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La nueva clase política francesa

Andreas Noll
19 de junio de 2017

Nunca antes en la historia democrática de Francia la elite política cambió tanto como ahora tras el triunfo de En Marcha. El movimiento creado por el presidente Emmanuel Macron tiene ahora el control del Parlamento.

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Frankreich Parlamentswahlen 2. Runde Wahllokal
Imagen: picture-alliance/dpa/C. Paris

Las agencias de empleo tienen muchos potenciales clientes en los pasillos de la Asamblea Nacional de Francia. Tras la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias, el cambio de personal será tan enorme como nunca antes se había visto en la historia democrática del país. Cuando asuman, tres cuartas partes de los congresistas estarán debutando en sus puestos.

 

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El triunfo del movimiento político "La República En Marcha” (LREM), del presidente Emmanuel Macron, cambiará visiblemente a la vieja institución: la cuota de mujeres entre los parlamentarios pasará de casi el 27 al 39 por ciento.

Más que un cambio político generacional

Con el 60 por ciento de los diputados, los partidos de gobierno disfrutan de una cómoda mayoría parlamentaria. Sin embargo, aún es difícil prever qué corrientes políticas se formarán en el grupo. Muchos de los diputados de LREM vienen de la sociedad civil, fueron elegidos entre cientos de personas que postularon a un llamado realizado vía internet y no tienen mucha experiencia política. "Algo sí puede decirse con seguridad: son todos proeuropeos y apoyan las medidas que Macron ha anunciado”, explica Nino Galetti, jefe de la Fundación Konrad Adenauer en París. De cualquier modo, será un enorme desafío para quien asuma la jefatura de la fracción liderar a todos los nuevos diputados.

Está claro que los debutantes necesitarán algo de tiempo para comprender el negocio de la política. Como ayuda, "En Marcha” les está ofreciendo un curso de tres días sobre parlamentarismo y el funcionamiento de la Asamblea Nacional y los está ayudando en la búsqueda de personal.

Macron convenció a los electores.
Macron convenció a los electores.Imagen: picture-alliance/Zuma/K. Afanasyeva

¿Un mandato reformista?

Una eventual oposición al reformista Macron podría gestarse en la calle. Ya un día después de las elecciones comenzó la semana de campañas del sindicato radical CGT, que rechaza la reforma del mercado laboral, una pieza clave del plan de modernización que Macron busca implementar en el país. Todo dependerá de cómo el gobierno consiga controlar a los críticos. De cualquier forma, para Galetti es evidente que el gobierno tiene un mandato de reforma, aun cuando el opositor izquierdista Jean-Luc Mélenchon habla de una "huelga general de la ciudadanía” a raíz de la histórica baja tasa de participación en las elecciones.

A diferencia de lo que algunos observadores presumían antes de las votaciones, los partidos de oposición no serán lo suficientemente fuertes en el Parlamento como para jugar un rol relevante. Muy decidor es el caso de los conservadores de "Los Republicanos”, que con 137 parlamentarios obtuvieron casi la mitad de lo que tenían antes. Aun así, se trata de un grupo parlamentario importante. Nino Galetti cree que "existe el riesgo de que ‘Los Republicanos' dejen de existir y se separen en una parte liberal, dispuesta a negociar, y una que prefiera hacer una oposición más dura”.

Debacle histórica de los socialistas

Con su centenaria historia, el Partido Socialista forma parte del inventario político de Francia, pero tras las elecciones prácticamente fueron pulverizados. Solo 29 de los suyos forman parte de la Asamblea Nacional, y si se suma a sus aliados de movimientos menores, alcanzan los 44 miembros. Casi todos los ministros del expresidente François Hollande fueron castigados en las urnas, donde los electores decidieron expulsar a la elite política de ese partido del Parlamento.

Quién tomará el control para reconstruir a la izquierda es algo que todavía está por verse. Tras la renuncia del jefe del partido, Jean-Christophe Cambadélis, hay varios otros problemas que asumir. Por ejemplo, el desastre financiero en el que se hallan los socialistas tras su debacle electoral.

Extremistas políticos

De la crisis existencial de los socialistas se benefició Jean-Luc-Mélenchon, un disidente socialista que hace años creó su propio movimiento, "La Francia Insumisa”, que por primera vez pudo entrar al Parlamento. Mélenchon, así como también la extrema derecha, usarán el escenario que ofrece la Asamblea Nacional para intentar practicar una oposición firme contra Macron y el Gobierno. Y con ellos la jefa del Frente Nacional, Marine Le Pen, que tras su abrumadora derrota en las presidenciales consiguió un cupo, por primera vez, en la Asamblea Nacional.

Autor: Andreas Noll (DZC/VT)