La oferta de vivienda en Río de Janeiro es escasa y cara. Muchos viven en barriadas peligrosas, las favelas. Otros están completamente desamparados. Una iniciativa social quiere mejorar la situación. Se trata de convertir los edificios abandonados en espacios habitables y cuenta con el apoyo de la Cámara de Arquitectos, subvenciones y donaciones.