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Opinión: Un mensaje exento de emociones

Kay-Alexander Schloz28 de julio de 2016

La crisis de refugiados y el terrorismo islamista han golpeado a Alemania. La sociedad se está polarizando. En opinión de Kay-Alexander Scholz, el plan de Angela Merkel para afrontar estos retos no es suficiente.

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Imagen: Getty Images/Gallup

La canciller alemana no es famosa por sus discursos emotivos. De ahí que el anuncio de algunos medios alemanes de que Angela Merkel se iba a “dirigir a la nación” se prestara para confusiones.

Como siempre, la mandataria ordenó y analizó los hechos. Además habló en el marco de la conferencia de prensa anual que ofrece en Berlín y que fue adelantada a raíz de los sangrientos atentados de los últimos días. Aún así, las expectativas fueron otras que en años pasados. Los primeros atentados terroristas islamistas en suelo germano han desconcertado a muchos alemanes, han despertado miedos y preguntas.

Una de ellas es si fue correcto permitir que tantos refugiados entraran al país de forma descontrolada. No solo en las redes sociales se lee mucho sobre este tema. La política de asilo del gobierno también preocupa al albañil de al lado, al cartero o a los habitantes de los pueblos más remotos. No todos hablan sobre ello, pero muchos, sobre todo los mayores críticos de la política de Merkel, la populista Alternativa para Alemania.

Kay-Alexander Schloz.
Kay-Alexander Schloz.

Lo correcto no es suficiente

Durante los 90 minutos que duró la conferencia de prensa, Merkel casi no mencionó el estado de ánimo del país. Sin duda es correcto que el miedo no debe dictar las acciones políticas, como dijo, y que se necesitan muchos pasos pequeños para superar retos complejos. También tiene razón al sostener que ya se ha hecho mucho para mejorar la política de asilo en Alemania y en Europa.

No obstante, Merkel dejó pasar la oportunidad de mostrar más corazón, algo que le hubiera hecho bien al país en este momento. En su discurso y en las respuestas que dio a los periodistas, le faltó tender puentes para detener la creciente polarización entre las personas que apoyan y rechazan su política de asilo.

Quizá en esta ocasión incluso debió golpear la mesa para señalizar: ya basta. En cambio, presentó un sobrio plan de nueve puntos con el que no consiguió esta meta.

Los populistas se frotan las manos

Casi al final de la conferencia de prensa dos periodistas de Holanda y Polonia intentaron obtener respuestas más emocionales de Merkel. Quisieron saber qué haría la canciller, si alguien en la calle le preguntara si su “cultura de la bienvenida” tiene la culpa del atentado de Wurzburgo.

Merkel respondió que la negación de la responsabilidad humanitaria hubiera tenido consecuencias muy malas para Alemania. Después le preguntaron por qué no viajó a Wurzburgo o Ansbach tras los atentados. La canciller explicó que decidió acudir al evento conmemorativo de este fin de semana en Múnich, donde también rendirá homenaje a las víctimas de los demás ataques. No obstante, la pregunta se prestaba para una respuesta más emotiva.

Tras la aparición pública de Merkel, el partido populista de derecha Alternativa para Alemania (AfD) se frotó las manos en las redes sociales. Las palabras de la canciller seguramente reforzaron la postura tanto de sus seguidores como de sus críticos. La mujer fuerte de Alemania dijo que a través de hechos pretende lograr que los electores de la AfD vuelvan a confiar en los demás partidos. No obstante, se necesitará más que hechos.