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"Lo de Cataluña es un proceso revolucionario de libro"

Luis García Casas
14 de abril de 2018

Juan Chicharro preside la Fundación Nacional Francisco Franco: "La gente va perdiendo el miedo a admitir que gran parte de lo que España es hoy se lo debe a cuarenta años de Historia de Franco que no puede ser borrada".

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El general retirado Juan Chicharro Ortega en su despacho de la Fundación Franco.Imagen: DW/L. G. Casas

El general Juan Chicharro Ortega vivía "tranquilamente como militar retirado" y admitió recientemente el cargo de presidente de la Fundación Nacional Francisco Franco porque "alguien tiene que defender la verdad histórica frente a las tergiversaciones que lamentablemente se van imponiendo". Recalca que la Fundación defiende la verdad frente a quienes "quieren cambiar la Historia". Y que no recibe subvención alguna.

Deutsche Welle: España fue franquista durante cuarenta años. ¿Por qué es tan difícil encontrar hoy día a alguien con alguna representatividad social que defienda a Franco?
Juan Chinarro Ortega: Gran parte de España, al menos un sesenta por ciento,  fue franquista. Digan lo que digan. En mi opinión, debido a la gran política social del sistema político de Franco. ¿Por qué esa mayoría en estos momentos no lo defiende? Creo que por la cobardía de una derecha que hoy en día está desnortada. Pero mucha gente está empezando a reaccionar ante las mentiras tan grandes que se están contando. Porque el pueblo español es muy patriota. Pero es como un gato: retrocede, retrocede, hasta que se ve acorralado y entonces salta.

¿Conoció usted personalmente a Franco?
Personalmente no. Yo salí teniente en el año 73, mi despacho está firmado por Francisco Franco. Yo fui oficial de Franco. Hasta que se murió, evidentemente. Pero no lo conocí en persona.

¿Qué hace exactamente la Fundación?
Los objetivos de la Fundación, explícitos en sus estatutos, son el estudio y la investigación de la época y el sistema político de Franco. Aunque digan que es una fundación que hace apología del franquismo y de la figura de Franco, lo que defendemos es la verdad histórica. Si eso lleva a decir que Franco hizo una grandísima obra social y eso lo entienden como apología, pues lo es. Pero los fines son la defensa de la verdad histórica. Y lo hacemos con datos y documentos contrastados.

¿Cómo se financia?
Se financia, como cualquier fundación privada, por las aportaciones de los afiliados. Tuvo una subvención de ciento cincuenta mil euros entre el año 2000 y 2003 para digitalizar y microfilmar los más de treinta mil legajos documentales del archivo personal de Franco. Eso es historia pura. Y ahora están en el Archivo General de Salamanca. Aquí puede venir cualquier investigador a consultarlos. También se pueden solicitar copias a través de internet.

¿Cómo ve el panorama político actual?
En mi opinión personal, está bastante movido y peligroso, como con lo que está pasando en Cataluña. Que puede ser la antesala de algo similar en otras regiones como el País Vasco. Estamos ante el riesgo de una ruptura nacional, en una nación como España, que tiene mil años de historia y quinientos de unidad. Lo que está pasando en Cataluña es un proceso revolucionario de libro. Afortunadamente estamos en la Unión Europea, estamos en la OTAN y estamos en Occidente por fin, después de estar aislada muchos años fuera del mundo, y no van a permitir que Cataluña de independice de España, entre otras cosas, porque la mayoría de los catalanes están en contra de la secesión. Además estamos viendo partidos populistas como Podemos, pero también guiños en este sentido del PSOE, cuyos ejemplos en el mundo de lo que quieren para España son Venezuela y Cuba. El español lo que quiere es paz, progreso y trabajo. Y no sabe por qué se tiene que ver envuelto en todo esto.

