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Mallorca o la máquina de hacer dinero

Stefanie Müller
19 de julio de 2018

Desde hace años aumentan los precios de compra y alquiler de viviendas en Mallorca, lo que provocado un auténtico boom de agencias inmobiliarias. Pero no es oro todo lo que reluce.

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Spanien Tourismus Mallorca
Imagen: picture-alliance/ZB/J. Kalaene

En el centro de Palma de Mallorca le queda claro al visitante de un vistazo cuál es el negocio principal del lugar: "Los helados italianos y la venta de casas”, dice Jordi Villant, residente de la isla y experto en turismo. Hay calles en las que en apenas 150 metros hay hasta cuatro oficinas inmobiliarias. "Siempre habrá demanda de helados porque hace mucho calor, pero muchas inmobiliarias se verán obligadas a cerrar”, asegura el abogado alemán Tim Wirth, que ha gestionado numerosas compras inmobiliarias de celebridades alemanas en la isla. En realidad, el pastel se lo reparten entre las cinco más grandes agencias. Aunque todas ellas están de acuerdo en que 2017 fue un año de récord absoluto, no hay mucho más lugar en el mercado”.

"Cada vez hay menos inmuebles y los compradores están más informados. Hacen muchas preguntas”, opina Javier Ariola, jefe de ventas para Ibiza y Mallorca de la inmobiliaria más antigua de la isla, Kühn & Partner. Según cifras de Tinsa, una empresa española de tasaciones inmobiliarias, vender un inmueble en las Baleares puede llevar casi nueve meses. Tinsa calcula que en este año los precios han subido hasta el 10 por ciento, aunque en Palma, donde todo el mundo quiere comprar ahora, la subida ha sido del 13 por ciento.

Tendencia al alza que no es buena para todos

Ariola es el perfecto ejemplo de la doble cara del éxito inmobiliario en Mallorca. Los precios en ascenso ayudaron al jefe de ventas de Kühn & Partner a estabilizar su negocio frente al absoluto amo, la agencia Engel & Völkers. Por otro lado, Ariola sabe por la experiencia de su novia, que trabaja en el ámbito de la salud, que la pasión alemana por las islas de Mallorca e Ibiza ha conducido a unas precarias condiciones laborales. "El personal de enfermería no puede permitirse pagar con sus bajos salarios los alquileres y los hoteles deben alojar en sus propias instalaciones a los empleados, porque la vivienda es muy cara y en temporada alta no hay apartamentos libres”, dice Ariola.

Spanien Großdemonstration gegen Massentourismus auf Mallorca
La ciudad para quien la habita, no para quien la visita. Imagen: picture-alliance/dpa/O. Brenneisen

No hay sitio donde se perciba más claramente que en Mallorca la diferencia entre los bajos salarios que se pagan en España en comparación con Europa y el coste de la vida. Según cifras oficiales, el salario medio es de 1.200 euros brutos. Mientras, según cifras de la agencia Porta Mallorquina Real Estate, los precios de las casas han subido en los últimos tres años un 54 por ciento en los alrededores de Palma y un 29 por ciento en el centro de la ciudad. También los alquileres han subido: "En Palma se pagan 1.000 euros por una vivienda de 45 metros cuadrados. Yo mismo he alquilado mi departamento allí por debajo del precio de mercado porque no quiero ser parte de todo esto”. Los lugareños se ven obligados a vivir más allá de los alrededores de Palma para poder vivir de forma asequible. Pero eso no es posible para quienes solo vienen a trabajar en temporada alta. "Esta situación lleva a que en verano se forme un enorme caos circulatorio en los alrededores de Palma”, dice Ralf Spielvogel, director de la agencia Porta Mallorquina Real Estate, que lo vive todos los días.

Menos oferta de vivienda turística

Los hoteleros de las Islas Baleares dieron a conocer que durante la primera mitad de 2018 las reservas disminuyeron un 5 por ciento en comparación con el año anterior, que también fue para ellos un año récord: 10,3 millones de personas visitaron la isla, de los que 4,5 millones eran alemanes. "Los mallorquines saben que dependen económicamente de este negocio, pero cada vez hay más protestas contra los efectos negativos que tienen los muchos barcos de cruceros que diariamente llevan a miles de personas a Palma”, dice Villart.

Hace un  año, el Gobierno balear puso el freno de emergencia. No solo duplicó el impuesto turístico hasta tres euros por persona y día, sino que puso una moratoria para el alquiler de viviendas turísticas. La moratoria vence el próximo 1 de agosto, pero no se renovarán automáticamente todas las licencias de alquiler. Se expedirán nuevas licencias solo en lugares que no estén masificados. Está descartado que las viviendas de nueva construcción se dediquen al alquiler turístico: "La nueva ley permitirá la utilización con fines turísticos solo a las viviendas construidas hace más de 10 años”, dice Marcos Vera Stein, abogado y residente en Mallorca.

Stefanie Müller MS (ERS) 

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