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¿Euros o dracmas para los empleados públicos?

2 de octubre de 2011

El segundo al mando de la Unión Social Cristiana, uno de los tres partidos de la coalición de Gobierno de la canciller Merkel, dijo que Grecia estaría mejor fuera de la zona euro si no puede restaurar sus finanzas.

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Imagen: DW

El político Alexander Dobrindt declaró a la radio Deutschlandfunk que una salida de Grecia de la zona euro sería una medida de último recurso y que a Atenas le resultaría más fácil recuperarse fuera del bloque de la moneda única.

 

"Creo que una solución, si uno desea llevar devuelta a Grecia a una condición económicamente competitiva, es que esto ocurra fuera de la zona euro", manifestó.

 

Merkel, líder de los Cristianos Demócratas (CDU), y el ministro de Finanzas Wolfgang Schaeuble han rechazado públicamente la idea de que Grecia abandone la zona euro. La canciller ha advertido que una salida de Grecia del bloque o la bancarrota podrían desatar un efecto dominó.

 

Los Demócratas Libres (FDP), el tercer partido en la coalición de centro-derecha, también se han expresado en contra de la idea.

 

Pero Horst Seehofer, líder del ultra-conservador CSU, ha dicho que no descartaría que Grecia tuviera que dejar la zona euro. Se trata de una postura cada vez más popular entre el público alemán.

 

Dobrindt fue más allá que Seehofer en la entrevista del domingo con Deutschlandfunk, al decir que creía que la salud fiscal de Grecia podría restaurarse más rápidamente fuera del bloque. "Es muy posible que sea más fácil para los griegos reestructurar su economía en un periodo limitado de tiempo fuera de la zona euro", afirmó Dobrindt. "Debe ser posible dejar temporalmente la zona euro para restaurar el sistema fiscal y reestructurar la economía", señaló.

 

Quiebra segura

 

La gran mayoría de los griegos considera inevitable una quiebra de las arcas estatales en medio de la actual crisis de deuda vivida en el país, según un sondeo publicado por el dominical "To Vima" en Atenas.

 

Un 67,3 por ciento de los consultados por el instituto demoscópico Kapa dijo esperar la bancarrota de Grecia, aunque un 70 por ciento quiere que, de darse dicha situación, el país se mantenga dentro de la zona del euro. Sólo uno de cada cinco está a favor del regreso de la antigua moneda nacional, el dracma.

 

La mayoría de los participantes en la encuesta, un 58,9 por ciento, aboga también por los despidos en el sector público para reducir el gasto estatal, mientras que un 40 por ciento está en contra. Por su parte, nueve de cada diez proponen la fusión de varios órganos estatales como medida de ahorro.

 

Un 60 por ciento está dispuesto a pagar el nuevo impuesto inmobiliario de cuatro euros (5,35 dólares) por metro cuadrado de sus viviendas, y eso pese a que el 75 por ciento de los consultados considera injusta dicha tasa.

 

La encuesta fue realizada por el instituto demoscópico Marc. En ella fueron consultados 1.005 hogares entre el 26 y el 29 de septiembre.

 

Grecia revelará este domingo su plan para iniciar el despido de trabajadores públicos, la parte más problemática de su paquete de reformas exigido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para liberar préstamos y evitar la bancarrota.

 

¿Liberarán los 8.000 millones de €?

 

Sin la liberación de un tramo de rescate de la UE por 8.000 millones de euros Grecia podría quedarse sin dinero para pagar los sueldos estatales dentro de algunas semanas.

 

Funcionarios europeos intentan por todos los medios evitar una moratoria de la deuda griega, que podría arruinar los balances de bancos europeos, dañar los prospectos de la moneda única del bloque y posiblemente hundir al mundo en una nueva crisis financiera global.

 

Negociadores del FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE), conocidos como la troika, regresaron a Atenas tras abandonar las conversaciones hace un mes, y se han reunido con funcionarios griegos durante los últimos cuatro días.

 

Para persuadir a la troika de liberar los préstamos, el Gobierno prometió aplicar nuevos impuestos, recortar los salarios estatales en un 20 por ciento promedio y reducir el número de empleados del sector público en un quinto para 2015.

 

Las medidas de austeridad son altamente impopulares y sindicatos del sector público esperan que las huelgas y manifestaciones puedan cambiar la determinación del Gobierno socialista de poner en marcha la reforma.

 

Ninguna parte del paquete es más polémica que el plan de despedir a empleados estatales, que representan un quinto de la fuerza laboral griega y a quienes se les garantiza un empleo vitalicio bajo la Constitución, que prohíbe los despidos de trabajadores gubernamentales en todas las circunstancias.

 

El Gobierno aún debe anunciar cómo funcionará el programa, incluyendo detalles sobre si será usado para despedir a empleados jóvenes o sólo acelerar el retiro de trabajadores que están por alcanzar la edad de jubilación.

 

Fuente: Agencias dpa, afp, Reuters

Editora: Claudia Herrera Pahl