¿Cuál es la postura de la Fundación sobre que se juzguen los crímenes cometidos durante la Guerra Civil?
Aquí hubo una guerra muy dura. Hubo barbaridades en los dos bandos. Los que se pudieron dar en el bando nacional, que llaman "la represión franquista", se está tergiversando. Porque está documentado: hubo cincuenta mil causas, de las que se ejecutaron unas veinte mil. No me gusta eso, pero eran delitos de sangre muy duros. Yo hablaría de "justicia social". Pero no fue una guerra civil entre dos bandos. Había un bando frente a otro que estaba viviendo en su interior tres guerras civiles entre sus fracciones. Se mataban entre ellos. Y la legalidad de la que hablan a la que hay que retrotraerse es falsa. Las elecciones de 1936 fueron un fraude, como ya ha demostrado la historiografía. Pero ya antes la legalidad republicana había muerto en octubre del 34, cuando el Partido Socialista conducido por Prieto propició un golpe de Estado, a partir del cual hubo infinidad de asesinatos en España perpetrados mayoritariamente por la izquierda. También por la derecha, que también los hubo. Pero ponernos en el 2018 a juzgar lo que pasó hace ochenta años en España es lamentable. Podríamos hablar de la Guerra Carlista, que fue durísima y cruel. Miramos cuarenta años más atrás y ya está. En Francia, por ejemplo, hubo una represión brutal contra todos los colaboracionistas del régimen de Vichi. Peor que en España. Sin embargo, Francia ha pasado página y decidido mirar hacia el futuro.

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Excabación de una fosa común en El Estepar en 2014.Imagen: picture-alliance/AP Photo/D. Ochoa de Olza

Hemos comprobado que las historias familiares influyen enormemente en la visión que cada español tiene de esa época. ¿Hay alguna que reseñar en su caso?
Cuando a mí me hablan de las víctimas de la Guerra Civil  a raíz de la Ley de Memoria Histórica (uno de cuyos objetivos, en teoría, es la reparación a las víctimas, con lo cual estoy absolutamente de acuerdo, ¡cómo no lo voy a estar!) conmigo muerden en hueso. Porque en mi familia hubo víctimas en los dos bandos, como sucedió en la mayoría de las familias españolas. Mi abuelo fue asesinado, mi abuela fue metida en una ‘checa' [centro de interrogatorios y tortura] y, a consecuencia de lo que allí pasó, murió. Dos hermanos de mi padre fueron secuestrados y asesinados. La historia de una de ellas, Dolores, la cuenta Paul Preston en su libro ‘El Holocausto español': las milicias la sacaron con 18 años de su casa y la mataron. Se habla de recuperar los cuerpos enterrados en las cunetas: pues totalmente de acuerdo. Yo no sé dónde está enterrado ni mi abuelo, ni mi abuela, ni cuatro hermanos de mi padre. Nosotros, la familia, habíamos pasado página: no habíamos olvidado, pero habíamos perdonado. Porque no tiene sentido, ochenta años después, seguir hablando de lo que pasó con mi abuelo ni guardar ningún tipo de rencor.

¿Y en el bando republicano tuvo familiares?
Yo tenía un tío bisabuelo que fue ‘conseller de gobernaçió' de la Generalitat. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Catalán. Gran parte de mi familia se salvó gracias a los salvoconductos que les facilitó. Al acabar la guerra se exilió en México. Yo lo conocí con diez o doce años cuando volvió a España y recuerdo verle repetir "nunca más, nunca más, nunca más”. Algunos se han olvidado de este nunca más y están levantando rencores y odios. De todas formas la versión hoy en día de la Guerra Civil no viene por historias familiares, sino por un intento continuado de una tergiversación absoluta de la historia por parte de, realmente, de los que perdieron la guerra.

¿La transición no cerró esas heridas?
El pacto de la transición no fue olvidarse de la Historia, en ningún caso. Fue el terminar de echarse la historia a la cara. Los políticos acordaron dejar de usar la historia como arma arrojadiza unos contra otros. Y lo pactaron los que hicieron la guerra, los que la habían vivido y sabían muy bien los sufrimientos que había acarreado aquella guerra entre españoles. Desgraciadamente, parece que los nietos de todos aquellos han roto el pacto y nos encontramos una situación en la que se está produciendo una tergiversación absoluta de la historia.

PK der katalanischen Regierung in Barcelona
"Si alguien necesitaba pruebas de la manipulación que se difunde en la sociedad catalana a través de los medios de comunicación, la escuela y la universidad, basta recordar la cita del historiador Henry Kamen sobre el universitario catalán que creía, contra toda prueba, que la guerra civil de 1936-1939 había sido una guerra de España contra Cataluña", dice un comunicado de la Fundación Franco titulado 'Franco, presente en Cataluña'.Imagen: Reuters/J. Medina

¿Cómo es esa tergiversación que denuncia?
Es muy fácil: si a mí me dan el control de la televisión, de cuatro o cinco medios y de ocho periódicos, le aseguro que convierto el pueblo de Baeza (me ha salido este nombre como podría haber dicho cualquier otro) en hinchas del Mánchester en seis meses. Pues porque están todos los medios dominados por unas izquierdas que quieren revertir el resultado de una guerra que hubo hace ochenta años. Ni los propios medios de la derecha quieren hablar de estos temas. Y quieren presentarnos al Partido Comunista como un elenco de libertades. Y es el sistema político más genocida de la Historia. Incluso los soviéticos reconocieron que Stalin era un genocida. Hitler también, claro. Pero que no nos hablen de valores democráticos quienes defienden su sistema.

