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Turquía: aislada por fuera, unida por dentro  

16 de octubre de 2019

La operación militar en el norte de Siria continúa aislando a Ankara del exterior. Esta soledad es valiosa, no es de extrañar que solo el gobierno se beneficie, opina Bülent Mumay.

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Türkei Präsident Erdogan in seinem Palast
Imagen: AFP/Getty Images

En la primera mitad de su reinado de 17 años, la principal preocupación del AKP era prevalecer sobre los poderes establecidos en Turquía; entre otras cosas, entró en una alianza con el movimiento de Gülen. Sin embargo, en la segunda mitad de su reinado, el partido de Erdogan busca construir una autocracia conformada por fantasías de poder neo-otomanas.

La figura clave detrás de estas fantasías de gran potencia es el exprimer ministro Ahmet Davutoglu, quien actualmente se está preparando para fundar un nuevo partido. Como consultor, ministro de Asuntos Exteriores y más tarde como primer ministro, ha dejado su huella en la política exterior turca durante años. A pesar de que Davutoglu se ha retirado del AKP, su doctrina sigue viva y sigue afectando la política exterior turca.

"Valiosa soledad”

"Sin nosotros no pasa nada en Medio Oriente”, es una de las convicciones en la política exterior turca. En el mundo árabe, Turquía actúa como un "hermano mayor”; incluso en África, Ankara afirma tener un rol.

Hablando sobre la situación en Medio Oriente, el portavoz de Erdogan, Ibrahim Kalin, dijo hace años que el concepto de "valiosa soledad” se refería a la postura de Turquía de adherirse firmemente a una agenda política, incluso si la hace impopular. Desde el 9 de octubre, el día en que comenzó la "Operación Fuente de Paz” en el norte de Siria, la "valiosa soledad” no conoce límites.

Hasta China pide: "Fuera de Siria"

Sorprendentemente, la ofensiva turca en el norte de Siria también tiene efectos positivos: reunió a países que de otro modo tienen poco en común. Desde Estados Unidos a Japón, desde Israel a Irán, desde Canadá a Australia, todos demandaron el fin de la operación. La Unión Europea también exigió el cese de la acción militar. Incluso la Liga Árabe y Palestina se opusieron.

Bülent Mumay, türkischer Journalist
Bülent Mumay, comentarista de DW.Imagen: privat

Es más, el nuevo socio comercial de Ankara, China, se opuso a Turquía con un claro "fuera de Siria". También el nuevo socio estratégico de Turquía, Vladimir Putin, a quien Erdogan llama "mi amigo", criticó la intervención militar. Incluso algunos dictadores que entran y salen del palacio del presidente se negaron a apoyar la operación. Aparte de Somalia y Qatar, ningún país ha expresado su apoyo a estos movimientos de milicia.

Turquía ha perdido la simpatía en todo el mundo. El gigante automotriz alemán Volkswagen, que quería abrir una fábrica en Turquía, ha aplazado por el momento la inversión planificada, que se estima en miles de millones de euros. Si Turquía necesita apoyo internacional en el futuro, no habrá muchos que lo respalden.

Surge la pregunta: ¿qué ha logrado Turquía con su "Operación Fuente de Paz"? En Estados Unidos todas las instituciones, desde el Pentágono hasta el Congreso, se han posicionado contra Ankara; Sus sanciones amenazan la economía turca.

Turquía se ha asegurado de que Bashar al Assad y los kurdos sirios, que han estado luchando durante mucho tiempo, se unan. Sin que su régimen haya disparado ni una bala, Al Assad pronto volverá a controlar el norte de Siria. Turquía, por otro lado, tiene que conformarse con un acuerdo con los estadounidenses sobre el Estado Islámico.

Erdogan se está afianzando aún más en el poder

Naturalmente, el Palacio presidencial de Ankara ha logrado algo muy importante. Después de todo, el momento de la operación militar se calculó bien: creó una atmósfera de sentimiento nacional, que se concentra en las manos del comandante en Jefe. Además, se pospone la quiebra económica y política del gobierno AKP. La sombría derrota en las elecciones municipales le quitó el aura de invencibilidad de la que gozaba el partido. El bloque opositor, apoyado por los kurdos, tuvieron, por primera vez, la esperanza de hacerse competitivos.

En el curso de la "Operación Fuente de Paz”, las cartas han sido reorganizadas: ha surgido un muro entre los kurdos y la oposición. El partido de Davutoglu y el exministro de Asuntos Económicos, Ali Babacan, ha perdido protagonismo. Nadie habla del alto costo de la vida y del desempleo récord. Cuando comenzó la operación militar, Erdogan dijo: "Es importante dividir la 'Alianza de la Nación' (bloque de oposición)". Por supuesto, el momento para hacer este comentario no fue una coincidencia. Porque la "valiosa soledad" de Turquía tuvo una sola consecuencia positiva: el gobierno de Erdogan se aseguró aún más en el poder.

(mn/jov)

El exeditor de Hürriyet, Bülent Mumay, trabaja hoy para DW Türkisch y Frankfurter Allgemeine Zeitung.

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