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Sociedad

Los "jóvenes búmeran": de vuelta al hogar por el COVID-19

Marcel Nadim Aburakia
8 de noviembre de 2021

La pandemia de COVID-19 ha obligado a muchos jóvenes a volver a vivir con sus padres. Sus vidas han dado un vuelco y han tenido que enfrentarse a sentimientos de fracaso y culpa al no lograr independizarse.

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Generation Nesthocker
La obligación de volver a casa puede llevar a la depresión a algunos jóvenesImagen: Jens Kalaene/picture alliance/dpa

No ha cambiado mucho la habitación en la que Faissal Sharif pasó su infancia, en un pequeño pueblo de una zona remota del estado federado alemán de Hesse. A los 18 años se lanzó a explorar el mundo, alejándose de su hogar parental para estudiar, viajar y comenzar su carrera. Pero a los 24, solo seis años después, estaba vviendo otra vez con su familia, sin haberlo buscado. "Hubo momentos en los que pensé que había fracasado", dice.

Eso fue a mediados de 2020. De no ser por la pandemia, el estudiante de Neurociencia habría estado trabajando en un laboratorio del Imperial College de Londres, rodeado de 40 compañeros de todo el mundo. Habrían disfrutado de la vida nocturna en el moderno barrio de Shoreditch, saliendo con sus compañeras y compañeros por la noche.

Faissal Sharif.
Obligado por COVID a abandonar Londres, Faissal Sharif tuvo que recurrir al plan B.Imagen: Faissal Sharif

"Había estado esperando, además de mis estudios, una amplia gama de actividades geniales", dijo Sharif. "Pero Londres estaba prácticamente muerto". Debido al COVID-19, la vida se había paralizado. Y eso significaba que no habría prácticas de investigación, ni fiestas, ni diversión.

Los jóvenes se vieron especialmente afectados por COVID

La mayoría de sus compañeros de estudios volvieron a casa: son los llamados "jóvenes búmeran" que han tenido que volver al hogar parental. Ya no podían justificar los elevados alquileres de Londres sin trabajo, sin estudios, sin actividades de ocio, en un Londres en confinamiento. Sharif tampoco tenía otra opción.

"No tenemos cifras para toda Europa", dijo a DW Meral Nur, de la Unión Europea de Estudiantes. "Pero descubrimos que, antes del brote de coronavirus en Croacia, el 44% [de los jóvenes] vivía con sus padres, frente al 78% durante la pandemia. Es de suponer que hubo un fenómeno similar en otros países”.

Manon Deshayes es responsable de políticas en el Foro Europeo de la Juventud, una asociación transnacional de organizaciones y agencias juveniles con sede en Bruselas. Según explicó a DW, la pandemia afectó especialmente a los jóvenes, sobre todo a los que tuvieron que volver a vivir con su familia. Para ellos, señaló, la pandemia ha supuesto un golpe a sus estudios, más estrés y una pérdida total de autonomía.

Diferencias en toda Europa

La situación varía en Europa si se trata de adultos jóvenes que eligen seguir viviendo con su familia. Esa era también la situación antes de la pandemia: mientras que los escandinavos están acostumbrados a una independencia temprana del hogar parental, las estadísticas de la UE muestran que eso es diferente en el sur y el sureste de Europa. Según Nur, "cada región tiene sus propias condiciones económicas y culturales".

Deutschland Halle | Coronavirus | Online-Video-Vorlesung
Durante muchos meses de la pandemia, las clases universitarias se impartieron a distancia, como aquí en la ciudad de HalleImagen: Waltraud Grubitzsch/dpa/picture alliance

Diversos factores pueden influir en el momento y la forma en que los jóvenes adultos deciden independizarse, desde el mercado de trabajo, las comodidades familiares del hogar e incluso la tradición. Pero, independientemente de las circunstancias, está claro que hay grupos de la población joven que han sufrido de forma desproporcionada durante la pandemia: "Las personas, por ejemplo, que pertenecen a la comunidad LGBTIQ+, tienen más dificultades que otras para hacer frente a la situación en casa de sus padres", afirma Nur. Asimismo, las familias con menos ingresos que viven en barrios pequeños han tenido que enfrentarse a las crecientes adversidades.

Malo para la salud mental

Para Giulia, una joven italiana, vivir con su familia durante el encierro fue duro, pero mudarse tampoco fue posible. El mercado de trabajo era difícil, y además tenía que cuidar a su madre, una paciente de riesgo. "No tuve el valor de mudarme. Habría sentido que estaba defraudando a mi mamá", cuenta a DW.

Agrega que en las familias italianas es normal que los hijos vivan con sus padres durante mucho tiempo. "Mi hermano tiene 30 años y tiene que mantenernos a todos económicamente. Mudarse no era una opción", añade. Finalmente se mudó a finales de 2020, un punto de inflexión en su vida que tuvo que ser pospuesto debido al COVID-19 durante muchos meses.

Jennifer Caputo, socióloga de la Universidad de Chicago que ha estudiado a los "jóvenes búmeran" en Estados Unidos, descubrió que los que se vieron obligados a regresar debido al coronavirus, en particular, mostraban síntomas de depresión con mayor frecuencia.

La independencia económica y social, así como el simple hecho de vivir en un espacio propio, sostuvo en entrevista con DW, se consideran pasos importantes para una transición exitosa hacia la edad adulta. Si no se logran esos objetivos, los afectados pueden sufrir sentimientos de fracaso.

"Siempre serás su hijo, no importa la edad que tengas”

También para Sharif, volver al hogar parental no fue fácil. "Ciertamente, fue una situación estresante", subraya. El mayor reto "fue el simple hecho de que son mis padres. A sus ojos, siempre serás su hijo, no importa la edad que tengas”.

Mientras tanto, ha terminado sus estudios, no con una gran ceremonia de graduación en Londres, sino tranquilamente, frente a la pantalla del ordenador en la habitación de su infancia. Hoy vive y trabaja en Berlín, y vuelve a casa a visitar a sus padres cada pocos meses.

"Sin duda, fue un choque cultural cuando tuve que volver de Londres a la casa de mis padres en el campo, pero, de alguna manera, también fue encantador", admite. "Me demostró que siempre habrá un lugar al que pueda volver".

(ee/cp)