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Nueva esperanza en la Franja de Gaza

Tania Krämer / lab2 de junio de 2014

Durante 7 años, los habitantes de Gaza han aguardado la reconciliación entre Al Fatá y Hamás. En nuevo gobierno de transición se enfrenta a grandes expectativas para arreglar la situación en el enclave palestino.

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Imagen: DW/K. Shuttleworth

Periódicos que durante mucho tiempo estuvieron censurados en Cisjordania y Este de Jerusalén vuelven a exponerse en los puestos del Boulevar Omar Al Muhktar, un importante distrito comercial de la ciudad de Gaza. Siete años después de que Hamás se hiciera con el poder violentamente en la Franja de Gaza, el gobierno vuelve a permitir la venta de publicaciones afines a Al Fatá. Es un primer paso en el largo camino hacia la reconciliación entre los dos bandos palestinos.

Ya hace cinco semanas desde que los dos grupos firmaron un acuerdo de reconciliación en Gaza. Ahora, la mayoría de los residentes locales están ansiosos de noticias sobre la formación del nuevo gobierno de transición. Pero no son pocos los que también se preguntan, preocupados, si el gobierno será capaz de asumir este duro proceso sin descuidar los problemas más urgentes de la zona.

La vuelta de Al Fatá

La psicóloga Rania El Loh se ha reunido a menudo con sus antiguos compañeros en los últimos días. Hasta el año 2007 estaba empleada en el Ministerio de Asuntos Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina. “Los últimos siete años los he pasado sentada en casa, y ha sido realmente difícil; no solo para mí sino para todos nosotros”, dice. La madre de dos niñas tiene la esperanza de que en esta ocasión la reconciliación entre Al Fatá y Hamás tenga éxito, al contrario de lo que sucedió en los dos últimos intentos en los pasados años.

Rania El Loh es una de los aproximadamente 50.000 exempleados de la Autoridad Nacional Palestina que fueron mandados a casa después de que Hamás subiera al poder en 2007. Esta acción, llevada a cabo por la admisnistración dominada por Al Fatá en Ramallah, tenía por objetivo evitar que los empleados trabajaran para un gobierno de facto de Hamás. La psicóloga seguía recibiendo su sueldo, pero desde entonces ha realizado otros trabajos para no perder sus habilidades. Para ella, volver a su antiguo empleo es su deber nacional: “La vuelta al trabajo debería verse como un beneficio público, puesto que debemos aportar servicios para los ciudadanos”.

Mahmud Abbas und Rami Hamdallah
Rami Hamdallah recibe el mandato del presidente Mahmud Abbas para liderar el gobierno de transición.Imagen: Reuters

Dos sistemas administrativos divergentes

La reconciliación entre Hamás y Al Fatá supone la unión de dos administraciones completamente diferentes que han surgido en Cisjordania y la Franja de Gaza. “Durante casi siete años hemos tenido dos sistemas; uno en Gaza, dominado por Hamás, y otro en Cisjordania, dominado por Al Fatá”, dice Mukhaimer Abu Saada, politólogo de la Universidad Al-Azhar, de Gaza. Con las propuestas actuales, unir ambos ministerios resultará costoso, ya que cada administración trae a sus propios empleados, según Abu Saada. Cuando la Autoridad Palestina ordenó a sus empleados que se quedaran en casa, el gobierno de Hamás llenó esos puestos vacantes con nuevos funcionarios.

Un proceso que seguramente dejará marca en la Autoridad Palestina, que ya pasa por un estado económico difícil. La esperanza está puesta en la posible ayuda financiera de la comunidad internacional. Por ahora, estados árabes como Catar se han comprometido a ello.

La confianza se empieza a notar entre los funcionarios de las oficinas de Al Fatá, en Gaza. Tras perder las elecciones en 2006 y retirarse del poder en el área costera tras el violento relevo de Hamás en 2007, Al Fatá se muestra optimista con respecto al proceso de reconciliación. “Nada se puede construir a partir de la división”, dice Faisal About Shahla, líder de Al Fatá en Gaza, señalando que el nuevo gobierno no incluirá dos ministerios separados que gestionen las mismas responsabilidades.

Sacrificios

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El paso de Rafah solo se abre unos pocos días cada mes.Imagen: DW/T. Krämer

Lo que no queda claro es la cantidad de poder que cada facción estará dispuesta a ceder en las próximas semanas y meses. El nuevo gobierno de transición deberá trabajar de forma independiente con miras a unas elecciones parlamentarias y presidenciales que ya se vienen haciendo esperar desde hace mucho. Al mismo tiempo, los palestinos esperan que no se olvide de las urgentes necesidades de los ciudadanos de Cisjordania y la Franja de Gaza.

“La pregunta será cómo dar a la gente un sentido de superación. De lo contrario, solo sembraremos los fallos y la decepción”, dice Bassem Naim, líder de Hamás en Gaza. “Hablamos de fronteras que llevan cerradas siete años, sobre un cruce en Rafa que casi siempre está cerrado, así como de un 45 por ciento de desempleo y 80 por ciento de pobreza”.

Es un entorno difícil, y los palestinos están divididos respecto a quién culpar por todos estos problemas. Algunos dicen que son responsabilidad de Al Fatá por no haber prestado la atención necesaria a la Franja de Gaza, mientras que otros dicen que el fallo ha sido de Hamás por no mejorar la situación a la vez que mantenía su estricto control sobre el enclave costero en los últimos siete años.