¿Sigue viva la idea de las "dos Españas”?
Las "dos Españas” llevan doscientos años: primero eran los liberales contra los absolutistas, luego pasamos a las izquierdas y las derechas… Sí, por desgracia, me da la impresión de que sí. España debería encontrar un proyecto común que nos ilusionara a todos los españoles, probablemente se superaría la división de las dos Españas. Durante una época nos unió el imperio y la conquista de América, luego la lucha contra los franceses… Y es un país bastante cainita y se nos olvida todo esto y empezamos a darnos de tortas entre nosotros.

¿Qué tiene la España actual que agradecer a Franco?
En mi opinión, todo. España al acabar la guerra era un país en la miseria. En el año 75, cuando se murió Franco, era la octava potencia industrial del mundo. Hoy ya somos la 19, hemos venido abajo. Incluso esa clase media ha perdido fuerza. Hoy los ricos son más ricos, pero los pobres, más pobres. El sistema social que creó Franco formó una clase media que propició el tránsito a la democracia. Sin un mínimo de renta per cápita no se puede dar la estabilidad suficiente para sustentar un sistema democrático. Ese fue el gran legado de Franco. Se puede medir en números, en datos, en leyes de forma precisa. Se puede traducir en dos mil hospitales, quinientos y pico pantanos, cuatro millones de viviendas sociales entregadas.

Franco mit Eva Duarte de Perón beim Stierkampf in Madrid
Evita Perón fue la primera personalidad internacional que hizo una visita oficial a España tras la Guerra Civil.Imagen: EFE/lafototeca.com

¿Cuál fue la relación de Franco con otros dictadores de América Latina?
Pinochet en Chile y Stroessner en Paraguay fueron grandes admiradores de Franco. Y se inspiraron en su política social y desarrollista que, como los chilenos saben, han hecho de Chile el país avanzado que es hoy. Cierto es que los derechos humanos no fueron los que tenían que ser. Como Franco fue un hombre que venció al comunismo, en esos países visceralmente anticomunistas se miraba a Franco como una referencia.

¿Es esta posición frente al comunismo lo que situó a la España de Franco en el mapa político mundial?
Franco venció al comunismo, eso no se lo van a perdonar nunca. España está ahora donde tiene que estar: es un país democrático, occidental, avanzado, y tiene que estar integrado en su entorno en un mundo globalizado, no puede estar fuera. Los pactos con Estados Unidos de Franco fueron efectivamente un primer paso. Claro que España era un bastión anticomunista y era importante entonces.

En Cataluña se escucha mucho ahora que el franquismo sigue vivo. ¿Qué opina de esa afirmación?
Es que hay que buscar un enemigo. Algo que pueda de alguna manera aglutinar. Y el franquismo es la representación de la España unida y de la España social y es el paradigma perfecto para tomar como enemigo. A base de la mentira y la tergiversación continua.

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El cruce entre la Calle Hermanos García Noblejas y la Avenida Francisco Largo Caballero ejemplifica la polémica por los cambios de nombres de calles en Madrid.Imagen: DW/L.G. Casas

Ustedes se han querellado contra el cambio de nombres de calles en Madrid que recuerdan al franquismo.
Yo vivo cerca de la confluencia de la Avenida Hermanos García Noblejas, que fueron unos jóvenes fusilados por ser falangistas, con la avenida Francisco Largo Caballero, que fue un líder socialista. A mí no me molesta que le dediquen una calle. No me gusta, pero bueno. Derriban una escultura de Franco y levantan una al lado de Largo Caballero, ‘el Lenín español' y uno de los causantes de la Guerra Civil Española. O los dos o ninguno, pero no quite a uno y ponga a otro. Están cambiando la historia. Quieren quitar en el cementerio el homenaje a los caídos de la División Azul, pero erigen uno a los republicanos que entraron en París con el general Leclerc, que digan lo que digan ahora eran todo menos demócratas. Muy bien, ahí están…. Hablan de genocidio: ¿qué pasó en Paracuellos?, ¿qué pasó en Camuñas?, ¿qué pasó en Cartagena? ¿Es que ahí no fue genocidio?

Autor: Luis García Casas (MS)

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