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Fulda: entre religión, barroco y naturaleza

2 de abril de 2003

Detrás de su fachada moderna, emerge parte de la historia religiosa de Alemania, enmarcada en una de las reservas de la biosfera en Alemania.

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La UNESCO incluyó a la región entre las 14 reservas de la biosfera en Alemania.Imagen: Bilderbox

Como nos comentó la señora en la tienda de fotos: "Fulda es una ciudad preciosa, no es de extrañar, por eso la eligieron los obispos." Un comentario que hace honor a la verdad: la ciudad aúna donaire urbano y elegancia, a la sombra y bajo el signo de la cruz. Y ello, aunque hay que admitir que al salir de la estación uno no se topa precisamente con Iglesias, sino con instituciones más profanas: el McDonald de turno o grandes almacenes de los que contribuyen a hacer que todos las ciudades alemanas se parezcan. Pero a pocos pasos, al adentrarnos en el casco viejo, la ciudad va mostrándonos un rostro cada vez más religioso.

Uno halla la impresionante iglesia parroquial, pasea por zonas que llevan los nombres de Callejuela de las Monjas, Plaza de los Jesuitas o Puerta del Abad, o se encuentra con la iglesia más antigua de Alemania. Nos topamos con anuncios que hacen publicidad de una cerveza tradicional de un cabildo o nos hallamos frente a una cárcel medieval de mujeres, llamada Torre de las Brujas. En cualquier caso es la historia eclesiástica de Fulda con todas sus facetas.

Barock around the clock

"Fulda: ciudad barroca" así se nos anuncia la ciudad de Fulda ya en la autopista. Un paseo por la ciudad hace las delicias de cualquier visitante, y no sólo de los expertos en Historia del Arte. Las hermosas calles adoquinadas o los edificios con fachadas de entramado cuidadosamente restaurados acogen tiendas o pequeños cafés, ajenos al tráfico de la ciudad.

En un cuarto de hora uno ha recorrido lo más importante. Es una ciudad donde no se tarda mucho en llegar a ningún sitio, en la que uno se siente acogido nada más llegar.

De quedar al margen a estar en el mismísimo centro del país

Fulda está orgullosa de su situación geográfica. Hasta la reunificación alemana, Fulda se encontraba en un emplazamiento marginal, cerca de la frontera interalemana. Hoy Fulda ha recuperado el lugar que le corresponde, en el centro del país. Y ya sea hacia el norte, el sur, el este o el oeste, Hamburgo, Múnich, Berlín o Colonia: en un máximo de tres horas se llega a cualquier sitio. Y ello, junto a la bellezas barrocas que ofrece, ha hecho que la ciudad sea una centro de congresos muy apreciado por empresas e instituciones.

Además, desde que Fulda ha recuperado su posición central, los inversores han puesto sus ojos en la ciudad. En Fulda se sigue manteniendo la tradicional industria de fabricación de neumáticos, como se puede comprobar en millones de automóviles, pero también otras muchas empresas se han asentado en la zona: unas 250 sólo en el sector de las tecnologías de la información.

También el Rhön es hermoso

Al hablar de la situación geográfica de Fulda es inevitable hacer referencia a la región del Rhön, un lugar que hace las delicias de deportistas y amantes de la naturaleza: ya sean zonas pantanosas altas o las más de mil cumbres para los aficionados a la escalada.

El paisaje es de una belleza poco frecuente. No es de extrañar que la UNESCO haya incluido a la región entre las 14 reservas de la biosfera en Alemania.