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“La diplomacia del arte”

Uta Thofern
3 de marzo de 2017

Las relaciones entre Alemania y México han adquirido una nueva dimensión, como quedó de manifiesto durante la visita de la ministra alemana de Cultura, Monika Grütters, a ese país.

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Monika Grütters  in Puebla, Mexiko
Imagen: DW/U. Thofern

Ya sea en Puebla o en Ciudad de México, en la alcaldía, el Ministerio de Cultura, el Museo de la Memoria y la Tolerancia, o en el Senado, una figura estuvo siempre presente, aun sin que se mencionara su nombre: Donald Trump. A veces se hablaba solo del "vecino del norte”, a veces de "tiempos difíciles”; a veces bastaba un "justo ahora” para que todos entendieran.

México tiembla. Como si el país no tuviera suficiente con un gobierno débil, una corrupción omnipresente, la violencia del narcotráfico y la caída de los precios del petróleo, ahora aparece el nuevo presidente de Estados Unidos con sus descaradas amenazas y parece querer cumplirlas más allá de toda sensatez. En esta situación son importantes los aliados; más aún los aliados fuertes, como Alemania.

Signo de esperanza

Pero la visita de Monika Grütters en el año cultural germano-mexicano no solo fue un signo político de solidaridad, como no se cansó de recalcar el embajador alemán, Viktor Elbling. Grütters destacó ante sus interlocutores sobre todo las fortalezas de México, emanadas de su riqueza cultural, y la fuerza de un legado cultural compartido. Su visita emitió una señal de esperanza.

Las afirmaciones de la ministra alemana en cuanto a que la cultura construye puentes en vez de muros y a que "la diplomacia del arte quizá logre algo allí donde el arte de la diplomacia fracasa”, fueron especialmente bien comprendidas en México. Y cuando añadió que la tarea de la cultura es más importante aún "en tiempos en que políticos electos no trepidan en denigrar la democracia, como en Estados Unidos, o en atacar a artistas, como en Turquía”, tuvo el aplauso asegurado.

El poder del arte

Monika Grütters no esquivó los temas delicados. En su visita al Museo del Barroco, en Puebla, se mostró preocupada por el peligro que corren periodistas en México y recordó que "los principios de la libertad intelectual son los pilares de las relaciones bilaterales”.  También en la última jornada, en el Museo Tamayo de Ciudad de México, sus palabras pudieron interpretarse en relación con el país anfitrión. "Lo que más temen los poderosos son las facultades que tiene el arte para conmover, su capacidad de romper silencios y tabúes, la nostalgia de una vida mejor y la ambición de no ser una ruedecita sino arena en los engranajes de la política.

Exposición de la artista berlinesa Tacita Dean, en el Museo Tamayo.
Exposición de la artista berlinesa Tacita Dean, en el Museo Tamayo.Imagen: DW/U. Thofern

Las palabras de Grütters tuvieron excelente acogida en el ámbito cultural mexicano. "Alemania es nuestro bastión”, dijo Gustavo Vega Cánovas, del Colegio de México, en una recepción, y Eva López Sánchez, directora de la fundación Monumento a la Revolución Mexicana, añadió: "Alemania es nuestra esperanza”.

Grütters presentó los planes de crear un "museo de la cultura mundial” del Foro Humboldt, como lugar de encuentro cultural, junto el comisionado del proyecto, Moritz Wullen. El concepto fue acogido con gran entusiasmo.

"La historia mundial consta de muchas historias, de muchos mundos y de las historias de muchas personas”, señaló Moritz Wullen, explicando la idea de fondo del Foro Humboldt. En el "Año Dual México Alemania” se percibe claramente que hay interés por escuchar esas historias.