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Muere la pianista Mihaela Ursuleasa

3 de agosto de 2012

Tenía solo 33 años, una carrera pianística consolidada y un brillante futuro por delante, pero la muerte se la llevó repentinamente. Su cuerpo fue encontrado en su vivienda vienesa el pasado jueves (2.08.2012)

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Pianistin Michaela UrsuleasaImagen: picture-alliance/dpa

Aún es pronto para valorar el legado artístico de Mihaela Ursuleasa, pero su prematura muerte ha conseguido conmover al mundo de la música clásica. Con una forma de tocar tan lírica como temperamental, Ursuleasa se había ganado un hueco en el pianismo internacional, donde aspiraba a suceder a grandes intérpretes del teclado de origen rumano, como Clara Haskil, Dinu Lippatti y el todavía en activo Radu Lupu.

De ascendencia gitana, nació en Rumanía en 1978. Su madre era cantante y su padre tocaba música popular y de jazz. Desde muy joven se familiarizó con los clásicos: Mozart, Beethoven, Chopin, gracias precisamente a las grabaciones de pianistas de su país natal. Tenía siete años cuando dio su primer concierto en público con orquesta: tocó el Concierto en Re mayor de Haydn.  En declaraciones al programa de la televisión bávara Klick Klack, Ursuleasa recordaba: “Tuve otra forma de niñez, alejada de lo que entendemos como “infancia normal”, pero lo viví como algo muy especial”.

De Rumanía a Viena 

La chispeante vivacidad de la que hacía gala la pianista de origen rumano en sus actuaciones se remonta a sus inicios. Durante sus años como  niña prodigio, Ursuleasa ardía en deseos de que llegara el momento de tocar ante el público: “Esperaba impaciente ante la puerta de salida al escenario, quería salir a tocar de inmediato, pero me decían que debía esperar, que todavía quedaba tiempo hasta la hora del concierto”.

La pianista Michaela Ursuleasa al recibir el premio ECHO Klassik por su disco "Piano&Forte"
La pianista Michaela Ursuleasa en la gala en la que recogió el premio ECHO Klassik por su disco "Piano&Forte"Imagen: picture-alliance/dpa

Su padre le aconsejó dedicarse con responsabilidad a la profesión de músico y, con 12 años, Mihaela se alejó de los conciertos y se instaló en Viena para centrarse en su formación. La joven recogió los frutos de aquel tiempo de profundización y perfeccionamiento al ganar en 1995 el prestigioso concurso de piano Clara Haskil. El jurado valoró entonces la valiosa conjunción de dominio técnico y expresividad que exhibía una Ursuleasa que aún no había cumplido los 20 años de edad. 

Una carrera internacional

Aquello impulsó su carrera internacional. Directores tan prestigiosos como Daniele Gatti, Paavo Järvi y Andris Nelsons, entre otros, contaban con ella regularmente y actuó en festivales como el de Salzburgo, Lucerna y el Beethoven de Bonn, sola o acompañada de las mejores orquestas de nuestro tiempo. Precisamente, la pasada edición del Beethovenfest acogió la actuación de Ursuleasa junto a la Filarmónica Romaní interpretando el Concierto para piano nº 1 de Franz Liszt.

Amante también de la música de cámara, Ursuleasa había grabado un disco junto a la violonchelista argentina Sol Gabetta y dos discos en solitario. El primero de ellos “Piano & Forte” fue galardonado con un premio ECHO Klassik en 2010 y el segundo, “Rapsodia rumana”, con obras de Schubert, Bartók, Constantinescu y Enescu,  apareció en marzo de 2011.

Ursuleasa había cancelado sus últimos conciertos y su cuerpo fue encontrado el jueves (2.08.2012) en su casa vienesa. El sábado tenía previsto actuar en Berlín, en un concierto que iba a ser grabado por Deutschland Radio Kultur. Por el momento, se desconocen las causas de su muerte, aunque se conjetura que pudiera deberse a una hemorragia cerebral. La pianista llegó a declarar que su relación con la vida era la misma que con la música: “lo entrego todo, en cuerpo y alma”, dijo.

Autora: María Santacecilia
Editora: Claudia Herrera