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Extremismo de derecha amenaza el clima económico

Jen Fraczek / MH6 de mayo de 2013

Varias regiones de Alemania tienen una fuerte presencia de partidos de extrema derecha. Esto representa una amenaza debido a la mala reputación que puede ahuyentar potenciales inversores y turistas.

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Imagen: picture-alliance/dpa

“Racismo, antisemitismo y extemismo de derecha no tienen cabida en nuestra empresa”, así reza un cartel de la firma constructora “Beton-Service-Wittenburg”. El cartel en sí, no hará a un neonazi cambiar de ideas. Sin embargo, expone claramente que la empresa no tolerará xenofobia en su interior.

Wittenburg está ubicada en Mecklemburgo-Pomerania Occidental, donde existen hermosos lagos, bosques y playas para pasar vacaciones. Sin embargo, este paisaje está cubierto de una sombra de color marrón. En algunas circunscripciones electorales, el partido de extrema derecha “Partido Nacionaldemocrático de Alemania” (NPD) alcanza más de 10 por ciento de las preferencias, y en algunos pueblos los neonazis se han instalado con oficinas y locales de asociación.

Representantes del NPD en el Parlamento de Mecklemburgo
Representantes del NPD en el Parlamento de MecklemburgoImagen: picture-alliance/ZB

La imagen juega un rol para la elección del emplazamiento

Por eso desde hace algún tiempo diversos sectores sociales están haciendo importantes esfuerzos contra la extrema derecha. Uno de los objetivos también es mejorar la reputación de la región. Este no sería el único motivo de la iniciativa, subraya Achim Froitzheim, vocero del distrito administrativo Vorpommern-Greifswald, donde el NPD tiene una fuerte presencia. “Una mala imagen, si bien es una molestia, solo representa un síntoma”. El extremismo de derecha tiene sus raíces en el racismo, el antisemitismo, la homofobia y la intolerancia, según Froitzheim. “Eso ya debería ser motivación suficiente para cualquier demócrata medianamente convencido para enfrentarse a los neonazis”, agrega.

Sobre las consecuencias económicas de extremismo de derecha advierte un folleto editado por la Conferederación Sindical Alemana (DGB) y la Unión de Federaciones Empresariales de Mecklemburgo-Pomerania Occidental (VUMV). Dibujan los efectos de una imágen xenofóbica de la siguiente manera: turistas y clientes se abstienen de visitas, proveedores y socios de empresas se retiran.

Si bien no hay cálculos sobre el daño económico que este fenómeno genera en la región, sí hay estimaciones sobre los efectos para determinados sectores. La Federación de Turismo calcula que con una mejor imagen el estado podría atraer hasta 400 mil turistas más al año.

Empresas se manifiestan contra el racismo
Empresas se manifiestan contra el racismoImagen: verdi/BBT

Una que otra empresa podría desistir

En cuanto al emplazamiento de empresas, no existen casos concretos conocidos que corroboren una relación adversa entre xenofobia versus inversión en un lugar concreto. Sin embargo, un estudio de la Universidad Halle-Wittenberg mostró que fenómenos como xenofobia y violencia de la extrema derecha sí pueden influir en la elección para establecer un negocio. Alrededor de una quinta parte de los empresarios del este y un diez por ciento de los dueños de empresas del oeste se mostraron sensibles al fenómeno descrito, de acuerdo a la encuesta.

Más allá de estos datos, el interés de potenciales inversores no es la preocupación central del equipo de asesoramiento empresarial de la Confederación Sindical Alemana (DGB), representado por Birgit Neumann. Ella mantiene conversaciones en las empresas sobre los conflictos cotidianos que surgen con el extremismo de derecha. Por ejemplo les ayuda en identificar los códigos y la simbología utilizada por los neonazis, que ya no es tan visible a primera vista como hace algunos años, cuando bastaba la cabeza rapada, botas militares y poco más para identificarlos. Además les muestran a las empresas cómo rescindir contratos con proveedores que resulten ser propiedad de extremistas de derecha.

Neumann explica que los empresarios tienen la obligación de posicionarse contra las tendencias de extrema derecha que detecten en sus empresas, exigirles a sus trabajadores un comportamiento ético no solamente en el lugar del trabajo y animar a aquellos empleados que tienen el valor de denunciar expresiones xenófobas o racistas.

Autor: Jen Fraczek / MH

Editor: Enrique López