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Gobierno rumano derogará controvertido decreto

5 de febrero de 2017

Bajo la presión de varios días de protestas en las calles, el Gobierno de Rumania prometió retirar el controvertido decreto que restringe el poder de la Justicia en casos de corrupción.

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Rumänien Erneute Massenproteste in Bukarest gegen die Regierung
Imagen: Getty Images/AFP/A. Pungovschi

Así lo dio a conocer esta noche el primer ministro del país, Sorin Grideanu, en Bucarest, mientras decenas de miles de personas se manifestaban ante su residencia oficial. “Hemos escuchado la voz de la calle”, declaró el primer ministro. Pero la declaración del jefe de Gobierno no redujo las protestas, que siguieron su curso. El decreto será retirado este domingo (5.2.2017) durante una reunión de Gabinete.

A juicio de Grideanu, los ciudadanos malinterpretaron el contenido de la medida debido a una comunicación deficiente del Gobierno. La responsabilidad recae en el ministro de Justicia, Florin Iordache, añadió. De momento no está claro si Iordache continúa en el cargo. El decreto aprobado recién el martes pasado (31.1.2017) había desatado masivas protestas en Rumania y fuertes críticas internacionales. El presidente Klaus Iohannis había interpuesto un recurso de inconstitucionalidad. 

El decreto establecía, por ejemplo, que un funcionario enjuiciado y sentenciado por corrupción sería enviado a la cárcel sólo cuando los fondos involucrados excedieran los 200.000 lei rumanos (44.000 euros, aproximadamente). La cuestionada medida favorecía al líder del gobernante Partido Socialdemócrata de Rumanía (PSD), Liviu Drganea, quien enfrenta a la Justicia por incitación a la prevaricación por daños que ascienden a 100.000 lei.

Decenas de miles de personas se congregaron este sábado (4.2.2017) por quinto día consecutivo en las calles. En Bucarest, numerosos manifestantes reclamaron la
renuncia del Gobierno. Poco antes de que Grideanu se dirigiera a la nación, Calin Tariceanu, líder de la formación ALDE, socia menor de la coalición que apuntala al Gobierno del Partido Socialdemócrata de Rumanía (PSD), había declarado que el Ejecutivo derogaría el controvertido decreto porque “no tenemos nada que esconder”; pero cualquiera que haya leído periódicos o visto noticieros durante la última semana sabe que la presión social sobre el Ejecutivo rumano ha sido enorme. 

Dada la desconfianza que despierta Drganea entre muchos de sus compatriotas, era de esperar que las manifestaciones continuaran. Aunque él es el “hombre fuerte” del partido de Gobierno, Dragnea no puede optar por el cargo de primer ministro porque ya ha sido condenado por la manipulación electoral de un referendo. Por su parte, Grindeanu, un socialdemócrata poco conocido, es visto como un “títere” de Dragnea al frente del Ejecutivo. El PSD ganó las elecciones de diciembre de 2016 con el 45 por ciento de los votos.

La cúpula del PSD no parece haber contado con que el controvertido decreto sería tan impopular. El presidente de Rumanía, el conservador Klaus Iohannis; el defensor del Pueblo, Victor Ciorbea; y hasta dirigentes del propio PSD rechazaron con vehemencia el decreto. Convocados por las redes sociales, cientos de miles de rumanos han salido cada noche a las calles de las principales ciudades del país desde el 31 de enero. Esta ola de protestas ha sido la más importante en Rumanía desde la violenta revolución anticomunista de 1989. (EFE)