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Informe 2010 sobre producción y consumo de drogas en Europa

10 de noviembre de 2010

La crisis financiera, los programas de ahorro puestos en marcha por los gobiernos comunitarios, el envejecimiento de la población son cuestiones que afectan también, se recuerda en Lisboa, a la lucha antidrogas europea.

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Cultivo de cannabis en Holanda.Imagen: dpa

Cada año, el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT)- con sede en Lisboa- presenta un estudio que incluye los datos recopilados por el organismo a lo largo de los últimos 12 meses. En él, se describen las nuevas tendencias en el consumo de drogas dentro de los 27 países miembros de la Unión Europea, en el origen de las mismas y en las políticas aplicadas para combatirlas.

En este 2010, los funcionarios han lanzado desde Portugal una señal de alerta dirigida a las restantes capitales del continente: el ahorro estricto impuesto por la mayoría de los gobiernos para frenar el déficit público tras el terremoto de la crisis financiera internacional será una cuenta de resultado negativo si acaba con los programas para el tratamiento de drogodependientes, una de las “columnas”, dice la institución, de la política antidrogas europea.

Precisamente ahora que la crisis ha dejado altas tasas de desempleo en varios países comunitarios, la asistencia y la prevención se necesitan más que nunca, recuerda el OEDT. La pérdida del trabajo y la sensación de fatalismo general podrían llevar a un consumo en aumento de sustancias psicotrópicas.

Nuevas drogas, viejas muertes

Ecstasy
Cada vez más creativos: drogas de diseño en el mercado Europeo.Imagen: picture-alliance/rh

2009 fue un año de alta creatividad: 24 nuevas sustancias encontró el OEDT en el mercado europeo de las drogas ilegales. Desde entonces hasta julio de 2010, 15 productos sintéticos de reciente creación han pasado a engrosar el índice que maneja el organismo. En más de 20 de los 27 Estados miembros de la UE se detectaron drogas hasta el momento oficialmente desconocidas. “Los traficantes quieren ganar dinero, por eso hay tanta innovación”, asegura Wolfgang Götz, director del Observatorio.

A diferencia de Estados Unidos, la falsificación de medicamentos no es en el Viejo Continente un problema- el informe la cataloga actualmente como “peligro”-, pero los laboratorios que con poco esfuerzo pueden crear y poner en circulación “drogas de diseño” sí que suponen para las autoridades a este lado del Atlántico un verdadero desafío.

La muerte, sin embargo, la sigue yendo de la mano de viejos psicotrópicos. Quienes con más frecuencia fallecen en Europa a consecuencia del consumo de drogas son los heroinómanos, la mayor parte de las veces por sobredosis.

Europa, centro de producción

Tampoco en este 2010 se logró desbancar al cannabis del puesto de sustancia ilegal más consumida en Europa. Y el cultivo del mismo en tierra europea crece. “La imagen de un par de macetas en la ventana de casa que continúa teniendo nuestra opinión pública ya no se corresponde con la realidad”, sostiene Götz. Hoy, el cannabis se planta en el continente a gran escala.

Y también son de producción propia las anfetaminas: Europa es el principal suministrador del mundo de esta droga. Por el contrario, la cocaína- que continúa en el segundo lugar en la escala de consumo europea- procede y se procesa aún mayormente en Colombia, Perú y Bolivia. Los 31 laboratorios clandestinos que se desmantelaron en España durante el pasado año estaban dedicados a limpiarla de los materiales con los que se mezcla para la exportación.

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El 80% de los laboratorios que producen anfetaminas para el mercado europeo están en la misma Europa.Imagen: picture-alliance/dpa

Más de 40 y todavía consumidor

“El consumo de drogas ha dejado de ser un problema restringido a los jóvenes”, constata Görtz. La población europea envejece, y con ella también los drogodependientes. Uno de cada cinco europeos que se somete a un tratamiento de desintoxicación es mayor de 40 años. “A un consumidor crónico de heroína hay que tratarlo con 40 años como si tuviera 60 porque su cuerpo se deteriora a enorme velocidad”, explica el director, “ahí ya no basta con ofrecerle sustancias alternativas; ahí ya se requieren conocimientos geriátricos”.

LB/ dpa/ kna/ afpd

Editor: Pablo Kummetz