Fráncfort es el centro financiero más importante de Alemania. Por eso empezamos nuestro recorrido por el barrio de los grandes bancos, con sus imponentes rascacielos. Luego nos sumergimos en la historia de la ciudad y visitamos el corazón del casco antiguo, el Römerberg, la plaza del ayuntamiento. Allí veremos también la catedral de San Bartolomeo, donde se coronaba a los emperadores germano-romanos. En Fráncfort uno se cruza a cada paso con la historia, la cultura y el arte. Es una de las pocas ciudades alemanas que concentran tantos museos en un espacio tan reducido. El más destacado, por supuesto, es el Museo Städel, que reabrió sus puertas a principios de 2012 e inaguró una nueva planta subterránea. El macizo del Taunus, en las afueras, ofrece una oportunidad fantástica para escaparse de la gran metrópolis. Estas montañas a las puertas de la ciudad invitan a dar un paseo por el bosque o a hacer una excursión en bicicleta. La historia de la región se manifiesta a través de sus casas entramadas, las ruinas de castillos o el fuerte militar romano de Saalburg, hoy reconstruido.