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México: desigualdad histórica

Eva Usi
27 de junio de 2018

México es un país de superlativos. Abundante en recursos y riqueza, y una pobreza endémica y desigualdad social. La mitad de los que nacen pobres, lo serán toda su vida. El país es uno de los más desiguales de la OCDE.

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Symbolbild indigene Frauen in Mexiko
Imagen: picture-alliance / united-archives/mcphoto

"México siempre ha sido un país de grandes diferencias. Tanto en la distribución de la riqueza desde el punto de vista social, como regional. Estos contrastes ya los notaban los visitantes extranjeros como Alexander von Humboldt, que registró la gran riqueza de recursos como agua en el sur, y su carencia en el norte”, afirma el economista y urbanista Manuel Perló, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. 

El experto advierte que las disparidades regionales han aumentado en los últimos 20 o 30 años a raíz de la globalización, concretamente a partir de la entrada de México en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, según sus siglas en inglés). "Ciertas regiones, sobre todo en el norte del país, aprovecharon esta relación relativamente privilegiada con la economía de Estados Unidos, y han crecido en términos industriales y de exportación de manera muy acelerada”. Chihuahua, Baja California, Sonora, Nuevo León, son los estados más beneficiados por la nueva dinámica de integración económica con el vecino del norte. Pero eso no se reflejó de manera homogénea en el resto del país, según el urbanista. Chiapas, Morelos, Guerrero, Michoacán, Veracruz, no han tenido esas oportunidades de desarrollo y son también los estados que registran los mayores niveles de pobreza.

"México cuenta con unos 125 millones de habitantes. Según las estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 43% de la población vive en situación de pobreza”, destaca Perló. Según el último informe de Coneval, divulgado en marzo pasado, aunque la pobreza extrema se redujo en los últimos ocho años, el número de pobres aumentó. Según dicho informe, 68,4 millones de personas carece de acceso a la seguridad social.

Manuel Perló, director del Instituto de Investigaciones sociales de la UNAM.
Manuel Perló, director del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.Imagen: DW/E. Cabrera

Millones de pobres y un puñado de súper ricos

La distribución de la riqueza se polariza cada día más. Aunque los ingresos del país han aumentado en las últimas dos décadas, la pobreza se mantiene estancada, mientras que los millonarios ven crecer sus fortunas. Según un estudio de Oxfam, del economista Gerardo Esquivel, un 1% de los mexicanos acumula el 21% de la riqueza del país. 

La pobreza y la falta de oportunidades en salud y educación se convierte en un círculo vicioso, pues se traduce en acceso a empleos precarios e informales. Una situación que se hereda de padres a hijos, según un estudio publicado recientemente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, (OECD), que advierte que la mitad de los mexicanos que nacen pobres, lo serán toda su vida.

"El nivel de desigualdad de México es uno de los más altos de la OCDE. Hay poca movilidad social entre generaciones, sobre todo cuando se mira el nivel de educación. Esto se transmite de padres a hijos”, afirma la economista Ana Llenanozal, coautora del estudio titulado "¿Un ascensor social roto?”.

"La desigualdad tiene un componente interno y detonantes externos, como la globalización, el rezago tecnológico. Lo que hemos visto es que las desigualdades se acumulan para ciertos grupos, como las mujeres”, señala Llenanozal. "A las mujeres se les dificulta más acceder a empleos formales, a los que acceden son más bien de tipo informal; además tienen dificultades para compaginar la vida familiar y la vida laboral, lo que se convierte en un freno en la movilidad durante su vida”, explica la experta.

Madre e hijo buscan emigrar a Estados Unidos.
Madre e hijo buscan emigrar a Estados Unidos. Imagen: Getty Images/J. Moore

Más dinero para programas sociales

Llenanozal destaca que aunque México ha mejorado mucho durante los últimos años, poniendo más énfasis en los servicios sociales y en el acceso a la educación, esto sigue siendo una prioridad. Todavía se necesita mejorar. "El gasto en México en servicios sociales ha aumentado muchísimo, es el doble que hace una o dos décadas. Aún así es muy bajo en comparación con el resto de países de la OCDE”, apunta.

En México, un 48% de las personas que se encuentran entre el estrato más pobre, un 20% de la población, heredan esta condición a sus hijos, frente a un promedio del 31% de la OCDE. Sólo un 4% logra escalar hasta el 20% más privilegiado, frente a un promedio de 17% que registra el resto de los miembros del llamado club de los países ricos. En cuanto a movilidad social, México se encuentra por debajo de Brasil, China, Indonesia y Sudáfrica.

La experta señala que la elevada pobreza, aunada a un mercado laboral con mucha informalidad y con poca presencia de las mujeres, así como una calidad escolar insuficientes en zonas deprimidas y la exclusión financiera son las principales causas de una movilidad social excepcionalmente baja.

Los peores atributos son ser mujer, indígena y de origen rural. El economista Manuel Perló añade un cuarto elemento desfavorable: ser de la tercera edad. "Entre más años tengas, más se reducen las posibilidades de mejorar, más bien hay un deterioro en la calidad y el nivel de vida”. No obstante, en la Ciudad de México la mayoría de las personas de la tercera edad goza de una pensión modesta que otorga el gobierno de la capital. Es algo excepcional en el país. En estados en donde hay menor desarrollo y una gran concentración de pobreza y desigualdad, es donde las personas mayores están en mayor riesgo de vivir una situación de pobreza extrema.

Autora: Eva Usi (er)