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ONU: las drogas de diseño, un nuevo desafío

2 de marzo de 2011

Las nuevas drogas de diseño plantean dificultades a los gobiernos debido a que su fórmula manipulada complica los controles, alerta la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE).

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Drogas confiscadas.Imagen: Sanel Kajan

En su informe anual presentado hoy (02.03.2011) en Viena, la JIFE dice que esas drogas suelen fabricarse modificando ligeramente la estructura molecular de sustancias fiscalizadas, lo que da lugar a una nueva sustancia de efectos análogos que puede quedar al margen de las medidas de control nacional e internacional, señala el reporte.

Por ejemplo, en Internet se suelen encontrar instrucciones detalladas para fabricar drogas de diseño. "Habida cuenta de los riesgos sanitarios que conlleva el abuso de drogas de diseño, instamos a los gobiernos a que adopten medidas de fiscalización nacional para prevenir la fabricación, el tráfico y el abuso de esas sustancias", señaló el presidente de la JIFE, Hamid Ghodse.

El organismo expresa su preocupación sobre todo por la droga de diseño conocida como "mefedrona", que tiene efectos análogos a los de la cocaína, la anfetamina y la MDMA (éxtasis) y que ha sido causa de numerosas muertes. Ha pasado a ser una droga de abuso problemática en América del Norte, el Asia sudoriental, Europa y Oceanía (en Australia y Nueva Zelanda).

Presiones de la delincuencia organizada

En Europa hay además otras 15 sustancias sometidas a vigilancia actualmente por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, y en el Japón 51 sustancias.

La JIFE exhorta la cooperación bilateral e internacional para intercambiar información sobre este fenómeno transfronterizo.

Por otra parte, el organismo subraya la necesidad de luchar contra la corrupción relacionada con las drogas. "No hay nada más perjudicial para los esfuerzos por frenar el tráfico que los intentos fructíferos de las organizaciones delictivas de intimidar y sobornar a los funcionarios públicos", declara Ghodse.

"Los funcionarios policiales y judiciales suelen hacer frente a inmensas presiones de la delincuencia organizada cuando intentan detener el narcotráfico. Sin una protección adecuada, se ven confrontados a la difícil disyuntiva de elegir entre ser víctimas de la violencia, y posiblemente hasta perder la vida, o sacrificar su integridad y hacerse cómplices de los delincuentes", añade.

Droga, política y poder

El informe subraya que las enormes ganancias generadas por las drogas ilícitas con frecuencia sobrepasan los recursos financieros de las instituciones públicas, lo que plantea una grave amenaza para el orden público y la seguridad internacional. En algunos casos las organizaciones delictivas incluso pasan a ser fuerzas políticas con el poder y la autoridad de las instituciones legítimas.

Lo que los criminales no pueden lograr mediante el soborno lo alcanzan mediante la violencia y la intimidación, según se observa en el informe. Por esa razón, las zonas de intenso narcotráfico suelen presentar una incidencia muy elevada de actos de violencia y corrupción.

Entre las medidas propuestas por la JIFE para combatir el problema se cuenta el llamamiento a los gobiernos a establecer sistemas eficientes, transparentes y objetivos de contratación y promoción de funcionarios y un sistema de evaluación del rendimiento y de rotación del personal. Aumentar la transparencia es esencial para prevenir la corrupción en el ámbito judicial. Las actuaciones judiciales deberían ser públicas y los jueces deberían fundamentar sus decisiones, señala la Junta.

dpa
Editor: Pablo Kummetz