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México recordó a los 43 de Ayotzinapa

26 de septiembre de 2015

Miles de personas marcharon en México para conmemorar el primer aniversario de la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa. Los manifestantes pidieron justicia y una investigación del caso libre de toda duda.

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Imagen: Getty Images/AFP/R. Schemidt

Hubo banderas mexicanas de luto, con el negro reemplazando el rojo y verde, y caras con lágrimas pintadas en rojo: una marcha multitudinaria encabezada por los padres recordó este sábado (26.9.2015) en Ciudad de México un año de la desaparición de 43 estudiantes. "¡Vivo se lo llevaron! ¡Con vida lo queremos!", decían carteles coloridos portados por madres, padres y familiares de los desaparecidos, con la foto de cada uno de los jóvenes, que estudiaban en la escuela rural del magisterio Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa en el estado de Guerrero (sur).

Al grito de "Ayotzi vive, Ayotzi vive. La lucha sigue, sigue", varios miles de personas caminaron detrás de los padres en una larguísima procesión por el Paseo de la Reforma desde la residencia oficial de Los Pinos hacia la Plaza del Zócalo, en el centro de la ciudad. No hubo inicialmente una cifra oficial de participantes. "Si manifestándonos no sirve, callados menos", dijo Teresa Acevedo, una mujer de 65 años, que participaba por primera vez. "Tengo hijos y no me gustaría que a ellos les hicieran lo mismo", agregó, emocionada.

Un suceso opaco

Los estudiantes fueron perseguidos y secuestrados por policías en la ciudad de Iguala, 200 kilómetros al sur de Ciudad de México, la noche del 26 al 27 de septiembre de 2014. La policía los entregó después al grupo criminal Guerreros Unidos, que según algunos detenidos los asesinó e incineró en un basurero. Hay 111 detenidos, la mayoría policías, así como el ex alcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa. Los móviles no están claros. "Se tiene que respetar el derecho fundamental que es la vida. No nos merecemos como sociedad la desaparición de un número tan grande de personas y que no se haga justicia", afirmó Salvador Rodríguez, un
trabajador de 40 años, que participó en la marcha.

En el contingente, precedido por un autobús con altoparlantes, iban primero los padres y estudiantes normalistas, seguidos por sindicatos y representantes de universidades, jóvenes, adultos y algunos niños. La policía de tránsito, con sus características camisas blancas y amarillas, se apostó a ambos lados del Paseo de la Reforma, mientras que policías de azul vigilaban negocios y en calles aledañas, fuera de la vista de los manifestantes, estaban en alerta policías con cascos y escudos antimotines.

Comercios del centro de la ciudad se protegieron con vallas, ya que en algunas ocasiones grupos anarquistas infiltrados protagonizaron incidentes violentos como la quema de vehículos o rotura de cristales. Medios locales reportaron que hubo un intento de incendio en una parada de autobús en la zona del Museo de Antropología al inicio de la marcha, pero en las primeras horas la manifestación transcurría de manera pacífica. "Sabemos que están vivos", gritaba un orador desde un altoparlante, mientras la movilización avanzaba lentamente por la principal avenida de la ciudad hacia el Zócalo.

“¡No están solos¡”

A medida que los padres avanzaban, personas que formaron dos hileras a un costado de la marcha les gritaban "¡No están solos, no están solos!". También hubo movilizaciones en otras partes del país, como en la ciudad de Chilpancingo, capital de Guerrero. Antes del inicio de la manifestación, el presidente de México, Enrique Peña Nieto, muy cuestionado por las familias, aseguró que su gobierno está comprometido con encontrar la verdad. "A un año de distancia de los trágicos hechos en Iguala, reitero el compromiso del gobierno de México con la verdad y la justicia", escribió en su cuenta de Twitter.

Peña Nieto afirmó que sociedad y gobierno deben trabajar juntos para consolidar el respeto de los derechos humanos y aseguró que se busca asegurar que en el caso Ayotzinapa "los culpables respondan ante la ley". Varios detenidos declararon que los estudiantes habían sido asesinados e incinerados en un basurero, conclusión que el anterior procurador general, Jesús Murillo Karam, presentó en noviembre del año pasado como una "verdad histórica".

Sin embargo, la fiscalía ha dado marcha atrás en esta afirmación, al señalar que los estudiantes están desaparecidos y que continuará su búsqueda. La hipótesis de la incineración en un basurero fue desacreditada
hace tres semanas por un grupo interdisciplinario de expertos independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

ERC ( dpa / AP )