''Fuertes y orgullosos''
9 de mayo de 2008
Las calles de Moscú lucieron como no lo hacían desde mucho tiempo atrás. Algunos observadores compararon el panorama con el de una ciudad sitiada: restricciones al tránsito de vehículos y personas, calles cerradas a lo largo de varios kilómetros y barricadas con vehículos pesados del ejército ruso.
"Desfile pacífico"
La versión oficial es que se trató de un desfile pacífico. El ex presidente, Vladimir Putin, afirmó que "no se trata de hacer ruido de sables". Pero la descripción de las propias autoridades rusas deja poco lugar a la interpretación. "Debemos tener garantizada la defensa efectiva de nuestra patria", dijo Dimitri Medvedev, sucesor de Putin en la presidencia.
El diario Isvestia fue aún más claro. La parada militar, afirmó el rotativo, "es una señal a nuestros socios de la OTAN que quieren acercarse cada vez más con sus bases militares a las fronteras rusas". Fuentes militares, citadas por agencias informativas, hablaban también de que se trataba de una demostración de poder frente a la vecina república de Georgia, con la cual Rusia ha tenido serios diferendos, incluso militares, en tiempos recientes.
Soldados contra extremistas
El motivo de la celebración llamaba por sí mismo la atención. Se conmemoraba el 63 aniversario de la victoria de las tropas soviéticas frente al ejército nazi. No obstante, Medvedev afirmó que "jamás debe repetirse una tragedia como la Segunda Guerra Mundial". En cambio, dijo el presidente ruso, la meta de los 8.000 soldados que desfilaron por las calles moscovitas debe ser "la lucha contra el extremismo y el terrorismo."
Pero también resaltó en el desfile la presencia de Medvedev junto al ex presidente y hoy primer ministro ruso, Vladimir Putin. La cercanía política de ambos fue transmitida en vivo y en directo por la televisión estatal rusa.
"Somos fuertes y orgullosos"
La parada militar también sirvió como ocasión para la reaparición de veteranos de guerra, muchos de los cuales viven en condiciones sociales precarias. Uno de ellos, Mijail Schajramanov, dijo que el acontecimiento constituye "el reconocimiento de nuestra fiesta nacional más importante".
"Somos fuertes y orgullosos", afirmó otro. "Con esto demostramos al mundo que tenemos a científicos capaces de desarrollar todas estas técnicas".
En el desfile figuraron tanques de guerra y misiles intercontinentales como el modelo Topol. Se calcula que costó varios millones de euros. Voces críticas demandaron en días pasados que tales recursos fueran encauzados a programas de ayuda social.
Pero en general, el acto tuvo una recepción positiva entre la población rusa: de acuerdo con encuestas, 70 pr ciento de la población rusa vio con buenos ojos la realización del primer desfile militar en Moscú desde hace décadas.