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Más sombras sobre el Mundial alemán

Daniel Martínez (JC)30 de enero de 2016

En vez de disipar las dudas de corrupción sobre la manera en la que Alemania obtuvo la sede del Mundial 2006, los detalles que se han conocido de la investigación hacen sospechar que las irregularidades fueron mayores.

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Imagen: picture-alliance/dpa/M.Tirl dpa/lhe

La Federación Alemana de Fútbol (DFB, por sus siglas en alemán) ya ha dado a conocer la fecha exacta en la que publicará el informe sobre si hubo, o no, corrupción en la forma en la que se consiguió la adjudicación del Mundial del 2006: el próximo cuatro de marzo.

Aún así, detalles de ese informe que elabora el prestigioso bufete internacional de abogados Freshfields Bruckhaus Deringer han sido filtrados a la prensa. A cuentagotas, el público se entera que el escándalo no solo parecer tener dimensiones mayores a las que se habían manejado hasta ahora, sino que el papel de varios de sus protagonistas luce menos inocente de lo que se ha pretendido.

Ocultar a toda costa

Stefan Hans, exsubsecretario general de la DFB, declaró a los investigadores que en torno al tema existió un encubrimiento sistemático de los detalles que pudieran inculpar a la organización y sus funcionarios. Esto lo revelaron tanto el diario Süddeutsche Zeitung, como los canales de televisión pública NDR y WDR.

En el centro de la polémica está el manejo, hasta ahora desconocido, que se le dio a siete millones de euros que fueron justificados como un “aporte al desarrollo” del balompié africano, y que presuntamente fueron utilizados para la construcción de campos deportivos en diferentes ciudades del continente. “Pero eso no costó siete millones”, sostienen los medios de comunicación alemanes que contó Hans a los investigadores, quienes sospechan que el dinero posiblemente sirvió para compensar en su momento a Sudáfrica por haber perdido la adjudicación del Mundial 2006.

“Entre más excavan los investigadores de Freshfields Bruckhaus Deringer, más indicios de irregularidades existen, aunque estos aún no aclaran definitivamente la sospecha sobre si el Mundial de Fútbol Alemania 2006 fue comprado o no”, analizó el diario Süddeutsche Zeitung.

El papel del exsubscretario general de la DFB, quien fue cesado del cargo el pasado mes de noviembre, según trascendió, fue recopilar en silencio los posibles documentos incriminatorios para ponerlos a disposición del expresidente de la organización, Wolfgang Niersbach.

La responsabilidad del expresidente

Hans aseguró que un selecto y reducido grupo de personas tenía conocimiento de lo que estaba sucediendo, entre ellos Niersbach. En mayo del 2015, el exfuncionario –según lo conocido por el Süddeutsche Zeitung- recibió de Fedor Radman, quien fue asesor externo del Comité Organizador del Mundial 2006, la información de que habían salido a relucir “irregularidades” en torno a la forma en que Alemania se hizo con el evento.

Wolfgang Niersbach
Wolfgang NiersbachImagen: picture-alliance/dpa/A. Dedert

Niersbach pidió a Hans ponerse en reserva al frente de las averiguaciones sobre el particular y no compartió los resultados ni con los demás directivos de la Federación Alemana de Fútbol, ni con los exencargados de haber gestionado la sede del Mundial alemán, entre ellos Franz Beckenbauer.

Las novedades de los siete millones destinados a África, así como los presuntos esfuerzos hechos por los responsables para mantener ocultos documentos e informaciones al respecto, se suman a un escándalo que tiene como centro el destino verdadero del dinero proveniente de un préstamo de 6,7 millones de euros concedido por el exdirectivo de Adidas, Robert Louis-Dreyfus, al comité organizador de la Copa del Mundo en Alemania.

A más tardar el próximo cuatro de marzo el mundo conocerá los resultados de la investigación. Hasta entonces, la DFB –según aseveró en comunicado de prensa- se abstendrá de comentar los detalles que se han filtrado a la prensa, y solo cuando el informe final sea público, tomará las medidas que sean necesarias.