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Ernesto Sábato, el último existencialista universal latinoamericano

30 de abril de 2011

El argentino Ernesto Sábato, cuyas obras se publicaron en alemán y fue galardonado con el Premio Cervantes 1984 falleció hoy a las puertas de cumplir los 100 años.

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FILE - In this Aug. 13, 2002 file photo, Argentine writer Ernesto Sabato delivers a speech at Teresa Careno theater in Caracas, Venezuela. Sabato, 99, died at his home, on the outskirts of Buenos Aires, Saturday morning April 30, 2011. He had been suffering from bronchitis. (AP Photo/Leslie Mazoch, File)
Ernesto Sábato, activo hasta casi los 100 años.Imagen: AP

Sábato había abandonado la ciencia para dedicarse a la literatura y trascender las fronteras con su obra narrativa. Sus primeros libros fueron ensayos: "Uno y el universo" (1945), "Hombres y engranajes" (1951) y "Heterodoxia" (1953). Entró en el campo de la ficción con "El túnel" (1948), un relato psicológico de gran intensidad, de clima existencialista. Su segunda novela fue "Sobre héroes y tumbas" (1961), más ambiciosa en su configuración, con alternancia de lenguajes y técnicas.

En 1963 publicó el ensayo "El escritor y sus fantasmas", donde analiza la literatura y el fenómeno de la creación. Su última novela, "Abbadón el exterminador", vio la luz en 1974, y fue elegida como la mejor novela extranjera en Francia en 1976. "¿Para qué hay que escribir tanto?", se interrogaba alguna vez el escritor de características grandes gafas y bigote. "Yo sólo 'cometí' tres novelas", ironizaba Sabato, nacido el 24 de junio de 1911 en Rojas, provincia de Buenos Aires, como penúltimo de once hijos varones.

Un autor universal

Sus libros traducidos al alemán, italiano, esloveno, griego, danés, noruego, ruso, inglés, francés, portugués, y hebreo, entre muchos otros idiomas, se convirtieron en clásicos de la literatura latinoamericana y recibieron elogios de grandes personalidades como Albert Camus y Graham Greene.

El autor que falleció en su casa de Santos Lugares, en las afueras de Buenos Aires, revindicaba el coraje para destruir lo escrito. Así relataba haber incinerado varios materiales, entre ellos una novela iniciada en la adolescencia, "La fuente muda". Y contaba que "Sobre héroes y tumbas" se salvó de las llamas únicamente gracias a la intervención de su esposa Matilde.

Ex comunista convencido

En su juventud, militó en el Partido Comunista, del que se apartaría luego. Actuó como investigador y profesor en la Universidad de La Plata, antes de retirarse definitivamente de las filas de la ciencia para abrazar la literatura y publicar una serie de ensayos. "Yo creo que hay que escribir cuando no damos más, cuando nos desespera eso que tenemos adentro y no sabemos lo que es, cuando la existencia se nos hace insoportable", sostenía Sabato.

Tras la feroz dictadura del autodenominado "Proceso de Reorganización Nacional" (1976-1983), presidió la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), creada por el gobierno del entonces presidente Raúl Alfonsín (1983-1989).

Este organismo recogió denuncias, testimonios, y pruebas sobre los miles de desaparecidos durante la represión, que luego fueron presentados en un estremecedor libro titulado "Nunca más". A partir de entonces, Sabato se evidenció cada vez más como un referente ético de la sociedad, aunque algunos también cuestionaron sus puntos de vista.

La otra España de un latinoamericano

En 2004 vio la luz "España en los diarios de mi vejez". Ese mismo año el III Congreso Internacional de la Lengua Española en Rosario le rindió un homenaje con participación del Nobel portugués José Saramago, quien lo llamó su "hermano mayor".

La 37 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires también tenía previsto rendirle este 1° de mayo un tributo. Así, pocos días antes del centenario de su nacimiento, la literatura argentina y latinoamericana despide a Sabato, uno de sus escritores más emblemáticos.

dpa
Editor: José Ospina-Valencia