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Grupo de Puebla: ¿ideología más que principios?

Eva Usi
11 de marzo de 2021

Destacados políticos y académicos iberoamericanos buscan impulsar políticas progresistas en América Latina. Críticos cuestionan su silencio ante Venezuela o Nicaragua, con lo que pierden credibilidad.

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Mexiko Alberto Fernandez und Marcelo Ebrard
Imagen: Esteban Collazo/Argentinian Presidency/AFP

Los triunfos electorales de Luis Arce (MAS) en Bolivia, tras un año de convulsiones durante la presidencia interina de Jeanine Áñez, los del kirchnerista Alberto Fernández, tras un mandato de cuatro años del conservador Mauricio Macri en Argentina, siguieron a la llegada al poder del izquierdista Andrés Manuel López Obrador en México, y de Claudia Sheinbaum al gobierno de la capital mexicana.

Ellos marcan el resurgimiento de un movimiento progresista regional, tras la llamada Marea Rosada, el giro a la izquierda que vivió Latinoamérica a principios de siglo, y que se desvaneció con la llegada al poder de la derecha en varios países. 

"Algo tienen que hacer. Tienen que diseñar una política internacional, una política exterior, en su entorno inmediato la tienen complicada, sobre todo Argentina, con gobiernos incómodos en Uruguay, en Brasil y Chile. Parece natural un acercamiento entre Argentina y México,dos países grandes, porque con Colombia tampoco pueden contar", dijo a DW el politólogo español Manuel Alcántara Sáez. Sin embargo el catedrático de la Universidad de Salamanca se muestra escéptico, pues considera que hay una limitación básica, que es la falta de recursos económicos y de proyección regional.

Fundado en julio de 2019 en la ciudad mexicana con el mismo nombre, el Grupo de Puebla busca promover políticas progresistas en América Latina y de integración regional.Entre sus fundadores se encuentran presidentes, expresidentes, activistas y académicos de unos 12 países latinoamericanos y España. Entretanto, el grupo ha extendido su alcance a más de 80 líderes de 17 países. La última en sumarse al grupo fue la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. No así el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pese a que celebró hace unas semanas una alianza estratégica con su par argentino Alberto Fernández. La ausencia de López Obrador en la organización responde a su principio de no intervención, que defiende a capa y espada.

Lula, ícono de la izquierda latinoamericana, no descarta contender una vez más a las elecciones de 2022 en Brasil.
Lula, ícono de la izquierda latinoamericana, no descarta contender una vez más a las elecciones de 2022 en Brasil. Imagen: Amanda Perobelli/REUTERS

Lula, dispuesto a contender con Bolsonaro

Alcántara Sáez explica que el año decisivo es el 2022, con elecciones en Brasil y en Colombia, en este último por las posibilidades que tiene la izquierda si logra articular una coalición, y en Brasil, si vuelve Lula al poder. Un juez del Tribunal Supremo de Brasil anuló cuatro procesos en los que el expresidente y exlíder del Partido de los Trabajadores fue condenado por corrupción.

El fallo, emitido el lunes 08.03.2021 por el juez de la Corte Suprema de Brasil, anula todas las sentencias contra Lulay reestablece los derechos políticos que perdió al ser condenado. El carismático político de 75 años, quien es miembro fundador del Grupo de Puebla, no descarta presentarse a las elecciones presidenciales de 2022. 

"Ya hay interpretaciones de todo tipo. Como que su postulación beneficia a Bolsonaro porque genera una polarización muy clara, y en esa situación Bolsonaro tiene las de ganar. Eso eliminaría a los candidatos más moderados, más centristas. Pero aún queda más de un año y medio de incógnita", afirma Alcántara Sáez.

El Grupo de Puebla surgió en un momento en el que la derecha había vuelto a irrumpir con fuerza en el subcontinente, cuando Trump, desde el gobierno de Estados Unidos, hacía todavía escuela en el resto del mundo. "Si la ultraderecha está actuando de manera coordinada en diferentes rincones del mundo, los progresistas debemos unirnos igualmente para defender la democracia, nuestras libertades, los derechos humanos y el medioambiente. Es nuestro deber como demócratas, porque ya sabemos adónde lleva este camino por el que nos quieren arrastrar nuevamente los fascistas", señala el juez Baltazar Garzón, miembro del consejo asesor del grupo,en la página web del Grupo de Puebla.

Maduro no fue invitado a unirse al Grupo de Puebla, pero tampoco se distancían de él.
Maduro no fue invitado a unirse al Grupo de Puebla, pero tampoco se distancían de él. Imagen: Federico Parra/AFP/Getty Images

¿Una organización más?

