, como es el caso hoy en día, a cientos de miles de mexicanos tener trabajo en áreas relacionadas con la producción y la exportación hacia la UE”, afirma Reyes.

Así las cosas, según la Comisión Europea, este acuerdo –que va acompañado del diálogo político y cooperación- sienta las bases para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Aunque hay que esperar a la versión final,  "que hayan incluido un capítulo de comercio y desarrollo sustentable, que proponga la creación de un órgano internacional (ya no bilateral) para mediar en los conflictos entre el Estado y el inversionista y que haya un capítulo dedicado a la transparencia de las pequeñas y las medianas empresas, lo hace un acuerdo muy novedoso, que sin duda servirá de referente”, concluye Reyes.