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Opinión: Tenaza multilateral para Venezuela

13 de noviembre de 2017

Las sanciones que la UE ha previsto para Venezuela podrían surtir el efecto deseado, no tanto porque las implemente Bruselas, sino porque se suman a las de EE. UU. y a formas de presión sopesadas por otras instancias.

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Venezuela Krise
Imagen: Getty Images/AFP/C. Becerra

Repetidos intentos de mediación entre el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y la mayor alianza de formaciones opositoras del país han minado con sus fracasos la confianza en el diálogo como herramienta para resolver la crisis institucional que aflige a la nación caribeña desde diciembre de 2015. Fue entonces cuando la élite cívico-militar del chavismo –que controla todos los poderes públicos menos el Legislativo– comenzó a obstaculizar la labor del Parlamento y a desconocer su autoridad. Las negociaciones no prosperaron ni siquiera bajo el auspicio del Vaticano, que había conseguido acercar a Estados Unidos y a Cuba durante la presidencia de Barack Obama. No obstante, la comunidad internacional insiste en que un careo es imprescindible, subrayando que cualquier otro camino puede propiciar nuevos episodios de violencia política.

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Evan Romero, comentarista de DW.Imagen: Dimitri Detering

Está por verse si las sanciones que la Unión Europea acaba de imponer contra Venezuela disuaden al "hombre fuerte" de Caracas, Nicolás Maduro –y a los militares que apuntalan su régimen– de sabotear las próximas iniciativas de diálogo como lo han hecho en el pasado. La más reciente está pautada para este miércoles (15.11.2017) en República Dominicana y, faltando sólo dos días para la cita, Maduro no ha aprobado la asistencia de los cancilleres latinoamericanos invitados como facilitadores; la oposición ha advertido que no asistirá a la reunión de Santo Domingo si éstos no están presentes. Las medidas punitivas en cuestión podrían surtir efecto, no tanto porque las implemente la UE, sino porque se suman a las que ya aplicó Estados Unidos y a formas de presión sugeridas por otros países e instancias como la Organización de Estados Americanos.

Mociones afiladas

La política europea para Venezuela, desdentada hasta hace algunas semanas, se ha afilado rápidamente. La intención de empezar a sopesar penalidades para los mandamases del chavismo se asomó por primera vez a principios de septiembre. A mediados de octubre, el Comité Político y de Seguridad del Consejo Europeo aprobaba la preparación de las mismas y, a finales de mes, la Eurocámara le concedía el Premio Sájarov para la Libertad de Conciencia a la oposición venezolana para llamar la atención del mundo hacia lo que ocurre en ese rincón de Sudamérica. Las sanciones de Bruselas se dieron a conocer este lunes (13.11.2017), coincidiendo con la sesión informal sostenida a puerta abierta en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para analizar la crisis institucional, humanitaria y de derechos humanos en que se halla sumida Venezuela.

Unánimemente, los ministros de Exteriores del bloque comunitario decidieron prohibir la exportación a Venezuela de armas, municiones y accesorios susceptibles de ser utilizados para la represión de la población civil. Otras mociones contra funcionarios gubernamentales puntuales –como la prohibición de viajar a la Unión Europea y la congelación de sus activos en territorio comunitario– podrían aplicarse más adelante, dependiendo de las infracciones que éstos cometan contra el Estado de derecho y los principios democráticos, o de las violaciones de derechos humanos en que incurran. Entre otras cosas, Bruselas le ha exigido a Maduro que negocie de manera "creíble" con todos los actores políticos relevantes del país; pero también ha sermoneado tácitamente a la oposición, instándola a mantenerse unida a pesar de sus pugnas internas.

La tenaza multilateral de la que la UE ahora forma parte hará su parte del trabajo. Pero de la tarea titánica sólo pueden encargarse los propios venezolanos.

Evan Romero-Castillo (VT)