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La Antártida: investigación en lugar de comercio

Irene Quaile/ CP24 de octubre de 2013

El Tratado Antártico prevé que el Continente Helado no sea un objetivo de explotación minera ni petrolera. Ahora también se planea una enorme reserva marina.

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Imagen: International Polar Foundation

El 23 de octubre se reunieron los representantes de los 25 miembros que integran la Comisión para la Conservación de los Recursos Marinos Vivos Antárticos (CCAMLR por su sigla en inglés) -24 países y la Unión Europea- en Hobart, Australia, para negociar sobre el establecimiento de una extensa reserva marina en la Antártida.

La Unión Europea y Australia quieren que se cree una reserva de 1,6 millones de kilómetros cuadrados en el Océano Índico, mientras EE. UU. y Nueva Zelanda proponen crear una en el Mar de Ross, de 1,25 millones de kilómetros cuadrados. De acuerdo con el presidente del CCAMLR, Leszek Dybiec, hay posibilidades de que se llegue a un consenso que, probablemente, solo incluya al Mar de Ross, una bahía profunda entre el océano Glacial Antártico y la Antártida entre la Tierra de Victoria y la Tierra de Marie Byrd, al sur de Nueva Zelanda. En Hobart, Andrew Wright, secretario de presidencia del organismo, estima que “se harán cambios a ambas propuestas y una de ellas, o en el mejor de los casos las dos, serán aceptadas”.

Foto: Fundación Polar Internacional.
Foto: Fundación Polar Internacional.Imagen: International Polar Foundation

Un continente administrado por varios países

“La Antártida no pertenece a uno ni a varios Estados. Todas las cuestiones legales de ese continente se debaten en el marco del encuentro de los países que forman parte del tratado”, explicó a Deutsche Welle Manfred Reinke, secretario ejecutivo del Tratado Antártico desde 2009.

El director de la Fundación Polar Internacional, el belga Alain Hubert, dijo a Deutsche Welle que el Tratado Antártico es uno de los ejemplos de una cooperación internacional exitosa: “En un momento en el que la población mundial aumenta y nos preguntamos cómo haremos para vivir todos juntos en este planeta, eso es una señal muy importante. La Antártida es el único lugar de la Tierra que es administrado en forma conjunta por muchos países”.

Protección del medioambiente y del clima

En 1991 se firmó un protocolo adicional de protección del medioambiente que prohíbe la utilización de todos los recursos minerales, inclusive el petróleo y el gas, en la Antártida. “A pesar de eso, la Antártida es un sistema muy sensible en el que cualquier ínfima actividad del hombre puede causar grandes cambios”, dice Manfred Reinke. “En relación con el tamaño del continente, la población turística no es demasiada. Contamos con unas 35.000 personas por año, concentradas en determinadas zonas de la Antártida”, explica. Pero las temperaturas están aumentando a causa del calentamiento global, añade. “Hay que ser muy cuidadoso para poder conservar el carácter específico y salvaje de la Antártida”.

International Polar Foundation
Imagen: International Polar Foundation

La investigación del cambio climático es uno de los puntos fundamentales de trabajo en el continente antártico, dice Alain Hubert, que en verano se desempeña en la estación belga. “Hay que diferenciar entre la península antártica occidental y la región oriental”, dice el investigador. “En el oeste, el cambio climático se hace sentir tanto como en los Andes, en los Alpes europeos o en Groenlandia. Nosotros trabajamos en el este de la Antártida, donde la temperatura está siempre bajo el nivel de cero.”

Los expertos estudian si lo que sucede ahora en el oeste de la Antártida también podría suceder a una velocidad similar en el este del continente, ya que eso se reflejaría en un aumento del nivel de los mares y sería un grave problema para la comunidad internacional, señala Hubert.

En el Ártico, es decir, en el Polo Norte, aumenta rápidamente el deshielo, lo cual acelera la actividad de explotación de recursos. Se han creado nuevas rutas de navegación, y se acentúa la búsqueda de petróleo, gas y minerales. Hubert cree que también aumentará la presión para que se exploten comercialmente los recursos de la Antártida, y menciona los problemas en cuanto a la pesca: a pesar de un tratado sobre la conservación de la vida marina de las aguas antárticas, las existencias de krill se están agotando en algunas áreas.

Tanto Rusia y Ucrania como China temen que se impongan limitaciones severas a la pesca con la creación de la reserva marina. La comisión internacional que se reunió en Australia tiene la posibilidad de establecer un compromiso para tratar este delicado tema que concierne a todos.