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Energía solar africana

23 de febrero de 2010

A largo plazo, la electricidad limpia procedente del Sol del desierto puede eclipsar a las contaminantes centrales carboeléctricas y a las peligrosas plantas nucleares. Para la soleada África supone una gran oportunidad.

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Instalaciones solares como la de la fotografía pueden reducir rápidamente las emisiones de CO2.Imagen: DW

Cuando se habla de África, a menudo las noticias hacen referencia a la falta de alimentos, educación y bienestar. Pero hay algo de lo que África dispone de sobras: Sol. Es por ello que la energía solar podría provocar en África un salto cuántico, tanto económica como socialmente. Una valoración que, a día de hoy, comparten tanto científicos como ecologistas y cooperantes.

Datos y cifras

Según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el Sol irradia de forma constante más de 120.000 teravatios sobre la superficie terrestre. Una cifra que corresponde al rendimiento de 100 millones de centrales nucleares de gran tamaño. El Sol proporciona una energía 7.700 veces mayor que la demanda energética global (alrededor de 136.000 teravatios-hora, según cálculos de 2006).

Debido a la fuerte radiación solar existente en muchos países africanos, el continente ofrece condiciones especialmente favorables a la producción de energía solar. Según cálculos de la organización ecologista Greenpeace, la instalación de centrales de energía solar en tan sólo el 2% de la superficie del Sáhara podría satisfacer por completo la actual demanda eléctrica mundial.

El problema: alto coste de puesta en funcionamiento

Solaranlagen zur Weltenergieversorgung
Representación de la superficie necesaria de instalaciones solares para abastecer de electricidad al mundo, Europa, Alemania o África.Imagen: Greenpeace

El principal impedimento para la producción a gran escala de energía solar en África es, a juicio de los expertos, el elevado coste de la construcción de instalaciones solares -da igual si se trata de placas fotovoltaicas o de centrales termosolares-. La inversión en una instalación solar se acomete de forma inmediata, si bien posteriormente la producción de electricidad resulta prácticamente gratuita, tal y como explica el director general del fabricante de instalaciones solares Solar World AG, Frank Asbeck. Quien apuesta por opciones contaminantes como el queroseno o el diésel, acaba pagando significativamente más por la misma producción de energía. Eso sí, repartido en múltiples pequeñas cantidades. Una circunstancia que incita, sobre todo a los países pobres, a dar prioridad a las centrales de generación de energía contaminantes.

Es por ello que Greenpeace demanda una mayor implicación política y económica por parte de las naciones industrializadas, para impulsar la tecnología solar en África. El Gobierno alemán, por ejemplo, fomenta la innovación en materia de centrales termosolares con un presupuesto de investigación dotado con 8 millones de euros. Por contra, se destinan anualmente más de 130 millones de euros a investigación en fusión nuclear. El experto en energía de Greenpeace, Andree Böhling, afirma: "Aunque Alemania no depende de las importaciones de energía solar de África, a la vista de los enormes problemas energéticos y climáticos que afrontamos, debemos abandonar cuanto antes los combustibles fósiles -como el carbón y el gas y, naturalmente, la energía atómica- y apostar por las energías renovables". Böhling considera que las instalaciones solares en África podrían suponer una buena contribución a promover el uso de las energías renovables.

Instalaciones solares: "ningún reto tecnológico"

Solarturmkraftwerk Jülich
Central termosolar en Jülich: más de 2.000 espejos móviles concentran la radiación solar en un receptor situado en la cúspide de una torre de 60 metros de altura.Imagen: DLR

Mientras sigue faltando, sobre todo, dinero y compromiso político, los ingenieros no contemplan dificultades serias para construir centrales termosolares o sistemas fotovoltaicos en África. "Hoy en día hay modernas centrales de gas y petróleo en Egipto, Marruecos, Libia y otros países del Norte de África que se encargan de la producción de energía para esos países. Las centrales termosolares o los sistemas fotovoltaicos no suponen, en comparación, ninguna complicación tecnológica", explica el investigador Robert Pitz-Paal, del Centro Aeroespacial Alemán (DLR, por sus siglas en alemán).

"Tecnológicamente, no es ningún reto", afirma. El DLR trabaja, junto con otros socios, en el proyecto Desertec. Un proyecto que apuesta por las centrales termosolares en la zona más tórrida de África para producir energía limpia para el continente africano, Oriente Medio y Europa.

Limpia y respetuosa con el medio ambiente

Una sustitución de las centrales de generación de energía contaminantes por instalaciones solares haría un gran servicio al clima global. Un estudio de Greenpeace muestra que las centrales termosolares como las que planea el proyecto Desertec en el Sáhara podrían evitar la emisión de 4.700 millones de toneladas de dióxido de carbono hasta 2050. Una cantidad que multiplica por seis el volumen de las actuales emisiones de CO2 en Alemania.

Ventajas para África

Heliostatenfeld Jülich
Vista desde la torre solar de la central de Jülich sobre el campo de heliostatos de ocho hectáreas de superficie.Imagen: DLR

La producción de electricidad a través de energía solar podría resolver también grandes problemas en África. Más de 500 millones de personas no disponen de un suministro continuo de energía eléctrica. Algo que dificulta el desarrollo social y económico del continente. Los costes de producción son más elevados que en otros lugares, lo cual penaliza la competitividad de los países africanos en el mercado mundial. Una energía solar económica no sólo posibilitaría mejores servicios sanitarios, comunicaciones, información y educación. Es también la premisa para unos centros de producción más competitivos.

El horizonte temporal

La pregunta que se plantea: ¿cuándo estarán preparados los africanos para convertirse en suministradores de energía solar limpia para ellos mismos y para el resto del mundo? Desde Greenpeace, Böhling opina que podría suceder, parcialmente, en diez años. El investigador en energía solar Pitz-Paal es más prudente y cree que serán necesarios más de veinte años hasta que, por ejemplo, la electricidad generada a través de energía solar en África pueda llegar a los enchufes alemanes.

Autor: Martin Schrader
Redacción: Emili Vinagre