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¿Está la Convención sobre Refugiados a la altura del 2021?

Martina Schwikowski
28 de julio de 2021

El documento de la ONU tiene 70 años; hoy existe una falta de voluntad política para implementar los derechos de los refugiados en virtud del acuerdo, dicen expertos. Los países de África están más adelantados.

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TABLEAU | Weltflüchtlingstag 20.6.2021 Bildergalerie
Imagen: Jack Taylor/Getty Images

Defender los derechos humanos es la pasión de Hamado Dipama, algo a lo que se dedica cada día desde que huyó de la violencia por motivos políticos de Burkina Faso, su país natal. Hace veinte años que el joven estudiante, junto a muchos otros, se levantó contra la dictadura de Blaise Compaoré, que gobernó el país con mano dura durante 27 años hasta que fue derrocado por un levantamiento popular en 2014. Dipama acabó en su nuevo y "segundo" hogar por casualidad: la capital bávara, Múnich.

"¿Por qué no recibo protección?”

"Cuando estaba huyendo, no conocía la Convención de Ginebra sobre los Refugiados", dice Dipama a DW. "En el Sur no se aborda, ahí la gente tiene poca información al respecto". Cuando llegó a Europa, tuvo que asumirlo: "¿Por qué ciertas personas reciben protección y yo no, a pesar de que pude explicar todo sobre mi situación en Burkina Faso?”, dice.

Deutschland, München | Hamado Dipama auf einer Demonstration gegen Rassismus
Hamado Dipama lucha activamente por los derechos de los refugiados: aquí en 2017 en una manifestación contra el racismoImagen: Sachelle Babbar/ZUMA/picture alliance

La Convención de Ginebra es un fundamento indispensable de la protección internacional de los refugiados. Define quién es un refugiado y qué derechos (y obligaciones) tiene. Las personas tienen derecho a este estatus si han abandonado su país debido a un "temor fundado a ser perseguido por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política", como dice la redacción original.

Tras la Segunda Guerra Mundial y ante las crecientes tensiones políticas entre el Este y Occidente, las Naciones Unidas adoptaron la Convención en Ginebra en 1951. Sin embargo, al principio se limitó a proteger principalmente a los refugiados europeos directamente después de la Segunda Guerra Mundial. A fin de hacer justicia al nuevo orden mundial, la Convención se amplió mediante un protocolo en 1967: 149 Estados han firmado uno o ambos acuerdos.

La Convención sigue siendo importante

La Convención sigue desempeñando un papel importante hoy en día, es el único documento que obliga a los Estados a dar protección a los refugiados, dice Susan Fratzke, analista del Instituto de Política Migratoria de Bruselas. Hoy en día, dice, la gente se ve obligada a abandonar sus hogares por razones diferentes a las de la situación de la Guerra Fría: los gobiernos fracasan, grupos contrarios luchan por el poder, las economías de los países de origen se hunden y no pueden alimentar a sus familias. "Nada de esto está incluido en la Convención, pero eso no significa que se haya vuelto obsoleta. Tenemos que pensar más y ser más creativos para satisfacer las necesidades de la gente", dice Fratzke a DW.

Äthiopien | Mai Aini Flüchtlingscamp
La estabilidad no siempre prevalece en los países de acogida: refugiados eritreos en Etiopía, enero de 2021Imagen: EDUARDO SOTERAS/AFP/Getty Images

Incluso hace 30 años, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) era consciente de que un nuevo movimiento estaba creciendo con los trabajadores migrantes: "No son personas que huyen de la persecución, sino con la esperanza de una vida mejor", dijo Douglas Stafford, entonces Alto Comisionado Adjunto, en entrevista con DW en 1991. "Tenemos que ser muy cuidadosos en el futuro sobre cómo abordar los problemas de estos trabajadores migrantes". Incluso 30 años después, huir por motivos económicos no ayuda a obtener el estatus de refugiado.

Los países receptores de África carecen de recursos

En la actualidad, algunos países africanos se encuentran entre los que más refugiados acogen en el mundo. Casi todos los países del continente han firmado la Convención. "Muchos Estados han dado un paso más", dice Fratzke, al adoptar la Convención sobre los Refugiados de la Organización de la Unidad Africana (OUA), predecesora de la Unión Africana. Con ello, otorgan a los refugiados "derechos legales que no están contemplados en la Convención sobre los Refugiados”, cuenta.

Abiy Ashenafi, que dirige la Unidad de Migración del Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica), también cree que el acuerdo de la OUA ha resuelto algunas de las deficiencias en la estricta definición de "refugiado”.

Refugiados sudaneses en Chad.
La agencia de la ONU para los Refugiados ayuda a registrar y dar atención.Imagen: UNHCR/Aristophane Ngargoune

Sin embargo, ambos expertos ven un problema en la ejecución: muchos países de África que acogen refugiados carecen de recursos y son a su vez Estados frágiles, con dificultades económicas.

Poca voluntad política

La Convención de Ginebra no llega a su potencial. La falta de cooperación internacional se debe a que no hay obligaciones vinculantes, escribe Ashenafi a DW: "Debe haber algún tipo de norma vinculante al respecto. Esto puede lograrse reformando la Convención de la ONU sobre los Refugiados”, subraya.

Documento de viaje alemán para refugiados.
Documento de viaje alemán para refugiados: el grado de aplicación del Convenio, y la forma de hacer cumplir las condiciones, se desprende de la legislación nacional.Imagen: Imago Images/epd

Según él, una de las lagunas de la Convención es que no prevé un mecanismo de denuncia de los refugiados contra los países de acogida. De acuerdo con Fratzke, el documento estipula el derecho de los refugiados a no ser devueltos a un país donde son perseguidos. Pueden circular libremente por el país de acogida e ir al trabajo y a la escuela. Pero: "La Convención no es un órgano ejecutivo. Cada Estado que la ha firmado debe consagrar su obligación con la misma a través de leyes de asilo apropiadas en el país". El problema es que "muchos Estados no quieren o no pueden hacerlo. Como consecuencia, es difícil que los refugiados reciban protección, aunque tengan derecho a ella en virtud de la Convención”.

Respetar y renovar el convenio actual

Esta práctica se aparta mucho del documento, según critica también Hamado Dipama. Considera que las prácticas de deportación son a menudo cuestionables. Por ejemplo, cuando las personas que ya están bien integradas en Alemania son devueltas a su inestable país de origen.

Dipama conoce el miedo a la deportación. Vivió como refugiado durante nueve años y luchó contra la misma. Obtuvo un permiso de residencia en 2014, y hace un mes solicitó la naturalización. "Tampoco fue un paso fácil para mí, porque tengo que renunciar a mi pasaporte burkinés". Desde 2007, es portavoz del Consejo Bávaro para los Refugiados y fundó el grupo de trabajo Panafricanism, que hace campaña por los intereses de la población negra.

¿Qué desea para el futuro? "No hace falta exigir mucho. Los Estados solo deben hacer lo que firmaron en la Convención y modificar el documento para que los refugiados de los países problemáticos de hoy reciban más protección".