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Los ciegos “ven” con ayuda de los ecos

18 de mayo de 2012

Las personas ciegas pueden orientarse en el espacio o medir la distancia de los obstáculos emitiendo sonidos y rastreando el eco que éstos producen. Esa es una técnica usada con frecuencia por los delfines y murciélagos.

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Imagen: picture-alliance/dpa

Al caminar distancias cortas, Eskandar Abadi, un periodista iraní que nació sin el sentido de la vista, se orienta en el espacio emitiendo sonidos, una suerte de chasquido que, al chocar contra los objetos a su alrededor, genera un eco. Ese ruido secundario le permite saber a qué distancia se encuentran los posibles obstáculos. Cuando los trayectos son más grandes, Abadi chasquea los dedos para crear un sonido más alto. “Gracias a los ecos puedo reconocer si lo que tengo en frente es una pared o un árbol porque los ecos son distintos”, cuenta.

Abadi trabaja desde 2002 en la redacción persa de Deutsche Welle y se mueve sin problemas por sus instalaciones gracias a la ecosonda. Para descubrir lo que ocurre en el sistema neurológico cuando una persona ciega se orienta con el sentido del oído, un grupo de científicos han iniciado un experimento en el que se mide la actividad cerebral de varios voluntarios. Pequeños micrófonos son insertados en sus orejas para grabar el sonido de los chasquidos que ellos emiten para orientarse y los ecos que éstos producen.

Sonidos que permiten ver

“Los participantes del estudio escuchan la grabación de esos chasquidos mientras medimos su actividad cerebral”, explica Lore Thaler, una científica alemana que colaboró con un experimento de la Universidad de Western Ontario centrado en la ecosonda como recurso de “visión” para personas ciegas. Cuando los investigadores compararon los patrones de actividad cerebral registrados con y sin ecos, se percataron de que había actividad en las áreas visuales del cerebro y no en las áreas auditivas.

Eskandar Abadi Journalist DW
Eskandar Abadi nació sin el sentido de la vista, pero se orienta en el espacio por oído.Imagen: DW/E. Norouzi

“Tan pronto los ciegos escuchaban los ecos de los chasquidos, se activaba la corteza visual del cerebro; esa es la parte del cerebro que digiere las impresiones visuales de las personas que pueden ver y no las impresiones auditivas”, comenta Thaler, aclarando que la facultad de orientarse en el espacio mediante el sentido del oído también puede ser desarrollada por las personas que ven. No obstante, quienes están acostumbrados a moverse con ayuda de la ecosonda han aprendido a reconocer superficies y estructuras, además de distancias.

Esquinas y aristas con ángulos rectos o redondeados generan un eco distinto; de ahí que el oído les sirva para obtener una imagen tan precisa del entorno, sostiene Thaler, quien trabaja simultáneamente en otro estudio dedicado a la ecosonda en la Universidad de Durham, Reino Unido.

Autores: Gudrun Heise / Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López