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La liberación de Alan Gross, un guiño a la administración Obama

Enrique López Magallón (CHP)17 de diciembre de 2014

La liberación de Alan Gross pone fin a un episodio que causó especial tensión bilateral en los últimos años. Pero la medida no mejora la situación de los DD.HH. en Cuba, considera experto consultado por DW.

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Imagen: Getty Images/A. Wong

El encierro del contratista estadounidense Alan Gross en cárceles cubanas duró cinco años. La condena original era de 15 años de prisión, bajo la acusación de cometer delitos contra la seguridad del Estado en Cuba.

A la noticia siguió, con minutos de distancia, otro asunto que pudiera ser histórico: Washington, según la agencia AP y la televisora CNN, estaría por anunciar el inicio de pláticas oficiales a fin de normalizar las relaciones bilaterales, incluida la posible apertura de una embajada de Estados Unidos en La Habana y la liberación de 53 presos políticos en la isla. Esto significaría, si se concreta en la realidad, el fin de una larga era de pugnas diplomáticas entre ambos países.

Preso económico

“Alan Gross no tenía el perfil de un preso político”, afirma a DW Martin Lessenthin, vocero de la Sociedad Internacional por los Derechos Humanos (SIDH). El organismo, con sede en Frankfurt, vigila la situación de disidentes y presos políticos en la isla. Lessenthin recuerda que Gross viajó a Cuba con la finalidad de dotar de teléfonos satelitales a miembros de la comunidad judía de la isla.

“La decisión puede ser una señal al gobierno de Obama, en cuanto a que La Habana desea una distensión en las relaciones cubano-estadounidenses”, agrega Lessenthin. En lo que respecta a la situación de los derechos humanos en Cuba, la excarcelación de Alan Gross solo sería relevante si viniese acompañada de la liberación de presos políticos, dice el representante de la SIDH.

Lessenthin recordó que apenas el pasado 11 de diciembre, 90 miembros de las llamadas Damas de Blanco fueron detenidas u hostigadas mientras realizaban una manifestación por el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Por ello, el experto propone que la Unión Europea adopte un posicionamiento para demandar que la liberación de Alan Gross sea el primer paso hacia una política de apertura en Cuba.

¿Hacia el fin del embargo?

El representante de la SIDH considera que la liberación del contratista estadounidense responde además a la difícil situación económica por la que atraviesa la isla. Ante esto, y también ante el anuncio hecho en Washington y La Habana, ¿se acercaría así el fin del embargo económico contra la isla?

Martin Lessenthin no quiere caer en especulaciones. Sin embargo, “es claro que en Estados Unidos se han alzado recientemente voces cada vez más enfáticas, por ejemplo en el New York Times, que piden el fin del embargo económico”, dice el experto desde Frankfurt.

Esto, según él, abrirá otra puerta a un posible mejoramiento de la situación de las libertades en la isla. “Me alegraría que se levantara el bloqueo económico. Su impacto no solo ha sido negativo en la economía, sino también en el aspecto de los derechos humanos. Hoy por hoy, esta situación sigue siendo lamentable en Cuba.”