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Obama: primer paso hacia un cambio en Estados Unidos

José Ospina Valencia / th4 de enero de 2008

A pesar de la victoria de Obama, lo único seguro en el panorama político estadounidense es que en 10 meses la era Bush terminará. Su sucesor o sucesora representarán una política muy diferente a la de los “halcones”.

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¿Hasta dónde llegará Barack Obama?Imagen: AP Photo

La señal dada por los miembros de los partidos demócrata y republicano en Iowa es, a toda vista, clara: el electorado, sea de derecha o de izquierda, sea blanco o negro, rico o pobre, quiere el cambio. Y los más idóneos para realizar el añorado cambio, a juzgar por los resultados de la primera de las consultas, serían el demócrata Barack Obama y el republicano Huckabee.

El 5 de febrero empero, habrá más certeza sobre el rumbo y los protagonistas preferidos cuando en la mayoría de los demás Estados tengan lugar las elecciones primarias.

Europa extrañada con sistema electoral estadounidense

Por ahora la batalla campal, tanto en el mismo seno de los partidos como fuera de ellos, seguirá imparable. Una campaña que al final habrá durado casi dos años y en la que una de las principales columnas y preocupaciones ha sido y será el dinero, dinero y más dinero.

Europa aprecia con cierta extrañeza las casi interminables y dispendiosas campañas presidenciales en Estados Unidos. Por lo general, las elecciones nacionales en los países europeos no sobrepasan los seis semanas y los mayores gastos están tanto garantizados, pero también limitados y controlados por los Estados.

Singular es en Estados Unidos también que el ganador de las primarias pone a su favor todo el Colegio Electoral. La recolección de aún más medios financieros depende, en buena parte de los primeros resultados.

El dinero mueve el mundo

“Francamente, el sistema democrático estadounidense es atávico”, dice Frank Unger, especializado en política de Estados Unidos del Instituto John F. Kennedy, anexo a la Universidad Libre de Berlín, a DW-WORLD. “El sistema electoral es pasado de moda y no refleja realmente la democracia en el sentido moderno de la palabra”, agrega Unger.

Todo un enjambre de políticos nacionales corteja a un minúsculo grupo de electores en Iowa durante meses. “Todo el circo político nacional va cargado con millones de dólares al Estado de Iowa”, dice

Trinity Hartman, de DW-WORLD en inglés. Una demostración de cómo “las elecciones en Estados Unidos son manejadas por el dinero”, es también la conclusión de Thomas Greven, del Instituto alemán de Relaciones Internacional, con sede en la capital alemana.

Durante las pasadas elecciones, George W. Bush y su contrincante John Kerry recibieron en donaciones más de 203 millones de euros, cada uno. Se estima que la suma total gastada por los comités políticos, los partidos y los candidatos ascendió incluso a los mil millones de dólares.

Dinero, influencias y cabildeo

Todos los intentos de reformar el sistema financiero de las campañas en Estados Unidos con el fin de frenar la decisiva influencia del dinero en la política no han tenido mayor éxito, según un reporte de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). De acuerdo al mismo estudio, los esfuerzos por eliminar la dudosa financiación de los candidatos a través de círculos adheridos a los mismos partidos, son torpedeados por grupos de cabildeo que no están registrados como parte orgánica de las agrupaciones políticas.

Además del poderoso papel que juega el dinero en las elecciones presidenciales estadounidenses, la personalización de la política es un fenómeno extremo. “La forma cómo la democracia en Estados Unidos se practica en el siglo XXI es, a mi modo de verlo, definitivamente inadecuada”, concluye Unger. Fue primero en los Estados Unidos en donde las campañas políticas se convirtieron en “batallas de personalidades”, dejando atrás los verdaderos programas políticos que reflejen lo que un pueblo desea y necesita.

De si el ganador o la ganadora de la presente campaña presidencial ejecutan, de verdad, el cambio que anhela, no sólo el pueblo de Estados Unidos, está aún por verse. Primero correrán más ríos de dinero y tras él los pagos de retribuciones.