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Los cenotes de México

16 de julio de 2021

Las prístinas aguas del sistema de cavernas subterráneas de la Península de Yucatán, los cenotes, están en peligro. Decenas de granjas porcícolas se ubican en zonas de conservación y contaminan lagunas y napas freáticas. Las comunidades defienden sus escasos recursos hídricos y las cuevas sagradas de los mayas. Con emprendimientos que muestran que es posible criar cerdos sin contaminar.

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La península de Yucatán, una de las joyas turísticas de México, cuenta con accidentes geográficos únicos en el mundo: los cenotes. Estas cavidades de agua hacen que el suelo de la península sea como un queso gruyere, interconectadas hasta formar uno de los mayores ríos subterráneos del planeta. El resultado es una reserva hidrológica de la que dependen miles de personas. En los últimos años, el aumento de la demanda de carne de cerdo a nivel nacional e internacional ha derivado en un incremento del desarrollo de la industria porcícola en la zona. Según Greenpeace, 43 de esas granjas de cerdos se ubican en zonas de conservación. Decenas de estas industrias arrojan los excrementos de los cerdos de manera descontrolada en el suelo poroso, lo que termina filtrándose en los cenotes y, finalmente, llega al mar. Esto ha impactado al otro extremo de la península, en la costa de Quintana Roo, donde la organización Amigos de Sian Ka’an trabaja en promover la pesca sustentable y el ecoturismo. La agencia de desarrollo local, Fondo para la Paz, apoya a aldeas remotas del interior de Campeche en la instalación de una granja de cerdos sustentable, cisternas en los hogares y plantas purificadoras para frente a la escasez de agua. En la comunidad de Homún, en Yucatán, un grupo de menores del pueblo maya ha logrado ahora detener en los tribunales las actividades de una granja porcícola en el área protegida del Anillo de los Cenotes, con el argumento de hacer prevalecer su derecho a conservar su agua y aire limpios. Sin embargo, decenas de granjas continúan en funcionamiento en la región, por lo que los mayas mantienen su lucha para conservar los cenotes, medio de agua, vida y lugar sagrado.