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Hansi Müller: “los títulos pasan. Lo que queda es lo humano”

Daniel Martínez11 de junio de 2008

Futbolistas de 16 naciones aspiran al máximo titulo europeo, pero ¿cómo se vive con él cuando se obtiene? DW-WORLD conversó con un alemán que ya lo consiguió, un “campeón” desde hace 28 años: Hans Peter “Hansi” Müller.

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Hansi Müller: un "campeón" del balompié.Imagen: picture alliance/dpa

Con apenas 23 años “Hansi” Müller obtuvo el más importante triunfo de su carrera deportiva: en 1980 con el seleccionado alemán se alzó en Italia con el primer lugar en la Eurocopa, el trofeo por el cual compiten este año en Austria y Suiza varias de las más grandes estrellas del fútbol internacional.

Desde entonces, como le confiesa a DW-WORLD uno de los más destacados medio campistas alemanas de la década de los 80, la responsabilidad de ser un campeón lo ha acompañado constantemente. “Hansi” Müller revela cuál es el verdadero secreto de los ganadores y le da un par de recomendaciones a los futbolistas que sueñan con lograr el rótulo “Campeón de Europa”.

DW-WORLD: Señor Müller, ¿Cómo es la vida de un campeón europeo?

Hans Peter Müller: Es muy buena, ganar un título como la Eurocopa es de verdad algo maravilloso, pero eso sucedió en mi caso ya hace 28 años y no se puede vivir sólo del recuerdo o de un único triunfo.

El título europeo no es lo más importante, lo más importante es asegurar que después de que se acabe la carrera como futbolista uno logre todavía hacer un buen trabajo fuera de las canchas. Es bonito recibir reconocimiento y que la gente alrededor diga siempre: “mira, ese ya tiene el título por el que todos luchan”, por supuesto que el sentimiento es grandioso, pero el fundamento es otro, decir: “yo logré ser campeón de Europa” es muy poca cosa si es lo único que se tiene para mostrar.

Deutsche Fußballationalmannschaft nach EM-Sieg 1980
La selección alemana en la que jugó Hansi Müller fue campeona de Europa en 1980.Imagen: picture alliance/dpa

Cuando se obtiene el título en un Eurocopa el honor es de por vida. Usted, por ejemplo, es hoy, a sus 50 años, 28 años después del gran triunfo, todavía un campeón…

Un título como la Eurocopa te pone en el escenario internacional, en la mira del público, todos te observan, te conocen, y con ello se asume una gran responsabilidad, uno se convierte en un modelo para los demás, especialmente para los jóvenes. La gente que te admira y quiere tu autógrafo está atenta de lo que haces, a cómo te comportas, tú estás en la obligación de tener todas esas cosas en cuenta, de continuar construyendo cosas positivas en torno al triunfo. El título no es suficiente, con él apenas empieza una responsabilidad de por vida.

¿Qué mensaje tendría usted para aquellos que logren este año el primer lugar en la Eurocopa?

Yo les diría que tienen que tener claro que cuando dejen de jugar al fútbol todo será mucho más difícil, que desde ahora hay que empezar a trabajar en ese futuro, que no hay que olvidar de dónde se viene, que todas las personas merecen respeto y estimación, que los éxitos que se logran con el fútbol no otorgan automáticamente el derecho a sentirse superior a los demás, que en la vida se construye en torno al respeto, la confianza, la cortesía, la buena educación y no en torno a trofeos, aunque éste sea el máximo en Europa, que el ser humano es lo más importante, que el futbolista es y debe permanecer humano.

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Bernd Schuster es entrevistado por un reportero, en el centro Hansi Müller.Imagen: picture-alliance/ dpa

Ese no será un mensaje fácil de asimilar para futbolistas como los que compiten en la Eurocopa, no en vano se les llama “estrellas” pues están, por lo menos así parece, lejos de todo lo terrenal.

Es difícil, todo depende de la gente alrededor del futbolista, que debe ser la correcta. Yo por ejemplo le estoy muy agradecido a mis padres, que cuidaron muchísimo en mi educación de que no olvidara lo fundamental, aún cuando me hubiera podido enloquecer con el triunfo.

Pero el peligro de “enloquecerse” tras alcanzar un título como el de la Eurocopa está latente…

Cierto, el peligro es enorme, en parte por el poder de los medios de comunicación, que se han transformado enormemente. Hoy en día un futbolista hace un buen partido, un par de goles, y las publicaciones se llenan con su nombre y su foto durante días y semanas. Cuando el piso de ese jugador, protagonista de las noticias, no es sólido, el riesgo de que en su cabeza se mueva algo en la dirección equivocada es gigantesco. Ese jugador necesita de la compañía y el consejo correctos, venga de los padres, los amigos o su consejero. El entorno es lo más importante. Quien gane el trofeo en la Eurocopa necesitará alguien a su lado que le susurre al oído “felicitaciones, pero no pienses que ahora eres el más grande, quédate tranquilo, tómatelo con calma”.

El mensaje podría ser también “el título en la Europa es un gran triunfo en tu vida, pero no es la vida”…

¡Eso! Mi experiencia es que más allá de ser recordado por los títulos que obtuve en mi carrera en Alemania, Italia y Austria, la gente me reconoce como persona, como ser humano, en su memoria está el trato que les di y de esa misma forma, cálida, me tratan aún hoy.

¡Pero tampoco es que la gente haya olvidado que usted fue campeón de Europa!

Pero después de mí muchos otros han sostenido también ese trofeo. No, no es eso lo más importante, ese no es el gran triunfo, lo más grande es ganarse el corazón de la gente, por eso mi mensaje para todos aquellos que aspiran al titulo en la Eurocopa es: no olviden que el fútbol en algún momento será parte de su pasado, lo único que permanecerá para siempre son los valores del ser humano, procuren conservarlos.