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"Crisis con final abierto"

30 de junio de 2011

El Parlamento griego aprobó el estricto plan de ahorro, en una jornada de huelga y protestas reprimidas por la policía, aliviando así a la zona euro y enfrentando a Grecia a dolorosas reformas, analizan editorialistas.

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La policía griega, apostada frente al Parlamento (29/6/2011).
La policía griega, apostada frente al Parlamento (29/6/2011).Imagen: AP


Independent
, de Londres: “Si Grecia entrara en suspensión de pago, seguramente se la excluiría de la eurozona. Entonces, los especuladores dirigirían su atención al próximo miembro débil del sistema, es decir, a España, con lo cual la credibilidad del euro se haría humo y se produciría un contagio en los mercados. Los griegos cuestionan, y con razón, si las estrictas medidas de ahorro son la respuesta correcta a la crisis. A causa de los recortes impuestos en 2010, la economía griega se retrajo en un 5,5 por ciento, y eso sólo alcanzó para evitar las peores consecuencias. Mucho se comparó la situación con una tragedia griega, pero las tragedias tienen finales inevitables. Por el contrario, esta crisis griega es de final abierto.”

“Orgía de violencia policial”

Eleftherotypia, de Atenas: “Mientras el Parlamento griego debatía sobre el plan de austeridad, la capital vivió una orgía de violencia policial. Los agentes de seguridad transformaron la Plaza Syntagma en una cámara de gas y atacaron de forma inusitada a todos los ciudadanos que se les cruzaban en el camino. Los policías arremetieron contra manifestantes que no tenían nada que ver con los desmanes y que no habían amenazado a nadie. Se esperaba que grupos de autónomos aparecieran en escena para provocar excesos, pero las fuerzas del orden no se habían preparado para tal situación. Su única estrategia consistió en cubrir el centro de Atenas con gas lacrimógeno y disolver así una gran manifestación pacífica.”

“Alemania sólo puede actuar en conjunto”

Handelsblatt, de Berlín: “Ciertas ideas, que hasta el momento formaban parte de un imaginario político extremo, comienzan a abandonar los márgenes y a ingresar en los corazones de las élites. Por ejemplo, dividir el euro en norte y sur, distanciarse de Francia y salir de la unión monetaria de la eurozona. Todas esas fantasías tienen algo en común, y es que subestiman de manera dramática las posibilidades de la política alemana. O, como dijo Schiller: “El fuerte es más fuerte cuando está solo”. Sin embargo, aunque podamos ser tan fuertes económicamente como nunca antes lo fuimos, nuestra situación geopolítica no ha cambiado. Alemania sólo tiene capacidad de maniobra en conjunto con sus socios occidentales. Solos no podemos hacer nada.”

“Se impone una total reforma del sistema”

Neue Zürcher Zeitung, de Ginebra: “El paquete de ahorro ha sido aceptado por el Parlamento griego, pero él sólo no es el factor clave para salvar a Grecia de la debacle financiera, y al país le esperan tiempos difíciles que recién comienzan. Todavía no se avizoran mejoras, ya que es necesario llevar a cabo amplias reformas estructurales. Además, se impone una reforma del sistema político en su totalidad, uno de cuyos pilares es el clientelismo, anclado profundamente en la sociedad. El tiempo apremia, dado que la confianza de los griegos en la capacidad de funcionamiento de las instituciones políticas del país está desapareciendo a pasos agigantados, lo que no sorprende en un país en el que a la clase política casi no se le pide explicaciones y cuyos representantes se aferran desesperadamente a sus privilegios, pero exigen, eso sí, que la población se someta a grandes sacrificios.”


“El FMI debería revisar criterios para rescatar a un país”

El País, de Madrid: “Si el plan se hubiera rechazado, el sistema financiero europeo al completo hubiera sufrido una profunda crisis y el euro hubiese entrado en dinámica de disolución. Pero el acuerdo del Parlamento ha conjurado el riesgo de catástrofe en Europa, permite a la economía griega eludir el riesgo de impago al menos durante 2011 y abre el camino a un nuevo plan de rescate que, esta vez sí, debería ser un factor de crecimiento para Grecia y no un rosario de préstamos punitivos. (…) Una vez que Atenas ha aceptado un doloroso recorte de las rentas, un empobrecimiento equivalente a un descenso de la riqueza de un 15% del PIB, las instituciones europeas (la Comisión, el Banco Central Europeo) y el propio FMI deberían someter a una profunda revisión todos los criterios aplicados hasta ahora para rescatar a un país. (…) El segundo plan de financiación para Grecia será un buen laboratorio para experimentar con fórmulas más flexibles que afiancen los factores del crecimiento, no solo de Grecia, sino de Portugal e Irlanda; y, además, consoliden la estabilidad de España o Italia.”

CP/dpa

Editor: Enrique López Magallón