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Monumento tras las rejas

Gezal Acer
22 de mayo de 2018

El Monumento a los Derechos Humanos de Ankara fue “encarcelado” hace un año. Entretanto se ha convertido en un símbolo del estado de excepción y de la situación de los derechos humanos en Turquía.

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Türkei Menschenrechtsdenkmal in Ankara
Imagen: DW

En una de las calles más transitadas de Ankara, una estatua de bronce se encuentra bajo "custodia policial”. La figura de una mujer, con un ejemplar de la Declaración de Derechos Humanos, es vigilada las 24 horas del día por la policía. Nadie puede acercarse a ella. Está prohibido tomarle fotos o grabar videos. Los policías dicen que las medidas se han tomado por motivos de seguridad. Una consulta de DW a las autoridades de Ankara no obtuvo respuesta.

El monumento fue erigido el 10 de diciembre de 1990. A partir de entonces, personas de diversas convicciones políticas comenzaron a reunirse en ese lugar. Allí ofrecían declaraciones a la prensa. Desde allí iniciaban manifestaciones. También durante las protestas de 2013 en Estambul, el monumento fue un lugar de encuentro para los habitantes de Ankara. Pero las cosas cambiaron tras la fallida intentona golpista del 15 de junio de 2016. A partir de entonces rige en Turquía el estado de excepción, que hace un mes fue prolongado por séptima vez. De acuerdo con informes del Ministerio del Interior turco, desde ese fracasado golpe han sido detenidas 228.000 personas, y cerca de 116.000 han sido despedidas del servicio público.

"Una imagen del fascismo”

También la científica Nuriye Gülmen y el maestro de primaria Semih Özakca perdieron su trabajo. Durante meses protestaron junto al monumento, exigiendo ser reincorporados a sus puestos. El 23 de mayo de 2017, la policía rodeó la figura con rejas metálicas. Nuriye Gülmen y Semih Ozakca fueron detenidos.

Diputados del mayor partido de oposición, el CHP, protestaron y exigieron la inmediata liberación de ambos. Entre ellos, Ali Haydar Hakverdi. "Cuando Nuriye y Semih fueron arrestados, iniciamos una sentada en el Monumento a los Derechos Humanos. Otras personas nos secundaron. Pero los policías intentaron mantener alejada a la gente”, recuerda en conversación con DW. Entonces instalaron  las barreras metálicas. "Fue una arbitrariedad absoluta”, afirma Hakverdi, añadiendo: "El primer día que apareció la reja, la derribamos. Al día siguiente había de pronto dos rejas”.

Türkei Menschenrechtsdenkmal in Ankara
Imagen: DW

Mensaje claro

Comenzaron las protestas diarias en torno al monumento. La policía intervino con dureza. Las correspondientes imágenes circularon profusamente por las redes sociales. Los manifestantes eran detenidos por la mañana y liberados al atardecer. El gobernador de Ankara declaró que el cerco era una "medida de seguridad”, dado que Turquía se hallaba en estado de excepción.

Un año más tarde, Nuriye Gülmen dice a DW: "Para mí, el cerco es una imagen del fascismo en nuestro país”. Afirma que la represión es síntoma de la impotencia del gobierno y apunta: "No tiene sentido ‘encarcelar' un monumento, pero el mensaje es claro. ¡Miren, este es un lugar peligroso! Eso es lo que se quiere transmitir”.

Semih Ozakca fue liberado medio año después de su detención. Nuriye Gülmen fue acusada de "pertenencia a una organización terrorista”, pero también recuperó la libertad. Ninguno de los dos ha recuperado en cambio su puesto de trabajo, motivo por el cual siguen protestando, en las cercanías del Monumento a los Derechos Humanos.

"Símbolo del estado de excepción”

El escultor Metin Yurdanur regaló la figura de bronce al distrito de Cankaya 28 años atrás. "El monumento pertenece a toda la humanidad, al igual que todas mis obras. Desearía que todas mis obras encontrara un lugar en un mundo en paz”, dijo el artista a DW.

Hakverdi indicó que su partido había presentado una petición para que fuera removido el cerco, pero ésta fue denegada por razones de seguridad. El parlamentario del CHP no cree que haya cambios a corto plazo. "El cerco es una arbitrariedad total y un símbolo del estado de excepción”, señaló Hakverdi. A su juicio, el gobierno quiere dejar en claro que no levantará el estado de excepción. Estas son las condiciones en que se llevarán a cabo las elecciones presidenciales y parlamentarias programadas para el 24 de junio.

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