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Los republicanos que España olvidó en Neuengamme

Enrique Anarte
23 de agosto de 2019

Miles de españoles refugiados del franquismo fueron deportados a campos de concentración nazis. Historiadores y activistas critican el desinterés público por estos “Rotspanier”.

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persönliche Gegenstände von spanischen KZ-Inhaftierten
Las pertenencias de José López Gabarrón, uno de los españoles deportados al campo de concentración nazi de NeuengammeImagen: International Center on Nazi Persecution

La memoria tiene fronteras, como también tiene idiomas o pasaporte. No es lo mismo apellidarse González que, por ejemplo, Schwarz. No porque una vida tenga más valor que la otra. Pero sí porque ocurre a veces que no todas las víctimas de una misma barbarie reciben la misma atención y, en su caso, reconocimiento.

Hace unas semanas, el Gobierno español publicó en su Boletín Oficial del Estado los datos de 4.427 personas que murieron en el campo de concentración nazi de Mauthausen-Gusen entre 1940 y 1945. El objetivo: reconocer a estos españoles deportados a aquellos lugares de horror. Aunque el gesto llegue, opinan algunos, demasiado tarde.

"El Ejecutivo ha hecho la presentación ahora de un listado como si fuera algo novedoso”, dice a DW Emilio Silva, quien preside la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. "Pero hace muchos años que se conocen estos datos”.

En efecto, estos son los nombres que Francia recopiló en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial y que posteriormente comunicó a España. Pero durante la dictadura de Francisco Franco los documentos cogieron polvo y, durante las primeras décadas de democracia no pareció haber urgencia para reparar el olvido de estas víctimas del nazismo.

Además, no se trata únicamente de una cuestión de tiempo. "Estos nombres que han sido publicados no son en absoluto los de todos los españoles que murieron en los campos de concentración”, aclara a DW Antonio Muñoz, de la catalana Universitat Rovira y Virgili. Este historiador explica que, de los alrededor de 140.000 españoles ‒republicanos huidos de la victoria franquista en la Guerra Civil‒ que había en Francia cuando esta fue ocupada por los nazis en 1940, se calcula unas 10.000 personas fueron deportadas a los campos de concentración del Tercer Reich, en su mayoría hombres adultos. Los nacionalsocialistas convirtieron a otros 50.000 en trabajadores forzados.

Los llamaban Rotspanier, españoles rojos. "Eran vistos como un peligro: por comunistas, por socialistas, por anarquistas. Eran enemigos políticos del régimen nazi y había que reprimirlos”, continúa Muñoz. "Se habían enfrentado a Franco, pero también a la Legión Cóndor. Odiaban a los alemanes porque los habían conocido en la Guerra Civil”.

persönliche Gegenstände von spanischen KZ-Inhaftierten
El Centro Internacional sobre la Persecución Nazi conserva efectos personales de algunas de estas víctimas españolas del nazismo. Estos objetos pertenecieron a una deportada llamada Pepita Meranjes.Imagen: International Center on Nazi Persecution

Los historiadores consultados por DW coinciden en que son varios los factores que influyen en la falta de datos más claros. Algunos españoles se hicieron pasar por franceses, por ejemplo. El listado, por otra parte, solo incluye a quienes murieron en los campos. Pero además, el trabajo historiográfico se ha llevado a cabo con documentación francesa "por razones lingüísticas”, resume Muñoz, basándose pues en "fuentes de segunda mano”. A todo esto se suma la falta de iniciativa del Estado español, al menos hasta ahora, de impulsar la investigación de estas lagunas históricas en la memoria nacional.

Gutmaro Gómez Bravo, que ha dirigido el grupo de historiadores que coordinó la lista publicada por el Gobierno, reconoce a DW que "ha faltado la labor del Estado a la hora de informar”. En cualquier caso, defiende que debe vigilarse estrictamente la metodología de inscripción de los fallecidos con actas de defunción para no cometer errores. Pero insiste en que esto solo es el principio: "No sé para el Gobierno, pero para nosotros no es un trabajo cerrado, sino la primera etapa de un estudio más amplio”. Y no duda en plantear que este sea "el primer paso para que también tengan medidas económicas”.

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La publicación de los datos de solo algunos de los españoles muertos en los campos de concentración nazis, así como el modo en el que se ha llevado a cabo, también ha generado cierto malestar. "Desde mi punto de vista, el Gobierno se ha precipitado un poco”, dice Muñoz, "y ahora apela a la buena voluntad de las familias para que aporten más documentación. Me parece poco profesional”. Silva, por su parte, cuenta que han recibido correos electrónicos de familias que se han enterado por la prensa de que su abuelo murió en un campo de concentración.

En declaraciones a DW, el Ministerio de Justicia español reconoció la ausencia de colaboración específica con el Estado alemán en este campo, así como la inexistencia de iniciativas que puedan suponer indemnizaciones económicas, si bien defendió que “la intención del Gobierno es continuar trabajando en el registro incluyendo a víctimas españolas de otros campos”.

Devolver pedazos de memoria familiar y nacional

Tampoco en Alemania gozan los Rotspanier de un lugar sólido en la memoria de las víctimas del nazismo. "No es un fenómeno especialmente conocido. Hay pocos expertos que hayan investigado el tema”, sostiene Cristian Groh, director del Arolsen Archives - Centro Internacional Sobre la Persecución Nazi, en el estado federado de Hessen. No obstante, desde el punto de vista alemán las víctimas españolas son una minoría entre todos los grupos que sufrieron la represión del nazismo. Aunque Groh dice que nadie al sur de los Pirineos les había contactado para poner en marcha algo al respecto.

La primera colaboración historiográfica, cuenta Groh a DW, se inició recientemente con Antonio Muñoz, que está ayudando al archivo a devolver las pertenencias de españoles fallecidos en el campo de concentración de Neuengamme, un distrito de Hamburgo, y que se encuentran en este centro. En relación con el proyecto, el historiador rememora que hace poco informaron a un hombre de 89 años de Murcia, en el sureste de España, de que su hermano había muerto en uno de estos lugares. Lo hizo una voluntaria y por teléfono. Ni rastro de las autoridades españolas.

persönliche Gegenstände von spanischen KZ-Inhaftierten
El historiador Antonio Muñoz está trabajando en colaboración con el Centro Internacional sobre la Persecucón Nazi para tratar de devolver los objetos de los deportados que aún se conservan a sus familiares, pero encontrar a estos últimos es una complicaa odisea sin apoyo gubernamental.Imagen: International Center on Nazi Persecution

"Debería ser el Estado español quien se lo comunicase y, por qué no, le pidiese perdón. Porque no podemos olvidar que si los españoles acabaron deportados en los campos de concentración fue porque el régimen de Franco colaboró”, critica Muñoz. Y, durante aquellos años, Franco representaba ya al Estado español.

Este historiador subraya que Madrid no protegió a sus ciudadanos cuando los nazis llegaron a Francia: "Cuando Alemania preguntó qué hacía con esos españoles, ya que el Tercer Reich no estaba en guerra con España, España dijo que no eran españoles, que habían perdido la nacionalidad. El Estado español fue corresponsable de que los españoles acabasen en campos de concentración”.

(jov)

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