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Cada vez son más los escaladores aficionados que quieren coronar la majestuosa cumbre de los Alpes entre Francia e Italia. Solo el año pasado, 25.000 personas durmieron en los abarrotados refugios de la montaña. En temporada alta, hasta 300 escaladores inician cada noche el ascenso hacia la cima. Pero muchos de ellos no son más que principiantes que no llevan el equipamiento adecuado ni tienen las condiciones físicas ni la experiencia necesarias.