Por su parte el politólogo ecuatoriano Simón Pachano considera que el Grupo de Puebla es una iniciativa más para aglutinar -en este caso figuras- , que se ven a sí mismos más radicales que la socialdemocracia, a la que consideran anquilosada.

"Surge como alternativa al Foro de Sao Paulo, que tuvo una cercanía con algunos procesos políticos latinoamericanos, y quizás eso lo erosionó, aunque sigue existiendo y convocando a sus reuniones, incluso muchos de los participantes están en ambos foros. La cercanía del Foro de Sao Paulo con el ex presidente Hugo Chávez de Venezuela, o con Daniel Ortega de Nicaragua, le dió una mala imagen. Me parece que el Grupo de Puebla surge como un intento de renovación", destaca el investigador de Flacso Ecuador, en conversación con DW.

El Foro de Sao Paulo, una instancia creada en la década de los 90 por partidos y movimientos sociales de izquierda, tuvo su último encuentro en 2019 en Caracas con la presencia de Maduro y el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. Ni Cuba, Nicaragua o Venezuela figuran con participantes en el Grupo de Puebla.  "Venezuela y Nicaragua están muy desacreditados, son muy parias por el desastre que están infringiendo en sus sociedades. Son parias internacionales que no les aportan nada", afirma Alcántara Sáez.

El surgimiento del Grupo de Puebla, en una región convulsionada por las protestas y crisis políticas de 2019, contrasta con el Grupo de Lima, creado en 2017 con el objetivo declarado de enfrentar y derrocar al gobierno de Nicolás Maduro. Sin embargo, mientras el Grupo de Lima es un instrumento oficial conformado por gobiernos, el de Puebla reúne exclusivamente a líderes políticos, mayoritariamente de oposición.

En un Manifiesto Progresista de 33 puntos publicado en febrero pasado,  el Grupo de Puebla llama, entre otras cuestiones, a generar cadenas sociales de valor, establecer la renta básica solidaria, promover un combate de la corrupción política y defender a Cuba, Nicaragua y Venezuela de agresiones o injerencias de otros Estados. Muchas de esas propuestas son muy válidas; el problema es cómo llevarlas a cabo, según Simón Pacheco.

Con este cartel fue recibida la ya ex presidenta argentina en el Parlamento en Bruselas. Mayo 2017, cuando CFK dio una conferencia titulada: "Capitalismo, neoliberalismo, crisis democrática".
Con este cartel fue recibida la ya ex presidenta argentina en el Parlamento en Bruselas. Mayo 2017, cuando CFK dio una conferencia titulada: "Capitalismo, neoliberalismo, crisis democrática".Imagen: JOHN THYS/AFP/Getty Images

Pérdida de credibilidad

"Respecto a la corrupción tienen una mirada muy sesgada. Cuando ha habido procesos judiciales en contra de quienes forman parte de ese grupo, o siendo autoridades de sus países, presidentes, presidentas, ahí hablan de Lawfare (persecución judicial), como en el caso de la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner". CFK no es miembro del grupo, pero es vicepresidenta en el gobierno de Alberto Fernández, uno de los fundadores de la organización. "No puede ser que ante todas las evidencias que hubo durante el gobierno de Cristina Fernández, los sacos de dinero que lanzaba ese personaje (José López, exministro del gobierno de Cristina Fernández), a un convento, los empresarios que confesaron que pagaron coimas para obtener contratos. Ante todas esas evidencias callan. En Perú, ahí sí está muy bien que lo hagan, en Panamá también. Eso erosiona la credibilidad del grupo". destaca Pachano. 

El académico abunda en que el Grupo de Puebla no habla de los casos de Odebrecht que afectaron a países como Perú, Colombia y Panamá. "En Perú hay 4 ex presidentes presos, uno suicidado, otros enjuiciados, este grupo no considera que ahí hubo casos de corrupción iguales o similares a los de Brasil, Ecuador y de otros países, es una mirada sesgada porque antepone la ideología a los principios", destaca.

El investigador insiste en la importancia de priorizar los principios para atraer a personas y posibles electores fuera de su espectro político. Por ejemplo, en el caso de Venezuela. "Es una locura que (el Grupo de Puebla) defienda a un gobierno como el de Venezuela, porque podrían establecer una diferencia, decir sí, que Estados Unidos no intervenga, que levante las sanciones, sí, pero también mencionando los procesos autoritarios de Maduro".

Simón Pachano recuerda cuando la oposición ganó las elecciones legislativas (diciembre 2015) y obtuvo una mayoría absoluta en la Asamblea legislativa en Venezuela. "El gobierno de Maduro creó una Asamblea Constituyente que puso por encima. Eso deja de ser democracia, eso es autoritarismo con fachada electoral, con cancha inclinada y árbitro parcializado. Con eso, este grupo pierde credibilidad", concluye.

(cp)