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Los billetes fantasma de la RDA

Manuela Kasper-Claridge (JAG/EL)3 de noviembre de 2014

En la sede del banco KfW en Berlín se esconde uno de los tesoros de la historia reciente de Alemania que ahora sale a la luz.

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500-Mark der DDR Banknoten
Imagen: KfW

Parecía que tramaba algo cuando llegó al control de seguridad del aeropuerto de Fráncfort con una bolsa de papel llena de billetes. Lysann Goldbach ríe cuando cuenta la historia. Llevaba un millón en billetes y aparentaban ser de contrabando. Trató de aclararlo, pero seguían mirándola con desconfianza hasta que una empleada confirmó finalmente su historia: “Sí, son marcos de la antigua República Democrática Alemana (RDA)”. Nada de contrabando.

Goldbach trabaja para el banco KfW, institución de crédito de la reconstrucción alemana. Es la encargada del archivo histórico, al que también pertenecen los legados del entonces presidente del banco estatal de la RDA. Él dejó en la caja fuerte billetes de 200 y 500 marcos recién impresos que nunca llegaron a ponerse en curso y que, sorprendentemente, aparecieron años después de la caída del Muro en distintos lugares de Alemania. Pero… ¿de dónde salieron?

¿Billetes grandes, dinero enterrado y un atraco?

Francfort del Oder fue uno de los lugares donde la policía encontró esos billetes de 500 y 200. El fiscal se los entregó al KfW. Solo podían haber llegado al mercado a través de un atraco. Goldbach no sabía cómo, pero se alegró de poder ver tantos billetes nuevos.

Esos billetes de la Alemania oriental habían sido almacenados para ser destruidos en una fosa en la ciudad de Halberstadt. Con la fusión del banco estatal de la RDA y el KfW, este último se convirtió en 1994 en propietario del dinero. Sin embargo, los billetes seguían apareciendo. Alguien había conseguido atracar la fosa. El KfW tuvo que sacarlos en 2002 para destruirlos definitivamente y aún así, continuaban apareciendo como se vio en Fráncfort. Finalmente, terminaron en el archivo guardados en la caja fuerte hasta el día de hoy. Según la encargada del archivo, uno de lo sitios más bellos de la capital.

Un archivo modelo

La sede del KfW en Berlín está cerca de la avenida Unter der Linden, en la Charlottenstrasse y al lado del Gendarmenmarkt. El edificio fue diseñado por Alfred Messel para la Sociedad Mercantil Berlinesa. En su momento, la zona era como el Wall Street de Alemania y en 1914, alrededor había unos 170 bancos. Posteriormente pasó a manos del Ejército Rojo y terminó convirtiéndose en la sede del banco estatal de la DDR.

Hoy, en la caja fuerte todavía quedan bocetos de billetes inservibles después de que el marco occidental se impusiese como moneda tras la reunificación. También hay fichas de aluminio, monedas que, según Goldbach, terminaron vendiéndose a la industria automovilística para fabricar piezas. “Había colas para cambiar las últimas monedas de la RDA”, aclara la experta.

Con la celebración del 25 aniversario del Muro, este año las consultas del archivo aumentaron significativamente. Sobre todo procedentes de Corea. “¿Cómo se hizo la unión monetaria?”, preguntan sorprendidos por el buen estado de conservación de los billetes. Martina Köchling, directora del departamento correspondiente del KfW y entonces directora del secretariado de la presidencia en Berlín recuerda orgullosa: “En la fusión con el banco estatal de Berlín, el KfW actuó con una gran responsabilidad”. Además de mantener a los trabajadores, restauraron este simbólico edificio.

Así se consiguió mantener hasta hoy su gran significado histórico. Con su enorme chimenea y sus techos de 6 metros de altura, Lysann Goldbach destaca la habitación revestida de madera arce. También se conserva la sala de recepción dedicada a clientes pudientes de la Sociedad Comercial Berlinesa, una función que contrasta con su posterior uso como comisaría de policía en la RDA.

Cuando cayó el Muro, Goldbach tenía 11 años. En ese momento, en clase solo había cinco alumnos porque todos los demás habían ido a ver el oeste. A ella no le dejaron porque sus padres prefirieron ir primero. Les parecía mas seguro, cuenta sonriendo mientras recoge los billetes y los devuelve a la caja fuerte. Con ella, los tesoros de la RDA están bien guardados.