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Gamescom: Alemania aparece en los videojuegos

Kristina Reymann-Schneider
22 de agosto de 2018

Alemania es el quinto mercado de videojuegos más grande del mundo, lo que apenas se conoce y, desde luego, se confirma en la feria Gamescom. Pero hay esperanza: los desarrolladores autónomos muestran sus “obras de arte”.

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Imagen del videojuego "Trüberbrook".
Imagen del videojuego "Trüberbrook".Imagen: btf

Si alguien conociera Alemania solo a través de los videojuegos, entonces tendría la siguiente imagen: ciudades abandonadas y destruidas, tanques ardiendo en las calles, incontables soldados con uniformes de la SS. La Segunda Guerra Mundial sigue existiendo en las computadoras y en las consolas de videojuegos. "Los juegos de disparos o "shooters” de la Segunda Guerra Mundial son un género establecido", dice Andreas Lange, director del Computergamesmuseum en Berlín.

¿Interés en Alemania?

Hay muchos videojuegos exitosos de mundo abierto que tienen lugar en ciudades de Estados Unidos ("Grand Theft Auto"), en Londres, en París ("Assassin's Creed") o en Tokio ("Yakuza"). En este tipo de juegos, el "gamer” puede moverse libremente. Hasta ahora no existe algo así con ciudades alemanas. "Creo que los juegos son un medio global, y los fabricantes extranjeros tienen dificultades para imaginarse que un juego basado en Alemania pueda tener éxito internacional", explica Andreas Lange. Además, están las expectativas de los jugadores. Si Alemania fuese uno de los escenarios para ellos, muchos querrían que fuese durante la Segunda Guerra Mundial, dice Lange. La fantasía o los escenarios futuristas, en cambio, sí que permiten a los desarrolladores de videojuegos mucha más libertad creativa.

Felix Falk, de "Game".
Felix Falk de "Game", durante la inauguración de Gamescom.Imagen: picture-alliance/CITYPRESS 24/Krick

Alemania, quinto país en ventas

Esa es la razón por la que la mayoría no tiene lugar en mundos reales. "Eso es lo emocionante: permiten crear mundos de fantasía", dice Felix Falk, director administrativo de la asociación "Game”. Es mucho más emocionante cómo la cultura alemana se refleja en los mundos fantasiosos. El juego de disparos "Spec Ops: The Line", del Studio Yager Development, no ocurre en Alemania, pero cuenta una historia que se centra en los horrores de la guerra y el conflicto interno de los soldados. Además, su estilo narrativo es muy típico alemán. Fue en 2009 muy innovador, porque fue el primer juego antibélico.

En términos de ventas, Alemania es el quinto mercado de juegos más grande del mundo después de Estados Unidos, China, Japón y Corea del Sur. Sin embargo, los grandes videojuegos exitosos proceden del exterior. "Otros países reconocieron el potencial de dicha industria en el pasado", dice Felix Falk. Las tecnologías de realidad virtual, la inteligencia artificial o los métodos tridimensionales se usan ahora en una gran variedad de áreas. "Los videojuegos se subvencionan en Canadá, Inglaterra o Francia, donde su producción cuesta hasta un 30 por ciento menos que en Alemania", argumenta. El gobierno federal ha reconocido la necesidad y el deseo de apoyar al sector. Así está estipulado en el pacto de la coalición política alemana. En otoño se decidirá el monto de la supuesta subvención.

Escenario atípico: la provincia alemana

El videojuego "Trüberbrook" muestra que también hay videojuegos ubicados en Alemania que no tienen nada que ver con los nazis. Este se desarrolla en un pueblo ficticio, Trüberbrook, en la provincia alemana, en la década de 1960. Allí aterriza Hans Tannhauser, un estadounidense, estudiante de física cuántica, que ganó un viaje, sin ser capaz de recordar haber participado alguna vez en un concurso. Jugando a ser  Tannhauser en diversos niveles, resolviendo acertijos, accediendo a diversos diálogos con todo tipo de personajes descabellados, se persigue un solo fin. Exacto: salvar el mundo.

Además, "Trüberbrook” hace referencia a la historia cultural alemana: Tannhauser, en alusión a la ópera de Richard Wagner, se reúne con Gretchen, conocida por "Fausto" de Goethe, y habla con un ordenador llamado Barbarroja, el emperador romano del Sacro Imperio Romano. Este tipo de mensajes o referencias, conocidos en la jerga como "huevos de pascua”, se introducen deliberadamente desde el principio para enriquecer la trama, dice el desarrollador de "Trüberbrook”, Florian Köhne.

"Trüberbrook” se ha producido para el mercado internacional en inglés y alemán. Los personajes hablan en inglés, a excepción de Tannhauser, que lo hace con acento alemán. Este detalle tampoco es una coincidencia. "Queríamos crear un mundo exótico para las personas que no son de Alemania", explica. A principios de 2019, "Trüberbrook" estará a la venta en todo el mundo.

Imagen del videojuego "Through The Darkest of Times".
Imagen del videojuego "Through The Darkest of Times".Imagen: Paintbucket Games

Resistencia sin armas de fuego

Más inquietante es el juego "Through the Darkest of Times", de Paintbucket Games, en Berlín. Aunque aparecerá, como muy temprano, en 2019, ya acaparó la atención nacional hace solo unas semanas, porque es el primer videojuego en Alemania apto a partir de los doce años y que muestra esvásticas. Esto es posible debido a la reciente decisión de la asociación Autocontrol del Software de Entretenimiento (USK), encargada de clasificar los videojuegos por edad y contenido en Alemania. Pero mucho más emocionante que el debate de la esvástica es el juego en sí mismo. El jugador es el jefe de un grupo de resistencia en Berlín durante el Tercer Reich. A pesar de la apariencia simple con una reducida gama de colores, negro, gris, algo de rojo y muchas cajas de textos, el juego, que abarca el período entre 1933 y 1945, atrapa al jugador. "Siempre nos sorprende la intensidad de la experiencia que tienen muchas personas", dice Sebastián Schulz, uno de los dos desarrolladores. "Through the Darkest of Times" es un juego antifascista que ni oculta la vida cotidiana en la Alemania nazi, ni el hostigamiento de las SS, ni tampoco el Holocausto. "Somos personas políticas, incluso si somos desarrolladores de juegos, y queremos hacer declaraciones políticas", dice Schulz.

Kristina Reymann-Schneider  (RMR/ER)

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