Finalmente, después de cuatro meses, Konstantinos Bourazanis alcanzó el éxito. El ingeniero encontró un empleo en una empresa en Núremberg. Ahora su novia vendrá desde Grecia a vivir con él, y ambos podrán instalarse en su nuevo hogar. Sin embargo no todos los inmigrantes griegos tienen tanta suerte a la hora de buscar trabajo.