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Jeques al volante: Abu Dhabi se sube a Daimler

24 de marzo de 2009

Accionistas de Abu Dhabi invirtieron en el consorcio automotriz alemán Daimler. La sociedad Aabar compró un 9,1 por ciento de las acciones por cerca de 2 mil millones de euros. Una inversión sensata, opina Karl Zawadzky.

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La entrada del emirato de Abu Dhabi en Daimler tiene sentido para ambas partes. La empresa automotriz obtiene una inyección de unos 2 mil millones de euros; los jeques obtienen una participación del 9,1 en el tradicional consorcio automotor alemán que está representado por fábricas y casas distribuidoras en todo el mundo.


Para la sociedad inversora estatal de Abu Dhabi, la compra de acciones de Daimler es una ganga, y, si la coyuntura en la venta de automóviles mejora, con lo cual subiría la cotización en bolsa, una inversión por demás lucrativa. Daimler obtiene, después de Kuwait, que posee acciones desde 1974, un segundo inversor estratégico.


Daimler no es una empresa cualquiera, sino un ícono de la industria automotriz mundial. El ingeniero Gottlieb Daimler y Carl Friedrich Benz se contaban entre los pioneros de la construcción de automóviles. Partiendo de modestos comienzos, Daimler se convirtió en una de las mayores y más exitosas empresas automotrices. Ofrece vehículos de todo tipo: autos, camiones y ómnibus, y se halla, tanto a nivel tecnológico como de precios siempre en el primer nivel.


Numerosas innovaciones que han convertido al automóvil en un bien confortable y seguro partieron de Daimler. Sin embargo, la empresa tomó por rumbos equivocados cuando las arcas aún estaban llenas. Edzard Reuter, Jefe de la Junta Directiva, quería forjar el consorcio tecnológico con autos, aviones y ferrocarriles. Su sucesor, Jürgen Schrempp, compró firmas automotrices en todo el mundo. Ambos cometieron graves errores y perdieron varios miles de millones de euros. Chrysler fue la última de estas aventuras millonarias. Ahora, el dinero mengua.


La crisis económica global martiriza también a Daimler. Las ventas de automóviles cayeron en un 25% en los dos primeros meses de este año, y la venta de camiones se redujo en un 50%. Luego de deshacerse de los trabajadores temporales, gran parte del plantel fijo trabaja actualmente a jornada reducida. Hay que ahorrar en todo, menos en investigación y desarrollo. Pero eso es caro. El Jefe de Daimler, Dieter Zetsche, quiere invertir los ingresos de la ampliación de capitales, y, por tanto, de la participación de Abu Dhabi en el desarrollo del motor eléctrico, así como en materiales compuestos. Con ello, el dinero está bien invertido, ya que asegura el futuro de la empresa.


A esto se suma que a Daimler le viene muy bien un accionista fuerte y orientado a largo plazo, después de que el Deutsche Bank se separó de su participación a través de la Bolsa. Al contrario de Volkswagen, Porsche, Audi y BMW, en las que las familias propietarias con acciones importantes juegan un papel central, las acciones de Daimler están dispersas en su gran mayoría, lo cual llevó a temer en años anteriores una OPA hostil. Ahora, con Abu Dhabi y Kuwait, hay dos inversores interesados en un trabajo conjunto a largo plazo con Daimler. Esto le da seguridad y estabilidad a Daimler, y es ventajoso para ambas partes, sobre todo porque los inversores de Abu Dhabi están considerando un aumento de su participación. Esta unión es beneficiosa, tanto para Daimler como para Abu Dhabi.

Autor: Karl Zawadzky (CP)
Editor: Enrique López