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Las víctimas de Mügeln critican a la policía

Luna Bolívar Manaut23 de agosto de 2007

De nuevo un caso de racismo en Alemania acaba salpicando a la policía. En la noche del domingo pasado, ocho indios fueron víctimas de una persecución xenófoba, y las víctimas critican del comportamiento de los agentes.

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Los neonazis quieren "limpiar las fiestas de los pueblos", dicen organizaciones.Imagen: AP

“No se encuentran bien. Están muy asustados, no pueden dormir. Por turnos hacen guardia para sentirse seguros. Simple y llanamente: tienen miedo”, describía Grit Armonies el estado de las víctimas del ataque racista el pasado domingo en Mügeln, un pequeño pueblo del este alemán.

Mügeln nach Massenschlägerei - Verletzte Inder
Los ocho indios resultaron heridos.Imagen: picture-alliance/dpa

Armonies trabaja para una de las organizaciones que asiste a los ocho ciudadanos indios, perseguidos por cincuenta hombres a lo largo de las calles del municipio. “¡Fuera los extranjeros!” y “¡mierda extranjeros!” fueron las palabras que se escucharon. Y todos resultaron heridos.

Aunque el alcalde de Mügeln asegura que tras el ataque no se esconde ninguna motivación ideológica, los partidos políticos han saltado a la palestra para criticar los hechos y hacer propuestas con las que combatir el extremismo de derechas, una vez más como tantas otras tras una tragedia de este estilo.

Pero hoy han hablado algunas de las víctimas. Y lo que han dicho no deja en muy buen lugar a las instituciones del Estado. “Como perros” dice Kulvir Singh que los trató la policía.

Sin médico, sin bebida, sin atención

De los enacerados extremistas, los indios se protegieron en una pizzería. Y tuvieron que esperar horas a que llegara la policía, criticó Singh en una rueda de prensa en la que por primera vez los atacados dan su versión de lo sucedido. Pese a que estaban heridos, los agentes no les preguntaron si les dolía algo ni les ofrecieron asistencia sanitaria. No les dieron nada para beber. Y pasaron desde las tres de la mañana hasta las 11 horas del día siguiente “como perros” en el pasillo de la comisaría.

La policía no pone en duda que en el ataque se gritasen palabras xenófobas. Hay testigos que lo confirman. Y, sin embargo, la línea que debe seguir la investigación no aún está clara. Los agentes se debaten entre el extremismo de derechas o culpar al excesivo consumo de alcohol de la violencia desatada. Esta indecisión también ha sido motivo de protestas. Muchos consideran que así se intenta tapar la triste realidad de que en el Estado de Sajonia, donde sucedieron los hechos, existe una escena neonazi muy bien organizada.

“Miembros de grupos neonazis han advertido en más de una ocasión su intención de 'limpiar las fiestas de los pueblos'”, comenta un portavoz de otra de las organizaciones que se encargan de la asistencia a las víctimas. Y la de Mügeln era una de esas fiestas, pacífica hasta que aparecieron las hordas contra los extranjeros.

¿Quién hizo los recortes?

“No necesitamos más dinero, sino más coraje civil”, declaró el secretario general de la Unión Democratacristiana, Ronald Pofalla, al diario Ostsee Zeitung. Las críticas se dirigen también hacia la política porque, al parecer, la región había solicitado al Gobierno federal dinero para financiar la lucha contra el extremismo de derechas y su solicitud fue rechazada.

Mientras democratacristianos y socialdemócratas, ambos miembros de la coalición que forma el Gobierno alemán, y los segundos gobernantes de la anterior legislatura, discuten sobre quién tiene la culpa y quién recortó los medios económicos para evitar actos de racismo como el de Mügeln, las víctimas seguirán haciendo guardia para combatir el miedo.